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Naufragio

Un informe técnico avala bajar al Pitanxo: “Se puede hacer en 10 días”

El documento, solicitado por las familias, defiende el flete del “Sarmiento de Gamboa” para esta operación | El Ejecutivo alude a problemas legales por la zona del naufragio

El "Sarmiento de Gamboa", en una misión en la Antártida. CSIC

En su última noche de faena, el Villa de Pitanxo realizó un trayecto de escasas 2,2 millas en hora y media. El arrastrero de Grupo Nores había largado aparejo, desplegando unos cables de 3.000 metros de longitud, para seguir colmando sus 400 toneladas de capacidad. Son maniobras, las de largado y virada (recogida), para las que hay que reducir velocidad. La caja azul del buque, que es un sistema de localización obligatorio para cualquier pesquero que supere los 12 metros de eslora, refleja que se desplazó a entre 0,8 y 4,4 millas hasta el momento del naufragio, sobre las 5:37 hora española. Así que, pese a las múltiples incógnitas que abrazan este siniestro, se saben bastantes cosas.

Como que el Pitanxo no estuvo sin gobierno, a merced de las olas y el viento, por un fallo súbito del motor, porque solo un minuto antes de pedir auxilio navegaba a 2,6 nudos de velocidad. Y se sabe también cuál es su ubicación, porque la radiobaliza no falló y se accionó cuando sufrió la presión del agua. Pistas como esta última son las que sustentan un informe técnico, elaborado a petición de las familias de los tripulantes, que avala sin fisuras una operación subacuática para filmar el casco, la posición de los aparejos, la estructura externa del barco. Para obtener pruebas que aclaren las causas del accidente. La “preparación y movilización” de un barco capaz de realizar esta misión “no debería ser superior a 10 días”.

Considero perfectamente plausible la realización de una operación de búsqueda del pecio y posterior reconocimiento exterior mediante un ROV

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El estudio lo firma el capitán Rodrigo Tuero, de la empresa Marítima de Consultores Asturleonesa. “Considero perfectamente plausible la realización de una operación de búsqueda del pecio y posterior reconocimiento exterior mediante un ROV” (remoted operated vehicle, un robot operado a distancia), expone como conclusión. Su análisis se centra en dos aspectos: el examen a la estructura del arrastrero, para detectar posibles modificaciones irregulares o el estado de los sistemas de desagüe, y la grabación al detalle del aparejo.

Apunta una posibilidad remota de que pueda haber cadáveres atrapados en redes o en el puente, pero centra el objetivo de la misión en arrojar luz sobre el mayor siniestro para la pesca gallega desde 1978. El capitán del Villa de Pitanxo, Juan Padín, encara un proceso judicial por 21 homicidios por imprudencia, por el que ha sido citado ya como investigado (imputado, en su nomenclatura actual) y por el que la justicia ha adoptado ya medidas cautelares. Como avanzó FARO, las familias dieron por hecho que embarcaría de inmediato en un pesquero de la misma armadora: el Villa de Marín (para Guinea Bisáu) o el Villa Nores (gemelo del Pitanxo, no alargado, también para Canadá). Esta información no fue desmentida.

La misión

El informe de Rodrigo Tuero señala además que el Gobierno español dispone de medios capaces de asumir este trabajo, al contrario que lo esbozado desde Madrid, que se limitó a apuntar las escasas dotaciones del buque de salvamento NeptunoA juicio de este capitán de marina mercante, el oceanográfico Sarmiento de Gamboa es la mejor baza para buscar, localizar y filmar al Pitanxo. Construido por Construcciones Navales Paulino Freire en 2007, supera los 70 metros de eslora y pertenece al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Tiene puerto base en Vigo. “No solo es posible técnicamente, sino que no requeriría de un despliegue excepcional de medios materiales”, abunda el análisis, al que ha tenido acceso este periódico.

El primer paso ha de centrarse en localizar los restos del buque. Aunque se tengan las coordenadas precisas del último punto desde donde se recibió la señal del Pitanxo, esto no significa que esté justo en posición perpendicular (en el fondo). Por tanto, sería necesario disponer de equipos con un magnetómetro o sonda lateral –como los que tienen los oceanográficos– para hacer barridos con señales multihaz. El fondo del mar no es una superficie plana y diáfana: esa sonda arrojaría distintos puntos de interés, que potencialmente podrían ser el barco, y que deberían descartarse uno por uno hasta dar con él.

Para el autor de este informe, bastaría con acotar una zona de 25 millas cuadradas, que se podrían barrer con estos equipos en unas 24 horas. Al robot submarino, añade, le bastarían otras 48 horas para reconocer de proa a popa el pesquero. Que puede estar ladeado o deformado, pero que debería tener amarrados a las maquinillas de cubierta los aparejos, que previsiblemente embarraron (engancharon) y precipitaron una entrada masiva y fatal de agua. Esto es lo que ha defendido uno de los tres supervivientes, Samuel Kwesi, a cuya versión dan respaldo tanto Fiscalía como los datos recibidos desde alta mar.

Pese a estudios como este, y a que el Gobierno no ha apuntado todavía razones técnicas para descartar esta operación, alude ahora a “condicionantes de carácter legal” para no proceder a una localización del Pitanxo. “Existen otros condicionantes de carácter legal asociados con la zona en la que se encuentra el pecio, y las competencias de Salvamento Marítimo, y de otra índole”. No aclara cuáles son, en esta respuesta por escrito remitida al Congreso de los Diputados a una pregunta de Néstor Rego. El pesquero de Nores se hundió en aguas internacionales.

Otras prospecciones

  • Deepwater Horizon. Fue una plataforma petrolífera que se hundió en 2010. Se bajó con robots a 1.500 metros para el sellado de la estructura.
  • Oleg Naydenov. Un pesquero ruso hundido al sur de Gran Canaria. A iniciativa del Gobierno, se bajó a 2.700 metros de profundidad para inspeccionar el barco 
  • Prestige. El ROV que se operó desde el Polar Prince descendió a 3.800 metros de profundidad para inspeccionar y sellar parte del casco del petrolero, hundido en 2003.
  • En el año 1972 se hundía el pesquero Katmai, de escasos veinte metros de eslora. Los restos yacían a más de 2.700 metros de profundidad

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