La intensa gira de la última semana, la que le ha llevado a visitar seis países y departir con sus homólogos de nueve Estados miembros de la Unión Europea, ha servido a Pedro Sánchez para darse cuenta de que sus pretensiones para bajar los precios de la energía, su exigencia de desacoplar el gas de la factura eléctrica en todo el club, no tendrán cabida. Al menos por ahora. El presidente del Gobierno recoge cable. Rebaja sus expectativas iniciales y ya demanda que, al menos, los Veintisiete permitan a España y Portugal, una "isla energética" pobremente conectada con el resto del continente, arbitrar una salida "particular", "específica" para lograr contener la escalada de precios.

Sánchez trasladó ese mensaje, bastante menos ambicioso, a su llegada este jueves en Bruselas al Consejo Europeo, después de participar, también en la capital belga, en la cumbre de la OTAN. El jefe del Ejecutivo ya sabía que el último borrador de conclusiones que negocian los miembros de la UE no incluye su demanda de desvincular el precio del gas del de la electricidad y se limita a pedir que se estudie con "urgencia" la batería de opciones presentada esta semana por la Comisión Europea, que contempla la opción de establecer un precio de referencia para el gas. El documento también invita a los socios comunitarios a que aprovechen al máximo el marco temporal de ayudas públicas y que utilicen los llamados beneficios caídos del cielo como fuente de financiación. Además, el texto apunta a mayo como fecha para adoptar medidas más estructurales, una vez que el Ejecutivo comunitario tenga en su mano el informe de los reguladores europeos.

La semana pasada, Sánchez reclamaba una solución europea, porque el problema es común y "todos" los países se ven afectados por el alza de los costes de la energía, agudizada por la guerra en Ucrania. Y, desde Roma, tras sellar su alianza con los primeros ministros de Italia, Portugal y Grecia, recalcó que no cabían "27 respuestas nacionales". Pero la reticencia de algunos países, sobre todo Holanda y Alemania, le ha hecho recular. El presidente señaló a su llegada a la cumbre que sigue demandando "una solución para toda Europa", como las compras conjuntas del gas e incorporar los topes al precio de este hidrocarburo, pero "siendo consciente" de que esta salida "puede llevar unas semanas", propone ahora que los Veintisiete y la Comisión articulen una respuesta "particular" para la Península ibérica. Es un plan que ya adelantaba ayer miércoles la Moncloa, y que este jueves verbalizó el propio presidente.

Sánchez incide en que la interconexión de la Península con el norte de Europa es de menos del 3%, cuando lo comprometido para 2020 era del 10% y del 15% para 2030

La razón es que el 'mix' energético es distinto, ya que en España apenas el 17,1% de la electricidad que se generó en 2021 provino de los ciclos combinados, lo que demuestra el "compromiso" con la agenda verde, y sobre todo por la débil interconexión con el resto de Europa. Esta es de apenas un 2,8%, subrayó, cuando lo comprometido para 2020 era un 10% y un 15% en 2030. Así que, a su juicio, España y Portugal merecen "una consideración específica", sin "vulnerar para nada" el mercado energético europeo y el sistema marginalista de formación de precios y "sin poner en cuestión" la política común. Se trataría, pues, de que los Veintisiete autoricen una "respuesta particular" al problema "específico" que padece la Península ibérica, una fórmula que "se adecue a la realidad geográfica y energética" de España y Portugal, a su condición de "isla energética". "Estamos escasamente integrados en el mercado energético europeo pero todas las reglas se aplican en España", así que esa doble peculiaridad "daña doblemente" al país.

Se trataría, pues, de que los Veintisiete autoricen una "respuesta particular" al problema "específico" que padece la Península ibérica, una fórmula que "se adecue a la realidad geográfica y energética" de España y Portugal, a su condición de "isla energética". "Estamos escasamente integrados en el mercado energético europeo pero todas las reglas se aplican en España", así que esa doble peculiaridad "daña doblemente" al país. En suma, el Ejecutivo reclama ahora, como premio de consolación, y a la vista de que será imposible que de este Consejo salga un desacople del gas del precio de la energía en toda la UE, una especie de excepción ibérica.

Tres pasos "compatibles"

La propuesta compartida por Madrid y Lisboa, por los dos gobiernos socialistas, es "razonable", "solvente", elogió, y hasta los Estados más "dubitativos" valoran su "calidad técnica". Sánchez insistió una y otra vez en que su planteamiento no rompe el mercado europeo, condición intocable para otros países. "Esperamos que podamos encontrar las palancas para que esto se pueda hacer realidad cuanto antes", apuntó.

La oferta española, en consecuencia, se compone de tres pasos, "perfectamente compatibles". Uno, la aprobación de medidas "urgentes" y "alineadas" con las necesidades de Madrid y Lisboa. Dos, el estudio de las compras centralizadas de gas y el control de los precios (medida que comparten no solo España y Portugal, sino también Italia, Grecia, Bélgica, Rumanía...). Y tres, una reforma "estructural" del mercado energético europeo.

El Gobierno desearía una solución potente para toda Europa, pero es "consciente" de que "eso puede llevar unas semanas" propone a los Veintisiete que respondan a la situación "particular" de España y Portugal

El líder socialista expresó su confianza en que de este Consejo salga una propuesta "equilibrada", un acuerdo que sea bueno para el conjunto de los Veintisieta y para la Península ibérica, y por eso acude al debate con ánimo "constructivo". Sánchez ha recibido duras críticas de Holanda, que le concibe como un "intervencionista" y que le compara con "un Don Quijote" por sus propuestas sobre energía. "Esas son cosas que se leen", dijo, "pero a mí no me ha dicho nada el primer ministro" de Países Bajos, el liberal Mark Rutte. Entiende que haya países que tengan "dudas", que será complicado cuadrar el "sudoku", pero la clave, en su opinión, es que la UE responda "unida", como ocurrió con la pandemia. Además, recalcó que algunas de las propuestas que su Gobierno lleva haciendo meses, como las compras conjuntas de gas, la limitación del precio del gas o el recorte de los beneficios caídos del cielo —las ganancias que obtienen algunos generadores de energía más barata pero que se benefician de que el precio lo marque la tecnología mas cara, el gas—, hoy está asumidas por la Comisión. "Y cuando pusimos en marcha esta medida [la limitación de los beneficios caídos del cielo] nos llamaban intervencionistas algunas fuerzas políticas" de la oposición, recordó.

El siguiente paso, tras este Consejo Europeo que la delegación española prevé largo e intenso —el debate energético se abordará mañana viernes—, será la aprobación del plan nacional de respuesta a la crisis, el próximo 29 de marzo, aunque él enunciará las principales medidas la víspera, el lunes 28 en Madrid. Sánchez y su Gabinete han venido enfatizando que la hondura del paquete anticrisis y las medidas que mitiguen el alza de los precios de la energía dependerán de lo que resulte de la cumbre en Bruselas. "Lo haríamos de manera mucho más eficaz y contundente si diéramos una respuesta europea a este problema", subrayó ante la prensa. El Ejecutivo ha cambiado el guion a marchas forzadas y se ha visto obligado a intentar embridar lo antes posible el paro de los transportistas para que la huelga acabe cuanto antes.

Sánchez participó por la mañana en la cumbre de la OTAN, y aunque se le pudo ver junto a Joe Biden en la foto de familia, la Moncloa no informó de un contacto directo entre ambos. Tampoco estaba previsto. El presidente anunció que "en los próximos días" España volverá a mandar material defensivo y ofensivo a Ucrania.