Pocas novedades en el balance final del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la cumbre de la OTAN en Madrid, después de que ayer España consiguiera incluir en el nuevo Concepto Estratégico la atención al "vecindario sur" y la amenaza del uso político de la inmigración y el suministro de energía. Sánchez solo traslada el objetivo final que se marca. Llegar a un gasto militar equivalente al 2% del PIB en 2029, en ocho años, el porcentaje que todos los miembros de la OTAN se comprometieron a cumplir en la cumbre de Gales de 2014, con una mirada a diez años vista.

Pero el jefe del Ejecutivo se queda ahí, de momento, sin concretar cuánto pretende aumentar el presupuesto en Defensa este mismo año, cuando tendrá que sacar las últimas cuentas de la legislatura, y siendo consciente de que la primera oposición la tiene en el Consejo de Ministros, con sus socios de Unidas Podemos. No obstante, quiere que ese crecimiento del gasto militar se convierta en un "acuerdo de país" que valide el Parlamento, y llama a todas las fuerzas a apoyarlo

El presidente compareció este jueves al filo de las 14 horas como colofón de la cumbre de la OTAN en Madrid. Una reunión de la que España sale bien parada, por un desarrollo sin sobresaltos ni dificultades logísticas ni de seguridad, la proyección de la marca de país y por los logros conquistados, empezando por el desbloqueo de la adhesión de Suecia y Finlandia y siguiendo por el acuerdo de un nuevo Concepto Estratégico que atiende el flanco sur y blinda la integridad territorial de los aliados. Sánchez abrió boca con una bilateral con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, con el que cerró una nueva declaración conjunta entre los dos países y la llegada de dos nuevos barcos destructores a la base naval de Rota (Cádiz).