Juanma Moreno, convertido en barón de barones del PP porque ha logrado la mayoría absoluta en Andalucía, lo que su partido no pudo conseguir nunca antes, protagonizó este lunes un desayuno informativo plagado de excargos públicos, empresarios/as, compañeros de filas y periodistas. Su palabra nunca fue la de un presidente autonómico más, pues lleva las riendas de la comunidad más poblada de España desde 2018, pero ahora tiene alrededor una expectación alta, de manera que si cumple o supera la expectativa, es fácil que irrumpa la polémica.

Así ha sucedido este martes. Anunció el presidente de la Junta de Andalucía que suprimirá el impuesto de patrimonio y procedería a otras rebajas fiscales. Explicó que con ello esperaba atraer a personas con mucho dinero, y por tanto, inversiones. Añadió que su espejo es la Comunidad de Madrid, que preside la otra gran figura autonómica del partido, Isabel Díaz Ayuso.

La medida, según las cifras expuestas por el Ministerio de Hacienda, beneficiaría a apenas el 0,2% de los ciudadanos andaluces que en 2020 declararon un patrimonio superior a los 700.000 euros, sin contar la vivienda habitual. Siempre según los cálculos del Departamento de María Jesús Montero, las arcas de la comunidad autónoma dejarían de ingresar algo más de 93 millones de euros al año con la supresión de dicha figura impositiva.

En el PP están muy contentos con las propuestas de Díaz Ayuso, hace unos días, y de Moreno, este pasado lunes. Serían la demostración de que los cargos conservadores del partido de Alberto Núñez Feijóo saben gestionar situaciones complejas en lo económico mediante rebajas de impuestos. Alentarían inversiones y creación de riqueza en los territorios.

Pero en el espectro de la izquierda, desde el PSOE a Más País, no opinan igual. De hecho, opinan algo radicalmente diferente. En las ruedas de prensa que han dado diversos portavoces parlamentarios en el Congreso ha quedado claro que la idea de Juanma Moreno no gusta nada, entre otras razones porque fomenta "competencia desleal" entre autonomías, el famoso "dumping fiscal". Por un lado, se estaría motivando el desplazamiento de personas con mucho dinero a otras comunidades, lo que el presidente andaluz expresó sin ambages, ya que esperaba un aumento de domiciliaciones en su tierra. Por otro, no es tan fácil para cada gobierno regional adoptar medidas así.

Ratones votando a gatos

La portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, se mostró nítidamente a favor del impuesto de patrimonio por cuanto cumple una "lógica de justicia social", esto es, que "quién más tiene, más paga". A su juicio, se trata de una figura tributaria "necesaria", sobre todo en contextos como el actual, quizá en la antesala de una recesión, seguramente la fase previa a un invierno marcado por la crisis energética. Respecto a si la supresión en Andalucía atraerá a fortunas de otras comunidades, como Cataluña o la propia Madrid, la diputada vasca ha reflexionado lo siguiente: "Supongo que lo ha dicho por estar inmerso en la campaña" de las elecciones de mayo de 2023; "debería explicarlo más", ha apostillado.

ERC, a través de su portavoz, Gabriel Rufián, ha sido taxativo. La "conciencia de clase" de dirigentes como Moreno y Ayuso es "brutal", ha manifestado antes de puntualizar: "la suya, claro". No puede concebir el diputado catalán cómo alguien de clase trabajadora podría votar a un dirigente como el presidente andaluz con medidas como la supresión del impuesto de patrimonio. A su juicio, "es absurdo" el argumento de que las rentas más afectadas por la variabilidad económica también se verán beneficiadas por la extracción de un tributo así. Por tanto, ha declarado, si las clases populares votan a Moreno sería como ver "a un ratón votando a un gato".

"Papá Estado"

El portavoz socialista en el Congreso, Patxi López, no se ha abstraído de la controversia. En un alambicado juego argumental, ha defendido la unidad del PSOE ante críticas como la del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page; ha esgrimido que a este Gobierno se le juzgará por no eludir su responsabilidad, que es la de gobernar con un modelo nítidamente socialdemócrata; ya ha contrapuesto todo esto con el marco mental y electoral del PP, que es una derecha aislada en Europa. E insolidaria.

A juicio del dirigente del PSOE, es fácil deducir que detrás de una decisión como la de quitar el impuesto de patrimonio, esté la intención de que sean los propios ciudadanos los que sufraguen esa caída de ingresos de 93 millones. "No vale luego pedir recursos a 'Papá Estado'", ha comentado el diputado vasco.

En representación de Unidas Podemos se han pronunciado el presidente del grupo parlamentario, Jaume Asens, y el portavoz, Pablo Echenique. El primero ha tildado la idea de Moreno de "secesionismo fiscal", en la línea de Isabel Díaz Ayuso. El segundo ha destacado el probable "deterioro de los servicios públicos" que en Andalucía acarreará la medida. Ambos, sin embargo, han coincidido en la necesidad de establecer un modelo de armonización que evite "la competencia desleal entre territorios".

El diputado por Zaragoza, en este sentido, ha abogado por la fijación de un mínimo a escala estatal, lo que exige una fórmula que no invada el radio competencial de las comunidades. Ha recordado, además, que si se hubiera aprobado la proposición de ley que hace meses presentó Unidas Podemos para perfilar una mayor carga fiscal a las rentas altas, Juanma Moreno no habría podido anunciar lo que anunció este lunes.

Listas de espera con más tiempo

También con contundencia se ha manifestado el representante de Más País, Íñigo Errejón, para quien la propuesta de pronta aplicación del presidente andaluz "significa que se van a dejar de ingresar casi 100 millones", y en consecuencia, que la sanidad pública o la lucha contra los incendios forestales sufrirán recortes. Costará más que los médicos atiendan en los ambulatorios, tardarán más las intervenciones quirúrgicas y no se contratarán a bomberos forestales para combatir las llamas que devastan los bosques.

Como Echenique, el diputado de Más País ha pedido un modelo de armonización fiscal que contenga un mínimo, y así, se evite el "dumping fiscal". En resumen, a su entender, la medida de Moreno es "regalos para los ricos; más sufrimiento para los demás".