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Bloque progresista

El PSOE achaca a los socios las negociaciones in extremis: "Un día nos va a dar un infarto"

Los socialistas aseguran que ERC o el PNV apuran las negociaciones para lograr "arrancar" sus exigencias al Ejecutivo | Reivindican que el Ejecutivo tiene "la lengua pelada" de conversar con todas las formaciones y que seguirá haciéndolo

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante el debate del estado de la nación en julio. EP

La sensación en el PSOE y en Unidas Podemos es la misma: no podía empezar mejor el curso parlamentario. El Gobierno de coalición logró esta semana sacar adelante tres decretos -entre ellos el plan de ahorro energético- y tres leyes -la del solo sí es sí, la de ciencia y la concursal-, y todo con una mayoría holgada con el bloque progresista. Y, por si fuera poco, el Ejecutivo no tuvo que sufrir hasta el último minuto -como suele ser la tónica habitual- para cerrar los apoyos. Eso sí, todas las formaciones les afearon que siempre dejen el diálogo para el último minuto. "La distribución de los tiempos en una negociación no depende solo de Gobierno", se escudan fuentes del PSOE que achacan a sus socios habituales, en especial a ERC y PNV, que apuren hasta el tiempo de descuente para confirmar su respaldo.

En los últimos dos años, no ha sido raro que en el Congreso sonara el timbre que llama a los diputados a votar y que aún quedasen dudas sobre qué haría uno u otro grupo. Y, normalmente, de esos votos suele depender el éxito o el fracaso de una iniciativa. "Un día nos va a dar un infarto", aseguran en el PSOE tras haber vivido más de un momento en el que los miembros del Gobierno iban con una "cafinitrina debajo de la lengua", por si acaso.

La reforma laboral, aprobada gracias a un voto erróneo de un diputado del PP, o la ley de Comunicación Audiovisual, donde fueron los morados quienes no revelaron hasta el último momento su voto en contra, son solo dos ejemplos.

Realidades distintas

Los socios habituales del Gobierno critican que toda esa tensión del último momento se debe a que el Ejecutivo impulsa medidas, sobre todo a través de reales decretos, sin consultar con el resto de formaciones y es después cuando se sienta a negociar. La sensación que denuncian es que socialistas y morados buscan siempre 'in extremis' los apoyos que necesitan. "No es la mejor fórmula para engrasar la mayoría plurinacional", dijo este jueves la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, en el debate sobre el plan de ahorro energético. Y no fue la única. "No esperen al último momento porque algún día las cuentas no van a salir", les espetó la diputada del PNV Idoia Sagastizabal.

En el PSOE rechazan las críticas de manera rotunda. "Hay contacto desde el primer día, otra cosa es que la concreción del acuerdo no pueda llegar hasta el último minuto", explican fuentes socialistas. Y, ¿a qué se debe esa dilación? En el partido mayoritario del Gobierno tienen claro que se trata de la técnica negociadora que han adoptado las formaciones del bloque progresista para intentar lograr sus objetivos: "El que te quiere arrancar algo, apura sus tiempos". Además, rechazan que se pueda culpar únicamente al Gobierno, ya que se trata de una "responsabilidad compartida".

Abiertos a dialogar

"Somos un Gobierno que dialoga, que busca consensos y gracias a ellos conseguimos acuerdos", aseveró el pasado jueves la ministra de Transporte, Raquel Sánchez, esgrimiendo el mantra de que el Ejecutivo ha sacado adelante más de 150 proyectos legislativos en las Cortes -solo perdió la votación de un decreto-ley que permitía a los ayuntamientos hacer uso de sus remanentes- y que eso es muestra de su talante negociador. "Este Gobierno tiene la lengua pelada", insisten fuentes del PSOE.

Las mismas voces reafirman la "voluntad de diálogo" del Ejecutivo y confían en que esto permita estar más "cómodos" a los socios. El primer gesto tendrá lugar la próxima semana, cuando la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, se reúna con todas las formaciones para ir consensuando el Plan de Contingencia con medidas más ambiciosas para ahorrar energía que se deberá remitir a la Comisión Europea antes de que termine septiembre.

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