Fuera el protocolo y silenciado el poético discurso andalucista del flamante presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno. Las suaves maneras del PP de centro y moderado que propugna el andaluz quedaron atrás cuando los presidentes de su partido desfilaron en la sala de prensa de San Telmo, sede del Gobierno andaluz, para convertir la toma de posesión en un ‘todo contra Pedro Sánchez’. Casi un mitin de las elecciones generales que serán a finales de 2023, salvo sorpresa.

Un coro de voces al que se sumó, por sorpresa, la portavoz de Vox en Andalucía, Macarena Olona, que fue la única dirigente de la oposición a la que se le abrió el micrófono en la sede del Gobierno. Todos alertaron de la crisis en el PSOE, por los cambios aprobados en su cúpula, y contra la entrada de Lilitch Vestrynge, secretario de Organización de Podemos, en el Ejecutivo en la secretaría de Estado para la Agenda 2030.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, alertó desde Sevilla, minutos antes de que diera comienzo el Comité Federal del PSOE en Madrid, de “la crisis institucional en el Gobierno, en las Cortes y ahora la crisis también en el principal partido del Gobierno”. Una situación que contrapuso con “una Andalucía blindada frente a la crisis institucional y la inestabilidad política”. El dirigente del PP alabó "la honestidad política", "la amplitud y centralidad ideológica" y la "transversalidad" como ingredientes de la receta política de éxito de Moreno en Andalucía y como su modelo en España.

La presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, arremetió contra “el delirio comunista de Pedro Sánchez” y aseguró que su Gobierno se define por el nombramiento de Vestrynge como secretaria de Estado. La presidenta madrileña consideró que son los españoles los que “van a pagar los impuestos a la banca” y alertó de que con la actual coalición “nada puede ir ya a peor en España”.

Unas palabras muy parecidas, casi idénticas, a las que empleó la portavoz de Vox en el Parlamento andaluz, Macarena Olona, la única representante de la oposición que hizo declaraciones en San Telmo. La líder de Vox comparó España con el Titanic, con Sánchez “al timón” del naufragio y arremetió contra “la ignominia” de que la secretaria de Organización de Podemos haya entrado en “el Gobierno socialcomunista”. “Empieza a funcionar el Gobierno fuerte que Andalucía necesita”, dijo Olona sobre el Ejecutivo de Moreno. Vox se abstuvo en su investidura y el PP le concedió una vicepresidencia de la Mesa del Parlamento. La mayoría absoluta del PP hace a Vox innecesario pero Olona ha sabido hasta la fecha tener protagonismo político por más que los votos de la extrema derecha no sean necesarios.

Todos los presidentes del PP alabaron a Moreno para dar por hecho que el ciclo político en España tendrá como remate final a Feijóo como presidente del Gobierno. El de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, se mostró convencido de que tras las victorias del PP en Galicia, Madrid o en su comunidad “el colofón” será la presidencia de Feijóo y el de Murcia, Fernando López Miras, insistió también ese “cambio de ciclo” político en España. Solo el presidente de la Xunta de Galicia, Fernando Rueda, se mantuvo al margen de la confrontación con el Gobierno de España, en una intervención que utilizó para alabar a Moreno y vender las excelencias del camino de Santiago.

El otro gran asunto sobre la mesa, aparte de los cambios en el PSOE, el Gobierno y la “inestabilidad” del país ante un horizonte negro y preocupante, ensalzaron todos los presidentes, de crisis económica, fue la financiación autonómica. El actual modelo lleva caducado desde 2014 y todos los ‘barones’ autonómicos reclaman su reforma urgente, eso sí, con reivindicaciones muy diferentes según cada territorio. El próximo jueves el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, será recibido en Moncloa por Pedro Sánchez y el mismo día por la mañana acudirán los de Galicia y Castilla y León.

Durante los dos últimos años, Andalucía ha liderado un eje de demandas junto a Murcia y la Comunidad Valenciana, las comunidades, según todos los estudios, más castigadas en el reparto según su población. Al otro lado, Feijóo estaba al frente del eje de Galicia, Aragón o Castilla y León, con la demanda de que se tenga en cuenta la despoblación, la dispersión o el envejecimiento más allá de la población como factor en el reparto de recursos del Estado desde las autonomías. Ahora el PP tendrá que afinar todo este coro de voces que suena al unísono contra Pedro Sánchez pero desafina cuando se trata de poner voz a las demandas en un asunto crucial como es la reforma de la financiación autonómica. Lo que quedó algo tapado, pese al empeño de un acto cargado de simbolismo y protocolo, fue el himno de Andalucía, engullido por el ruido de la confrontación política.