El PSOE andaluz tiene garantías de que durante los próximos días y hasta que termine la campaña electoral no habrá una reunión de la mesa de diálogo con Cataluña, como exigen los socios de ERC a Pedro Sánchez tras la tormenta del espionaje a los líderes independentistas. Fuentes del máximo nivel del partido en Andalucía aseguraron a este diario que tienen total garantía de que no se pondrá el foco en este encuentro bilateral ni en las alianzas con ERC hasta que pasen las elecciones autonómicas del próximo 19 de junio. 

Sánchez estuvo este domingo de precampaña con el candidato andaluz, Juan Espadas, en un acto en Granada. En el acto no hubo ni una palabra sobre Catalunya ni sus alianzas en el Congreso. El foco se puso en los avances en políticas sociales durante esta legislatura. La crisis dentro del Gobierno, con los socios de coalición divididos entre Podemos y la vicepresidenta Yolanda Díaz, ya convierte en un infierno cualquier negociación dentro del Ejecutivo y se trabaja a dos bandas. La fragilidad parlamentaria del Gobierno deja además las iniciativas en manos de ERC, EH Bildu o PNV, que abandonaron al Ejecutivo en la convalidación de la reforma laboral. Los republicanos tampoco apoyaron el decreto ley de medidas para frenar los efectos económicos de la guerra tras el estallido del 'caso Pegasus', texto salvado por la izquierda 'abertzale'.

El PSOE andaluz sabe de las complicaciones para Sánchez pero pide tiempo. Teme que una foto con Pere Aragonès, bien en una convocatoria de la mesa de diálogo con Catalunya o en un encuentro a dos, dé munición al PP durante la campaña. Ese foro de encuentro bilateral dispara el discurso del agravio en Andalucía, cuyo Gobierno exigió un trato exactamente igual que el de la Generalitat y al mismo nivel.

En las filas socialistas saben que las alianzas con el independentismo catalán son rechazadas por parte de su electorado. La idea central es así defender la gestión del Gobierno

En las filas socialistas saben que las alianzas con el independentismo catalán son rechazadas por parte de su electorado. De hecho, esos pactos se descuentan como uno de los motivos que llevan a votantes tradicionales del PSOE a quedarse en la abstención o mover su voto en un granero como el andaluz, donde este partido durante años fue hegemónico. El debate sobre el eje territorial distancia a los socialistas andaluces de Ferraz o, al menos, los obliga a fijar diferencias, algo que no quieren que ocurra en campaña. Trasladan que el mensaje debe ser defender la gestión del Gobierno de Sánchez, que ha sido capaz, insisten, de afrontar una pandemia mundial blindando a los más desfavorecidos. “De lo que toca hablar ahora es de políticas sociales, que son nuestra seña de identidad, del ingreso mínimo vital, de los ertes para proteger a los trabajadores, de los fondos covid que el Estado ha transferido a las autonomías...”, insisten fuentes en la primera línea del PSOE andaluz. 

Agenda complicada

Desde la Moncloa, se aferran al discurso exhibido en los últimos días: que se están "cuadrando agendas" y que el presidente está dispuesto a reunirse con Aragonès y a convocar la mesa de diálogo "cuando considere también la parte catalana". Es decir, que quien da largas es la Generalitat, no el Gobierno, porque el líder socialista quiere preservar la interlocución con ERC y las conversaciones no se han roto en ningún momento. Por lo pronto, no está en agenda la reunión con el jefe del Govern, y esta semana ya parece imposible por la presencia de Sánchez en Davos (regresa el miércoles) y su comparecencia en el pleno del Congreso del jueves, y el viernes tiene actos previstos. Y el próximo lunes y martes asiste a la cumbre informal de la UE en Bruselas. Una vez arranque la campaña, el 3 de junio, Sánchez participará en varios mítines, como el de este domingo en Granada y el pasado 14 de mayo en Jaén.

El PP andaluz va a degüello y aspira a llevarse 90.000 votantes del PSOE molestos con Sánchez y que ven en Moreno “una opción de centro moderado"

"No sabemos cuándo será la reunión con Aragonès ni la mesa de diálogo, pero no tiene nada que ver", señalan a este periódico en las alturas de Ferraz, en el cuartel general del partido, insistiendo en que si no hay cita con Catalunya no es por la campaña andaluza. Sin embargo, varias fuentes de la Moncloa sí admiten que no parece "conveniente" hacer gestos con la Generalitat con las elecciones en marcha en un territorio clave para el PSOE. Hoy por hoy, por tanto, no hay previsión de encuentros con el Govern, aunque la hoja de ruta inmediata la fijará Sánchez en el Congreso este mismo jueves. En cualquier caso, tanto en el Ejecutivo como en Ferraz se considera el caso "muy gastado ya" y a ERC "ya no le interesa el tema para nada", resume una veterana socialista: "Ahora tenemos que centrarnos en hacer la mejor campaña que podamos en Andalucía". 

Es fácil tirar de hemeroteca cualquier día de precampaña para ver claro que el PP andaluz va a degüello con este asunto contra el PSOE. Un ejemplo: el coordinador de campaña del PP de Andalucía y coordinador general del PP nacional, Elías Bendodo, criticó días atrás el “silencio” del PSOE andaluz ante los “desvaríos” de Sánchez y acusó a Espadas de ejercer de su “vasallo”. El motivo: el presidente debería “explicar por qué ha entregado la cabeza de la directora del CNI al independentismo en bandeja de plata y si va a hacer campaña con los que quieren romper España o los herederos de ETA, como [Gabriel] Rufián, [Arnaldo] Otegi o bien [Oriol] Junqueras”. Frente al “silencio cobarde” del PSOE andaluz, Bendodo subraya que el PP es “la única opción seria para que Andalucía siga creciendo”. 

El PP de Juanma Moreno aspira a llevarse 90.000 votos del PSOE andaluz, según confesó el núcleo duro del presidente como estrategia de campaña. Socialistas, insisten, incómodos con el modelo de Sánchez y que ven en el presidente de la Junta “una opción de centro moderado que no da miedo a votantes socialdemócratas”. Es ya un clásico que Moreno reivindique, como Alberto Núñez Feijóo, el PSOE de Felipe González, e incluso diga que acudía a sus mítines cuando era joven. Una estrategia que el PSOE no quiere alimentar poniendo el foco en las alianzas con ERC.