Las dudas de Ferraz sobre si Jaume Collboni y Sandra Gómez deben repetir como candidatos en las elecciones municipales de Barcelona y Valencia tensionaron este lunes a los socialistas en ambas ciudades sin que, pese a los ejercicios de autoafirmación, se haya logrado atajar el debate. En el caso de Barcelona, la mayor contribución para espantar la discusión vino de la mano del ministro de Cultura y presidente de los socialistas catalanes, Miquel Iceta. “No hay ninguna posibilidad de que esto ocurra”, señaló sobre su hipotética candidatura.

El Periódico de España, diario del mismo grupo, Prensa Ibérica, que este periódico, publicó este lunes que Ferraz está trabajando en las cabezas de cartel de las ciudades más pobladas y cuenta con promocionar a ministros en distintas plazas. El equipo de Pedro Sánchez quiere que la ministra de Sanidad, Carolina Darias, sea la candidata en Las Palmas de Gran Canaria y conjetura con que la de Ciencia, Diana Morant, pueda serlo en Valencia. Sobre Barcelona se especula desde hace meses que el candidato pueda ser Iceta, aunque esta decisión compete sólo al PSC, que es un partido autónomo, hermanado al PSOE. Según fuentes socialistas, el presidente ya ha hablado de este asunto con el primer secretario del PSC, Salvador Illa. "Decide el PSC", subrayan.

Y lo cierto es que ayer el partido cerró filas en torno a Collboni, primer teniente de alcalde en el ayuntamiento barcelonés. La viceprimera secretaria del PSC, Alicia Romero, aseguró que "no hay brechas ni hay dudas, y estamos con todo el apoyo a Jaume Collboni" ."Hoy hay un 100% de posibilidades", dijo, de que sea el alcaldable del PSC por Barcelona. Un respaldo sin fisuras, salvo porque Romero incluyo en su frase el adverbio de tiempo "hoy".

Pese a este aval público, el propio Collboni recordó que si alguien quiere presentarse como candidato se tendrán que hacer primarias. Es el mismo mensaje que en privado esgrimen desde Valencia. Los socialistas de esta ciudad recuerdan que Sandra Gómez tiene el control de la organización y que podría plantar cara a un aspirante de Ferraz, la ministra Diana Morant, u otro. En el PSPV se ha llegado a apuntar también a Gabriela Bravo, consellera de Justicia, fiscal y ex vocal del CGPJ.

La opción de Morant tiene adeptos

Estas batallas raramente suelen producirse cuando se lanza a un candidato desde las alturas. Al margen de lo que al final suceda, Ferraz están trabajando muy seriamente en las candidaturas, sobre todo porque ahora, con la marca PSOE más debilitada, la elección del cabeza de cartel puede compensar ese desgaste. Que algunos ministros puedan ocupar estos puestos es algo, corroboraron ayer fuentes gubernamentales, que está sobre la mesa.

A raíz de la información de este periódico, en Valencia se ha puesto de manifiesto de manera muy nítida que Sandra Gómez cuenta con partidarios y detractores y que tampoco en el PSPV hay unanimidad sobre su candidatura -no es sólo Ferraz-. "Nuestras opciones es que gobierna Joan Ribó (el actual alcalde Compromís, con dos legislaturas a la espalda) o lo haga el PP", señalan fuentes del partido.

En el caso de Valencia mejorar de manera notable el voto en la capital es fundamental para revalidar la Generalitat; en el de Barcelona, la sensación en el PSOE es que con un revulsivo se podría superar a Ada Colau, que acumula un gran desgaste político, según las fuentes consultadas.

En la Ciudad Condal la alternativa sería Iceta, aunque se llegó a especular con Illa. En Valencia, Diana Morant es la persona a la que apunta Ferraz, a pesar de que ha sido alcaldesa de Gandía antes que ministra de Ciencia. De hecho, la llamada del presidente del Gobierno hizo que dejara ese cargo. Por todo ello, la operación de su aterrizaje en la capital se considera "rara", según fuentes del PSPV. Pero no todo el mundo lo ve tan descabellado. Distintas fuentes de los socialistas valencianos consultadas por este diario avalaron ayer las opciones de la ministra y restaron importancia a que hasta hace poco fuera alcaldesa de una ciudad próxima.

La discusión sobre los cambios prosigue, azuzada no solo por un mal resultado en las elecciones andaluzas del próximo domingo, sino por la necesidad del PSOE de sobreponerse a un clima general negativo y concurrir en la mejor forma a las elecciones autonómicas y municipales del próximo de mayo.