El ministro de PresidenciaFélix Bolaños, ha prometido activar una investigación interna en el CNI para esclarecer el caso de espionaje a más de 60 líderes independentistas. Este ha sido uno de los compromisos que la mano derecha de Pedro Sánchez le ha trasladado a la consellera de Presidència y mano derecha de Pere Aragonès, Laura Vilagrà. También la reactivación de la comisión de secretos oficiales en el Congreso, para que portavoces de todos los partidos políticos con representación en el Congreso puedan acceder a las conclusiones de dicho informe interno sobre el Catalangate. Y la desclasificación de información confidencial para brindársela a los tribunales. Medidas calificadas de "insuficientes" por parte del Ejecutivo catalán y que no reparan la confianza entre los socios de la investidura. "No tenemos las respuestas que esperábamos", ha declarado Vilagrà tras el encuentro.

El encuentro ha comenzado sobre las 10.45 horas del domingo, se ha alargado algo más de dos horas y ha tenido lugar en el despacho de la 'consellera' de Presidència, entorno a una mesa lo suficientemente larga como para mantener una distancia de prudencia de cara al covid y para que ERC escenifique la frialdad de las relaciones que pretende imponer con el PSOE. Bolaños ha manifestado el "compromiso absoluto [del Gobierno] para esclarecer los hechos", palabras que no ha satisfecho a su interlocutora, que considera que las explicaciones dadas este domingo han sido "vagas, inconcretas y de resultados inciertos".

¿Quién está detrás de este espionaje masivo? ¿Quién lo ordeno y por qué? ¿Era consciente el Ejecutivo de Pedro Sánchez de todo ello? ¿Habrá dimisiones? Son algunas de las incógnitas que la consellera Vilagrà ha tratado de resolver de su homólogo del Gobierno para intentar bajar el suflé de una nueva crisis política que amenaza con dinamitar la estabilidad de la coalición en el Congreso. La primera prueba de fuego de esa maltrecha relación parlamentaria tendrá lugar esta semana, con la votación del real decreto con el plan de choque contra las secuelas económicas de la guerra de Ucrania. "El Gobierno sabe que nuestra reacción no es un farol, esta visita no normaliza las relaciones ni les garantiza el apoyo parlamentario", ha avisado la 'consellera' republicana.

Dos investigaciones en paralelo

"No puede ser que haya tantas preguntas encima de la mesa, [...] no dudamos que el Gobierno lo sabe", ha aseverado Vilagrà. Los republicanos pretenden explicaciones suficientemente explícitas que poder vender al independentismo y dimisiones de algún tipo -pese a que no han concretado cuales- para evidenciar el calado de la crisis abierta por el espionaje vía Pegasus. Espionaje conocido en casos como el actual 'conseller' de Empresa i Treball, Roger Torrent, o el líder de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona, Ernest Maragall, ya desde mediados del 2020.

Los socialistas no quieren dar una imagen de Estado opaco y con una baja calidad democrática, a la vez que se dicen atados de cara a dar explicaciones por la confidencialidad que legalmente debe guiar las actuaciones del CNI. Ahí Bolaños ha ofrecido desclasificar información confidencial y facilitársela a la justicia con el objetivo de esclarecer los hechos. "Tenemos la consciencia tranquila y nada que ocultar", ha declarado. 

En paralelo a las negociaciones políticas entre ambos Ejecutivos, el Defensor del Pueblo ha avanzado que abrirá una investigación sobre el caso, según han informado este domingo desde la institución. La oficina dirigida por el ex ministro socialista Ángel Gabilondo "está analizando las informaciones sobre una eventual utilización inadecuada de las herramientas de software Pegasus que hayan podido poner en riesgo el ejercicio de derechos fundamentales, en particular los relacionados con el derecho a la privacidad", según han explicado desde la misma. Dicha vía no gusta en el Govern, pues consideran que sus resultados son "inciertos".

La comisión de secretos, encallada

Una vía que estudiaban desde el PSOE y que tras la reunión de este domingo pretende reactivar es la de la comisión de secretos oficiales del Congreso. Este órgano -encargado de vigilar al servicio de inteligencia y sus gastos reservados- está actualmente bloqueado en su composición por el veto cruzado entre partidos y los socialistas valoran rebajar la mayoría de tres quintos requerida para elegir a los miembros y sortear así el veto del PP. ¿Cómo piensa sortear el Gobierno esos vetos cruzados? No lo ha explicado el ministro de Presidencia, que sí ha presionado a las formaciones para facilitar su constitución. "Lo importante no es como se va a hacer, sino que sea cuanto antes", ha afirmado.

La comisión de secretos es un órgano encargado de vigilar al servicio de inteligencia y sus gastos reservados y que está actualmente bloqueado en su composición por el veto cruzado entre partidos. Y los socialistas valoran rebajar la mayoría de tres quintos requerida para elegir a los miembros y sortear así el veto del PP. ¿Cómo piensa sortear el Gobierno esos vetos cruzados? No lo ha explicado el ministro de Presidencia, que sí ha presionado a las formaciones para facilitar su constitución. "Lo importante no es como se va a hacer, sino que sea cuanto antes", ha afirmado.

No obstante, esta vía no ha satisfecho hasta ahora las pretensiones del independentismo, en tanto que a la comisión de secretos pueden ir representantes de los partidos a exigir información pero luego tienen prohibido divulgarla. Lo que dificultaría que los socios de Govern, especialmente ERC, pudiera luego transmitir explicaciones creíbles o fundamentadas a sus bases de todo lo que envuelve al espionaje de más de 60 líderes y personalidades del procés.