El expresidente catalán Carles Puigdemont ha asegurado que confía en poder celebrar el día de Sant Jordi del próximo año en Cataluña, ya que eso significará que "el conflicto político se ha resuelto o está en vías de resolución", y ha opinado que esta Diada debería ser jornada festiva en una Cataluña independiente.

Puigdemont ha intervenido telemáticamente desde Bélgica con motivo de la Diada de Sant Jordi, una intervención que ha sido retransmitida a través de una pantalla, ante decenas de personas, en el expositor del Consell por la República, que él mismo preside.

Preguntado sobre si se imagina celebrando el Sant Jordi de 2023 en Cataluña, Puigdemont ha explicado que desde el primer momento en que llegó a Waterloo siempre hace el ejercicio de pensar que lo que hará "de aquí un año siempre es haciéndolo en casa".

"No porque tenga ganas, que las tengo, sino porque será la señal de que el conflicto entre Cataluña y España se ha resuelto o está en vías de resolución. Sea mi cumpleaños o Sant Jordi, el año que viene, en Barcelona o Girona", ha señalado.

El expresident ha confesado que "esa actitud es la que nos ayuda a levantarnos cada día, a aguantar todo tipo de insultos, amenazas, calumnias, ataques, en una situación de mucha vulnerabilidad personal, pero nos ayuda a pensar que el año que viene Sant Jordi lo podremos pasar en La Rambla. Y no como objetivo personal, sino porque debe ser consecuencia de que ha habido resolución del conflicto político".

Puigdemont, que ha admitido que "añora pasear en mitad de las casetas, dejarte sorprender por algún libro o ver el estallido de colores de las portadas o las rosas", ha opinado que a él le gustaría que Sant Jordi fuera un día festivo en el calendario.

"Por desgracia, tenemos el calendario colonizado por fiestas impuestas, que la mayoría de catalanes no queremos celebrar, a raíz de la dependencia forzada del Estado", ha criticado Puigdemont, que ha sugerido que si Cataluña fuera independiente, "nos pondríamos de acuerdo -ha dicho- para que una de las festividades del año debería ser Sant Jordi".

Sobre la situación del catalán, el exmandatario no solo ha alertado de la "regresión" que vive, sino que existe una "agresión lingüística" por parte del Estado.

"Hay una campaña y estrategia de agresión y liquidación de la lengua catalana, de expulsión de la esfera social y pública. Recibe ataques por todas partes y el Estado no hace nada por protegerla, al contrario, contribuye a esta agresión", ha añadido.