El Gobierno ha tratado de poner este jueves freno a la escalada dialéctica del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que por segundo día consecutivo ha insistido, en su conferencia matutina, en sus críticas a las empresas españolas. El Ministerio de Exteriores ha emitido un comunicado oficial en el que "rechaza tajantemente sus descalificaciones" y exige unas relaciones "basadas en el respeto mutuo". Un paso más contundente que la petición de aclaraciones que ayer miércoles hizo el ministro José Manuel Albares, para evitar entrar al choque con el mandatario latinoamericano, muy proclive a la confrontación con España.

El miércoles en el Ministerio de Exteriores no acabaron de entender a qué venía el anuncio de AMLO de "hacer una pausa" en las relaciones con nuestro país y sus ataques a la petrolera Repsol, la eléctrica Iberdrola y la constructora, OHL, justo cuando se estaba a punto de reforzar la interlocución diplomática. "Si queremos tener relaciones con todos los pueblos del mundo pero no queremos que nos roben", dijo el presidente mexicano. Incluso con declaraciones de este tipo de por medio se dio una oportunidad a que López Obrador se tranquilizara.

Aclaraciones con ironía

Pero lo que no se ha comprendido es su reincidencia y algunos comentarios que se han considerado improcedentes por parte del mandatario de otro país. “Lo que dije ayer es ‘vamos por el bien de nuestros pueblos, a tener una pausa’. No hablé de ruptura. No. Dije ‘vamos a serenar la relación’, que ya no se esté pensando que se va a saquear a México impunemente. Eso ya pasó, es una falta de respeto", declaró en su rueda de prensa diaria. "No hay ninguna ruptura, por si hace falta aclararlo", repitió, en lo que se ha visto como una referencia directa a la exigencia de Albares de que explicara qué había querido decir, cargada de ironía.

Aunque el ministro ha hablado con su homólogo mexicano, Marcelo Ebrard, y, según distintas fuentes diplomáticas "el tono ha sido bueno", en el Gobierno ha molestado la nueva alharaca de López Obrador. Fuentes conocedoras de la política mexicana, que sostienen que el presidente suele recurrir al enemigo exterior para tapar sus problemas internos, insistieron ayer en que este nuevo ataque a España es una "maniobra de distracción" que, además, apuntan, "ha funcionado" porque "la prensa y las redes sociales se han volcado en este tema". Lo que intenta, explican las mismas fuentes, es "dar qué hablar".

Esperan que se calme

La realidad es que tanto en España como en México esperan que se calme. Pero el Gobierno se ha visto obligado a responderle por la extrema dureza de sus críticas. Fuentes gubernamentales admiten que con AMLO "nunca se sabe". En línea del comunicado, Albares subrayó desde Bruselas que España "rechaza tajantemente las injustificadas declaraciones" de López Obrador.

El mandatario mexicano volvió este jueves a acusar al "poder político" de España de apoyar empresas que "abusaron de México", en referencia a Iberdrola, Repsol y OHL porque, ya dijo el día anterior, eran las "favoritas" de los gobiernos anteriores.

"Tenemos relaciones íntimas con el pueblo de España, pero en los últimos tiempos durante el periodo neoliberal, empresas españolas apoyadas por el poder político, tanto de España como de México, abusaron de nuestro país y de nuestro pueblo, nos vieron como tierra de conquista", aseguró.

Ofender a los mexicanos

En su opinión, el Gobierno español también debería pedir perdón por el comportamiento de sus compañías, a las que acusó de "influyentismo" y de "favorecerse" del presupuesto público de México. "Nos han ofendido a los mexicanos porque no solo es el que trabajen los altos funcionarios con estas empresas, sino lo que nos cuesta este tipo de relación, estamos hablando de subsidios, dinero del presupuesto".

La nota oficial del Gobierno español tras los insultos vertidos contra España y las empresas españolas señaló que "España trabajará siempre por mantener las mejores relaciones con México y reforzar los lazos con este pueblo hermano. El Gobierno desea unas relaciones basadas en el respeto mutuo, como quieren los españoles y los mexicanos, sin este tipo de manifestaciones".

Desde La Moncloa se ha defendido hoy que "España y México somos socios estratégicos y estamos unidos por profundos lazos humanos, culturales, históricos, lingüísticos y económicos. Más de 175.000 españoles viven en México y cerca de 30.000 mexicanos residen en nuestro país. España es el segundo inversor en México y cuenta con 7.000 empresas en ese país. La inversión española se eleva por encima de 70.000 millones de euros y la mexicana en España supera los 25.000 millones".

Insiste en las disculpas

López Obrador no ha ofrecido en su nueva diatriba más detalles sobre lo que implica la "pausa" que propone en las relaciones, pero argumentó que "no es fobia o xenofobia". "Deberían de ofrecer hasta disculpas, no lo han hecho, no importa, pero vamos a entrar a una etapa nueva despacio, y repito, no es ruptura, es nada más decir 'ha pasado esto', y el pueblo de México debe saberlo y el pueblo de España", indicó.

Varios representantes de Morena, el partido de López Obrador, ya indicaron el miércoles que las palabras del presidente no significan una ruptura en las relaciones con España ni que se pida reducir las inversiones de las empresas españolas en México, según informa EFE.