La guerra fría existente entre Podemos y Yolanda Díaz está instalada en el Gobierno de coalición y las últimas tensiones han llevado a que la pugna vaya más allá de los muros de la Moncloa. El registro por parte de la vicepresidenta segunda de la plataforma Sumar, un movimiento adelantado por El Periódico de España, diario del mismo grupo, Prensa Ibérica, que este periódico, y dirigido a librarse de las tutelas externas, cayó como un jarro de agua fría en Podemos, que no estaba al tanto de los pasos de la gallega, a diferencia de otros actores como Izquierda Unida.

La brecha en el ala morada de la coalición es patente desde hace meses. Los ministerios de Irene Montero y Ione Belarra conforman una suerte de tándem dentro del Ejecutivo, mientras Yolanda Díaz lidera la otra facción del espacio, con el apoyo del catalán Joan Subirats y del líder de IU, Alberto Garzón. Estos dos bloques actúan como dos departamentos estancos, sin que exista comunicación entre ellos en el seno del Gobierno. La relación personal de Díaz con las principales dirigentes de Podemos, Belarra y Montero, es manifiestamente mejorable. La ruptura es tan evidente que el Partido Socialista ya tiene negociar a tres bandas dentro del propio Gobierno, ante la falta de sintonía de las dos partes que cohabitan en el espacio más progresista.

La relación comenzó a truncarse a principios de curso, cuando este medio dio en octubre a conocer el primer acto en que la vicepresidenta iba a escenificar su nueva política de alianzas. Un encuentro en Valencia con otros actores como Ada Colau, Mónica Oltra o Mónica García en el que, sin embargo, no fue invitado ningún dirigente de Podemos. Desde entonces los choques no han hecho más que aumentar, y la intención de Díaz de reincorporar en su candidatura a sectores que se escindieron de Podemos ha levantado las alarmas entre los morados, ante la posibilidad de perder peso en el futuro proyecto.

El estrés interno sufrido entre ambas partes ha aumentado considerablemente tras lo ocurrido en Andalucía, donde se llegó a un acuerdo 'in extremis' de toda la izquierda a la izquierda del PSOE, en el que Podemos se quedó fuera de registro tras presionar hasta el final por situar a su candidato. Este episodio derivó en un crudo enfrentamiento en el que el propio Pablo Iglesias acusó directamente a Yolanda Díaz de imponer a la candidata de IU, Inmaculada Nieto.

En Podemos responsabilizaban a la dirigente del fiasco del primer ensayo de 'frente amplio'. Mientras Díaz trataba de desvincularse de lo sucedido, los morados lanzaban una operación de desgaste contra la vicepresidenta. Andalucía es el primer territorio donde el partido se ha visto obligado a renunciar a encabezar la candidatura, sentando un peligroso precedente para el próximo ciclo electoral.

El lanzamiento de la marca Sumar, de la que sí tenía conocimiento Alberto Garzón, pero de la que Podemos no fue informado, no ha hecho más que aumentar el malestar en las filas moradas, donde han intensificado su intento de hacerse valer en el futuro espacio. Este mismo lunes su portavoz, Pablo Fernández, reconocía que no habían hablado con Díaz sobre su nueva plataforma, pero adelantaba que Podemos sería una "fuerza principal" en su proyecto. La defensa de que su formación es "indispensable e imprescindible" se ha convertido en un mantra en las filas moradas.

Irene Montero, por encima de Yolanda Díaz

Sin embargo, en los últimos días la ofensiva de Podemos ha subido de nivel. El partido ha optado por desdeñar los logros de la vicepresidenta segunda dentro del Gobierno y reivindicar la agenda legislativa de Irene Montero como el estandarte del espacio morado, situando las medidas feministas por delante de iniciativas como la reforma laboral, la Ley Rider o la subida del SMI, que han sido impulsadas por Yolanda Díaz. Ya el pasado enero la formación certificó el distanciamiento con la dirigente gallega. A la frialdad con la que acogieron la reforma laboral se sumó la retirada del soporte comunicativo a la dirigente, a la que dejaron de incluir en las previsiones de prensa del partido, como sí venían haciendo desde años antes.

El pasado jueves, la titular de Igualdad reaccionó con indiferencia al registro de la plataforma de Díaz, y aprovechó para sacar pecho de sus logros dentro del Ejecutivo, citando todas las leyes de su departamento, como la ley del aborto, la ley trans o la ley del sí es sí. Montero puso su agenda legislativa por encima del resto de propuestas, en un intento por hacer valer su peso dentro del espacio. "El trabajo que estamos haciendo por los derechos de las mujeres es lo que mejor habla de este Gobierno de coalición", manifestó entonces.

Se da la circunstancia de que ninguna de las proposiciones de ley relativas a Igualdad han conseguido hacerse efectivas por el momento. Si bien han sido aprobadas en Consejo de Ministros, estas medidas se encuentran estancadas en el trámite parlamentario. Sólo la Ley de Garantías de la Libertad Sexual, conocida como ley de 'sólo sí es sí', finalizará previsiblemente este jueves su andadura en el Congreso, con su aprobación después de un duro debate con el PSOE a raíz de la prostitución. El resto de leyes, como la ley del aborto o la ley trans, han sido aprobadas, pero están a la espera de ser debatidas en el Parlamento.

Si la semana pasada la ministra de Igualdad ya aseguró que las medidas impulsadas desde su ministerio eran las más importantes del Gobierno de coalición, este lunes hizo lo propio el portavoz del partido, que insistió en la idea de Podemos como motor de la coalición, obviando así el papel de Yolanda Díaz en el Gobierno como líder del espacio.

En rueda de prensa este lunes, Pablo Fernández defendió que "todos los avances que se están produciendo en España están siendo gracias al trabajo incansable que desde Podemos se está haciendo en el Gobierno de España", señaló, otorgando al partido morado el papel principal del espacio en el Gobierno. En este punto, aseguró que Podemos es "la fuerza política que está provocando las transformaciones democráticas de este país, que está ampliando los derechos". Un extremo que, defendió, "se ha demostrado con las leyes feministas que gracias a Podemos se han implementado".