Esquerra rechaza haber sentado precedente y avisa de que su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado no está ni mucho menos garantizado. "Ahora mismo votaríamos 'no'", ha espetado la portavoz republicana, Marta Vilalta, en una rueda de prensa. Después de la reunión de la ejecutiva, los republicanos se han reafirmado en su voluntad negociadora, pero han marcado distancia con el Gobierno del PSOE y Unidas Podemos porque su comportamiento "hace absolutamente difícil que podamos explorar este margen". "Que el año pasado facilitásemos su aprobación no presupone que lo volvamos a hacer este año", ha remachado, sobre una falta de incentivos por "incumplimientos" y por falta de nuevas propuestas de futuro que les agraden.

Vilalta sostuvo que el Ejecutivo de Pedro Sánchez "no ha hecho los deberes" y "no está haciendo todo lo que debería hacer si quiere contar con los apoyos suficientes". El punto de partida es lejano, considera la portavoz, todavía más cuando no se les han comunicado los detalles del acuerdo aprobado en el Consejo de Ministros. "Si somos socios prioritarios, no se nota mucho", lamentó, visiblemente molesta, "no somos un partido del 'no a todo', pero el Gobierno nos los pone muy difícil".

Lo que ha trascendido tampoco les convence porque no se blindan, ha dicho, derechos fundamentales, ni hay una apuesta por la transformación. "Las lluvias de millones no sirven porque demasiadas veces no llegan [...]. Ahora mismo no hay motivo que haga que ERC apruebe sus Presupuestos, facilite su aprobación o no se sume a una enmienda a la totalidad", sentenció Vilalta. "O tienen otros socios, o no tienen mucho interés en aprobarlos", abundó.

Sobre si el traspaso de Rodalies será un condición indispensable para dar facilitar los Presupuestos, Vilalta afirmó que es un tema prioritario para su partido pero no aclaró si está será una condición 'sine qua non' para avalar los Presupuestos.

"Ampliar" apoyos

Desde la Moncloa, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros —se adelantó a este lunes, al ser mañana martes festivo en toda España—, la portavoz del Gobierno advirtió a los grupos, y en particular a ERC, de que es “precipitado” que se manifiesten “sobre un proyecto que desconocen”, ya que hasta este miércoles no aterrizará el proyecto de ley en el Congreso. “No es lo más apropiado, por respeto a la Cámara”, indicó. 

Isabel Rodríguez añadió que las cuentas para 2022 incorporan la “mayor cuantía inversora” de la historia, y “por supuesto para Catalunya”. La ministra no aclaró si el traspaso de las competencias de Cercanías a la Generalitat formará parte de la negociación presupuestaria porque es un tema “pendiente de un grupo de trabajo”. 

La también titular de Política Territorial insistió en que al Ejecutivo le gustaría contar con el apoyo de más grupos, que trabajará para obtener el apoyo mayoritario de las Cortes. Es más, la aspiración del Gabinete de coalición es “ampliar” el respaldo que recabó en los PGE anteriores. Rodríguez aclaró que no solo se dirigía solo a los cuatro diputados de JxCAT —que no siguieron los pasos de ERC y PDECat en 2020—, sino que le gustaría contar con “el apoyo del principal partido de la oposición [PP] y Ciudadanos”. Evidentemente, de puertas para fuera el Gobierno no “descarta ese escenario”, pero es plenamente consciente de que no se dará.

Otras carpetas

En cuanto a las cuentas catalanas, la portavoz alegó que el PSC "necesita protagonismo" y, por eso, no cesa en ofrecerse como socio alternativo a la CUP para aprobar las partidas. "Queremos conseguir la misma mayoría parlamentaria que para la investidura, que sirvan para cumplir los compromisos que adquirimos", despejó, siendo esta la "única" propuesta con la que trabajan. "No aprobaremos las cuentas con los votos del PSC, no tiene sentido, porque hemos marcado unas prioridades para esta legislatura y hay una mayoría republicana", deslizó.

La ampliación del aeropuerto, con una posible propuesta del 'vicepresident' Jordi Puigneró sobre la mesa para volver a negociar con el Gobierno, ha abierto una nueva brecha en el Govern y Vilalta ha pedido "no caer en el chantaje de Aena" y, sobre todo, que cualquier iniciativa para reformar el aeródromo preserve el medio ambiente.