Vox ha zanjado este jueves la posibilidad de que Macarena Olona vuelta al partido "a la vista del daño que se está haciendo a través de ella". "Este es el fin del camino, le deseamos lo mejor en lo político y nos tendrá siempre a su disposición en lo personal", ha dicho el portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros.

Es la respuesta, clara y sin medias tintas, del partido después de la excandidata en Andalucía haya asegurado que su retirada es fruto de purgas internas y anunciado que existe "un linchamiento" y que su petición de mantener una cita con el presidente del partido, Santiago Abascal, activó "la maquinaria de triturar carne", según denunció en una entrevista en 'Abc'. Vox tiene urgencia por solventar con rapidez la que ha sido hasta ahora su mayor crisis interna, con peligro además de una escisión en sus filas si Olona se decide a seguir adelante en la vida pública y montar su propio proyecto político. Ella habla de que "algunos" usaron su enfermedad para sacarla fuera de juego.

La mayor crisis del partido

La tensión interna afloró con claridad la semana pasada. Abascal no supo explicar qué estaba pasando con Olona, que semanas después de haber dado un portazo y renunciado a su escaño en Andalucía, alegando motivos de salud, empezaba una gira pública, con actos en los que llamaba a congregar afiliados y simpatizantes. Vox aseguró que ella ya estaba de baja en el partido, algo que ella negó para pedir públicamente a Abascal, a través de las redes sociales, una reunión en la que decidir su futuro. Sonó a reto, aunque la política alicantina mantiene que no fue eso. Ahora, Espinosa de los Monteros se afana por cerrar ya un episodio que pone a Vox en una incómoda situación interna en un momento en el que el partido se desinfla en las encuestas y a las puertas de unas elecciones municipales y autonómicas el próximo mayo. La crisis con Olona y el pinchazo de las expectativas en Andalucía están dando una imagen de descomposición del partido que, desde Madrid, tratan de zanjar.

El envite ha seguido con esas declaraciones públicas en las que Olona insiste en que quizás se precipitó en dejar el escaño andaluz, donde corrobora que el diagnóstico médico que tenían a finales de julio finalmente no fue tan grave, apostando por no abandonar la vida pública. La exsecretaria general de Vox en el Congreso, que confiaba en esa cita de tú a tú con Abascal para su reincorporación a la vida pública, ha recibido un sonoro portazo. Ella proponía regresar "sin traicionar Andalucía", pero su vuelta al Parlamento tras renunciar al escaño era imposible. La única posibilidad era que su partido la propusiera como senadora por designación de la comunidad autónoma, sustituyendo a la senadora postulada por Vox hace solo semanas, María José Rodríguez de Millán. Eso ya lo intentó en julio y el partido le dijo que no. Olona descarta ser candidata en las municipales a la alcaldía de Granada. No oculta su enfrentamiento con el secretario general de Vox, Javier Ortega Smith. Si pretendía que Abascal eligiera entre ese pulso interno entre uno de los dos ya lo hizo cuando Olona decidió precipitar su dimisión y su salida de la política. El siguiente paso es saber si ella se retira y vuelve a su plaza de abogada del Estado o camina por libre en un proyecto político autónomo. Nadie sabe qué hará. En Vox descuentan que es "un animal herido" y no descartan que siga en política.