El verano ha terminado con 191 muertos en las carreteras españolas, la cifra menos trágica de fallecidos desde que se existe un registro de siniestralidad y a pesar de que se ha recuperado el número de viajes a niveles previos a la pandemia de la covid, con 90,8 millones de desplazamientos en julio y agosto.

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, acompañado por el director general de la DGT, Pere Navarro, ha presentado este viernes el balance de siniestralidad de este verano, que deja once muertos menos respecto a 2020 y 24 menos que en 2019, el año de referencia, pues el pasado estuvo marcado por la pandemia.

"No debemos caer en el triunfalismo: 191 fallecidos son muchos, demasiados", ha dejado claro Grande-Marlaska, quien, no obstante, ha reconocido que la estadística "es menos mala" de lo que se esperaba.

Durante julio se registraron 95 accidentes mortales con 99 víctimas, lo que sitúa este mes de 2021 como el mejor julio de la serie histórica en cuento a siniestralidad. En agosto se produjeron 83 siniestros con 92 fallecidos, cinco más que el año pasado, si bien en cinco días de este mes ninguna persona perdió la vida en las carreteras españolas.

El titular de Interior ha hecho hincapié en que se han recuperado los niveles del tráfico vacacional previo a la pandemia, con un aumento del 9,6 por ciento de los viajes respecto al periodo estival de 2020 y apenas un 0,38 por debajo de los que se realizaron en 2019.

Los viernes han sido los días de más tráfico en verano, y los martes los que menos. Además, el cambio de quincena y el traslado en algunas comunidades autónomas de la festividad del 15 de agosto al lunes 16 hizo que la Operación Salida del 15 de agosto fuera la que mayor número de desplazamientos de largo recorrido registrara, con casi 7 millones. "Cada día tres ciudadanos han perdido la vida en las carreteras", ha resaltado Marlaska antes de reiterar que el Ejecutivo no va a admitir "como un mal inevitable" las muertes en carretera. "Podemos y debemos acabar con ellas y confío en la colaboración de todos los actores para lograr ese objetivo", ha reiterado.

Las carreteras convencionales vuelven a ser el escenario de más siniestros mortales, en concreto tres de cada cuatro, donde perecieron 138 personas, en tanto que en autovía se registraron 53 fallecidos. Las causas de los siniestros también son las habituales. Priman las salidas de vía en la mayoría de casos pro exceso de velocidad y los choques frontales.

Y aunque disminuyen en total las víctimas en el colectivo de usuarios vulnerables un 30 por ciento por la reducción de las muertes de motoristas -48 fallecidos, 21 menos que en 2019- y ciclistas -6 muertos, cuatro menos-, tanto Marlaska como Navarro han mostrado su preocupación por el aumento de peatones muertos, 23 personas, lo que supone nueve más que hace dos años. Por eso, el titular de Interior ha avanzado que el departamento analizará "en profundidad" los accidente de los peatones para adoptar medidas y planes complementarios para frenar esta siniestralidad que supuso 10 arrollados en autovías y 13 en vías secundarias.

El 83% de víctimas fueron hombres (158) y el 17% mujeres (33), mientras que aumentan los fallecidos en la franja de edad entre 15 y 24 años con 32 fallecidos, 9 más que en el año 2019. Asimismo, disminuyen los fallecidos en la franja de edad de más de 65 años con 30 fallecidos, 5 menos que en el año 2019.

Marlaska ha lamentado que 1 de cada 4 fallecidos en turismo y furgoneta no hacía uso del cinturón de seguridad (25 fallecidos) y que, de los 2 niños fallecidos, 1 no utilizaba ningún accesorio de seguridad. Respecto a los 6 ciclistas fallecidos, 2 no llevaban el casco. Tampoco lo llevaba 1 de los 48 motoristas fallecidos.