Llevaba Moreno Bonilla coqueteando con la idea de convocar elecciones desde septiembre, cuando Vox decidió dejar de regalarle la gobernabilidad porque sus encuestas auguraban un auge muy importante de los de Abascal. Ahí se evidenció que el PP había presidido la Junta de Andalucía con su peor resultado electoral únicamente porque Vox lo había permitido. Ocho meses después, tras el cambio de líder más traumático en la derecha que se recuerda, Moreno tiene lo que antes no tenía, un aliado en Génova e influencia para dirigir la estrategia de Feijóo, alineados de momento con Ayuso, como se vio en la mesa camilla de Bertín Osborne en 'Tu casa es la mía'.

 

PP, elecciones de continuidad 

La fecha elegida, 19 de junio, es una parte fundamental de la estrategia de los populares, que consideran que existe cierto optimismo en la población y expectativas de crecimiento a las puertas del primer verano sin restricciones de ningún tipo. Los niños todavía en el colegio, para asegurar el voto de la gran clase media andaluza, que ya libre de miedos a un gobierno de la derecha, están dispuestas a apoyar un gobierno que les siga bajando impuestos, aunque sea más retórico que significativo siempre que continúe en la estela de moderación que ha caracterizado estos tres últimos años. Presidencialismo en estado puro: no veremos al candidato Moreno que empezó su anterior campaña en las puertas de un lupanar y que contrató una campaña 'fake' para desincentivar el voto sanchista hacia Susana Díaz haciendo unos tutoriales que aseguraban que tachando el nombre de la expresidenta el voto era para el PSOE pero no para ella, engañando a los ciudadanos que sin saber estaban votando nulo. 

PSOE, conozcan a Espadas 

Los socialistas han cambiado a su líder, pero han tenido poco tiempo para darlo a conocer, y ese es el principal reto de la campaña del PSOE. El partido afronta unas elecciones complejas por lo determinantes en la política nacional. Juan Espadas fue uno de los alcaldes más elogiados y queridos de Sevilla, sin embargo, su nivel de conocimiento y penetración en el resto de las provincias es todavía insuficiente por lo que deberán aprovechar la tensión electoral. Con un perfil moderado, no parece querer impostar otra cara más agresiva ni durante la campaña; inició su liderazgo en el PSOE queriendo matar a pactos a Moreno Bonilla, ofreciéndole uno de presupuestos, otro para reforzar la sanidad… pero nada, el PP quiere mantenerse bien alejado para que los de Vox no le acusen de connivente.  

Cs, salvad al soldado Marín 

La política es un estado de opinión y de emoción, y el de los naranjas tiende a la distimia, una especie de depresión cronificada de tristeza de la cual es difícil salir. Derrota tras derrota, pérdida de gobierno tras pérdida de gobierno, los de Cs han pasado de ser el partido de moda a pasar desapercibidos y casi por descontados. En Castilla y León Igea supo aguantar la debacle, seguramente fruto de su fuerte tirón personal, y esto es lo que podría hacer que el vicepresidente Marín aguantara un resultado que evitara la desaparición de Cs en Andalucía

Vox a por todas 

El partido de Abascal está en fase de crecimiento. Ellos lo saben y quieren maximizar sus resultados, pero, sobre todo, su papel a la hora de determinar las políticas. En los últimos tiempos, la organización dudaba sobre si presentar como candidata a Macarena Olona, puesto que en Castilla y León sin candidato conocido obtuvieron unos buenos resultados. Sin embargo, las últimas encuestas que auguran que en Andalucía el PP podría obtener solo más votos que la suma de la izquierda y que, por lo tanto, no serían necesarios, han reactivado la operación Olona para sí o sí ocupar el gobierno y las instituciones en el segundo pacto de coalición. 

La izquierda de la izquierda 

A dos meses escasos de las elecciones, el espacio que otrora ocupara Unidas Podemos está fragmentado y sin liderazgo claro. Teresa Rodríguez presentará su formación andalucista y de izquierdas y el resto de las formaciones del espacio morado tendrán que dirimir si merece la pena formar una coalición de varias formaciones para intentar tener alguna oportunidad de obtener representación. La atomización electoral es tremendamente ineficaz desde el punto de vista de la obtención de escaños, por ello, la lectura también tendrá una visión nacional de cara al proyecto de Yolanda Díaz: pragmatismo o extinción.