El espacio de la izquierda se rearma, y Yolanda Díaz no es la única actora política que prepara una plataforma de cara a las próximas generales. Los socios minoritarios del Gobierno, los nacionalistas ERCEH Bildu y BNG, también exploran ya una alianza que les fortalezca de cara a las generales; un nuevo frente en el espacio que persiga intereses comunes: unir fuerzas en los respectivos territorios para favorecer sinergias y amplificar su voz en el escenario nacional, donde hasta ahora ocupan un papel más testimonial.

La buena sintonía entre estas fuerzas no es ninguna novedad. Todas ellas se adhirieron el 25 de octubre de 2019 al acuerdo de 'Declaració de la Llotja de Mar' en la que reclamaron un acuerdo político sobre la crisis catalana, la defensa del derecho a la autodeterminación y la liberación de los "presos políticos". A esta iniciativa también se unieron otras fuerzas nacionalistas como los baleares de Mès o la CUP.

Las dos principales fuerzas que conformarían esta nueva vía de izquierdas son los republicanos catalanes y los abertzales, que mantienen una fluida relación; el último episodio que da muestra del apoyo mutuo que se brindan es la presencia de Oriol Junqueraeste sábado en la manifestación por los presos de ETA; también han asistido a esta marcha dirigentes de Podemos; la formación no ha ocultado nunca su intención de consolidar las alianzas que constituyeron el "bloque de la moción de censura" y fomentar el acercamiento con el partido independentista de izquierdas. Sin embargo, desde ERC rechazan cualquier alianza más allá de los acuerdos puntuales en el Parlamento o con el Gobierno y piensan ya en su propio proyecto que amplifique las reivindicaciones del bloque nacionalista.

Los nacionalistas gallegos del BNG se han convertido en un actor muy disputado en esta reconstrucción de la izquierda, y han sido sondeados tanto por el frente independentista como por el de Yolanda Díaz. Tanto es así que Ana Pontón, la líder del partido, fue invitada a unirse al acto de la vicepresidenta segunda en Valencia junto a Ada Colau o Mónica Oltra, pero terminó por declinar la invitación

Fue la vicepresidencia valenciana la que les trasladó la propuesta de una convención de nuevos liderazgos femeninos, pero desde el BNG consideran que “puede ser el punto de partida de una alternativa política” y admiten que rechazaron participar “para evitar equívocos” y porque “evidentemente el BNG no va a participar en esa plataforma, no tenía ningún sentido la asistencia al acto”. 

En el BNG rechazan la adhesión al proyecto de Yolanda Díaz pero, tal como señalan fuentes de la formación a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, sí abordarán en su Asamblea Nacional, que tendrá lugar el próximo 7 de noviembre, adherirse a la alianza electoral nacionalista impulsada por los republicanos catalanes. 

El Bloque Nacionalista Galego es el principal partido de la oposición a Alberto Núñez Feijóo en Galicia, una hazaña en la que ha tenido un papel destacado su candidata, una figura emergente a nivel nacional por su importante papel en el escenario gallego, donde consumó el ‘sorpasso’ al PSOE gracias a su carácter transversal y su capacidad de ampliar electorado. El crecimiento del partido nacionalista, que podría considerarse coincidente ideológicamente con Podemos, llevó a que los morados se quedaran fuera del Parlamento gallego y que ni siquiera consiguiera representación su candidato, Antón Gómez-Reino, portavoz del los gallegos del grupo confederal en el Congreso y amigo personal de la ministra de Trabajo. 

Pontón y Díaz: vías paralelas

No son pocos elementos los que unen a Pontón y Díaz. Además de su origen gallego, comparten su carácter transversal y la simpatía que despiertan entre los jóvenes y las mujeres. Pontón es hoy la segunda líder política de Galicia mejor valorada después del presidente de la Xunta; igual que la vicepresidenta de Gobierno ocupa el segundo puesto en el ránking de Gobierno por detrás de Pedro Sánchez. En el caso de Pontón, es además la primera entre los votantes de los partidos rivales, incluidos los del PP y es, de momento, la única que parece capaz de amenazar el reinado de Feijóo, al tiempo que Díaz ha desbancado a Pablo Casado como ‘presidenciable’.

El pasado octubre la líder gallega anunció un “tiempo de reflexión” para repensar su continuidad al frente del BNG. Este órdago, que abrió un debate interno y que le puso en valor dentro del partido, recuerda al lanzado por la vicepresidenta del Gobierno, que hace unas semanas avanzó que abandonaría en caso de que prevalecieran los egos

Pese a estas similitudes, los nacionalistas gallegos no se plantean adherirse al proyecto de Díaz, aunque sí abordarán la alianza a nivel nacional propuesta por ERC junto a EH Bildu en su Congreso Nacional. En esta convención también diseñarán una estrategia que les permita amplificar su voz en el escenario estatal y buscar el protagonismo que ya tienen en Galicia para consolidarse como una alternativa real al Gobierno de Feijóo. 

Si desde el BNG rechazan la plataforma de Yolanda Díaz, hacen lo propio los republicanos catalanes, que consideran “incompatible” la propuesta de la vicepresidencia con su formación. Desde ERC creen que su adhesión a Podemos “es un sueño de Iglesias desde 2015 pero no se va a producir”. Son conscientes de que el independentismo ha ganado a los votantes que se dejaron seducir por Podemos en sus comienzos: “El espacio electoral que Podemos conquistó en Cataluña en 2015 y 2016 es ahora un espacio de ERC, esos votantes son nuestros”, aseguran.

Aunque sí admiten compartir “ADN de izquierdas y republicano”, consideran imposible esa alianza electoral, al defender la independencia de Cataluña del resto del Estado. Sí admiten los republicanos que la interlocución con Podemos es mucho más fluida desde la llegada de Yolanda Díaz que durante la etapa de Pablo Iglesias, con quien el portavoz republicano, Gabriel Rufián, mantuvo duros encontronazos en el Congreso de los Diputados. Una mala relación que, una vez salido Iglesias de la política, se habría recompuesto, señalan fuentes conocedoras. Sin embargo, esto no acerca posturas en lo político: “Somos dos proyectos diferentes, diferenciados y competiremos electoralmente”.