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Exteriores prepara la evacuación “segura” de Pablo Costas

Un momento de la concentración celebrada el lunes en Bueu.

Pablo Costas, el marinero de Bueu retenido desde hace casi un año en Yemen, permanece a la espera de que el Ministerio de Asuntos Exteriores dirigido por José Manuel Albares ultime el operativo para su regreso a España después de que el domingo fuese puesto en libertad tras las gestiones realizadas por la diplomacia española. Exteriores prepara una evacuación “segura” en un país en pleno conflicto armado y con la dificultad de encontrar las conexiones aéreas idóneas, así como plaza en los diferentes vuelos, en un plan que comienza a cobrar forma, pero que no está exento de la posibilidad de que haya cambios de última hora.

La intención es que Costas, que tras haber abandonado el barco permanece en un hotel en el centro de la ciudad de Al Mukalla, sea trasladado hasta el aeropuerto de Seiyun, situado a unos 280 kilómetros de distancia (alrededor de cuatro horas y media por carretera). Desde allí tomaría un vuelo (directo o con escala) hacia la capital de Egipto, El Cairo, desde donde ya emprendería un nuevo vuelo hacia España. La operación implicará el despliegue de un dispositivo de seguridad absolutamente necesario en un territorio tan inestable como el yemení. Y la teoría marca que en el acuerdo de liberación suscrito entre España y Yemen se incluye esa garantía de seguridad, que correspondería por tanto a este último gobierno.

Mientras, Pablo Costas apura las horas en el hotel. El lunes se trasladó de nuevo al 'Cobija' a petición de las autoridades yemeníes para instruir al nuevo capitán del buque –Costas ejercía ese cargo pero dimitió, al igual que el resto de su tripulación, hace un par de meses– y mostrarle los entresijos del mismo. Yemen asume a partir de ya el control del barco tras el abandono que del mismo hizo el nuevo armador, de nacionalidad somalí. Fue una visita corta, con un rápido regreso al hotel. Y es que a la situación bélica se une la pandemia del coronavirus, que también golpea al país asiático. De hecho, los marineros indonesios y el peruano con los que comparte alojamiento llevan confinados voluntariamente en el hotel desde que salieron del barco el domingo.

El estado de ánimo del marinero buenense es bueno, tal y como manifestaba ayer Manuel Camaño, representante de la Central Unitaria de Traballadores, responsable de la campaña en favor de la liberación de Pablo Costas. Si el domingo su voz notaba un cierto cansancio, ayer los ánimos estaban mejor. A ello contribuye como es lógico la mejora de sus condiciones, tanto en cuanto a salubridad como a la disponibilidad de alimentos y agua potable.

Pablo Costas lleva retenido desde septiembre del año pasado en Yemen tras ser acusado de pesca ilegal por Australia. A pesar de haber cumplido tres meses de sanción el recurso presentado por la Fiscalía paralizó su retorno, a lo que se unió el cambio de armador del buque. Desde entonces ha vivido una situación anormal empeorada en los últimos tiempos por la carencia de alimentos y agua potable. Ahora, tras su liberación, podrá regresar a su tierra casi un año más tarde.

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