La Ley trans y LGTBI ha salvado con nota su primera gran prueba en el Congreso de los Diputados: el PP y la ultraderecha se han quedado solos en su intento de tumbar el proyecto. Sin embargo, ha quedado claro que la tramitación parlamentaria requerirá de mucha negociación, pues el PSOE ya ha adelantado que considera mejorable el texto y que trabajará por que la ley que salga del Parlamento sea "garantista".

La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha pedido complicidad y debate constructivo para discutir el proyecto -una de los estandartes de su mandato-. Si hace falta, ha dicho, se discutirá "de principio a fin".

Montero ha llamado a la "mayoría feminista" de la Cámara a "estar a la altura" de los colectivos trans y LGTBI y a trabajar desde la complicidad, aun para abordar las diferencias existentes: "Discutamos esta ley de principio a fin, pensemos juntas, expresemos diferencias y posibilidades de mejora, pero no cedamos ni un milímetro a los reaccionarios y a la transfobia, no dejemos ni una sola puerta abierta a los discursos de odio, a la comparsa de los bulos", ha pedido.

"Somos más quienes queremos afrontar las dificultades unidas", ha precisado. Varios grupos han compartido su voluntad de enmendar el texto, como Cs y el PNV, si bien han rechazado con contundencia el intento de PP y Vox de frenar su tramitación.

"El debate que estamos teniendo aquí no es si habrá o no habrá ley trans, porque vamos a terminar este año 2022 con la ley aprobada, ustedes tienen el debate perdido", ha subrayado Montero dirigiéndose a la bancada de la derecha.

Todo el arco parlamentario ha rechazado la postura de PP y Vox, que han calificado de reaccionaria, tránsfoba y contraria al avance de derechos de los colectivos más vulnerables. El discurso más afilado ha sido el de la ministra.

"¿Son conscientes de que están hoy aquí para defender un país con menos derechos? (...) La derecha quiere un país lleno de armarios, de soledad de clandestinidad. Son menos, les estamos ganando", ha señalado Montero, que ha lamentado que el PP esté siendo "ideológicamente devorado por la extrema derecha".

El PP ha respondido que es necesaria una ley para proteger al colectivo, pero estima que el texto es intervencionista, rompe el principio de igualad pues "borra a las mujeres" e impone un discurso ideológico: en este sentido, ha pedido un debate serio y con calma, reconociendo que "nadie está en posesión de la verdad".

"¿A ustedes les parece un avance que el Registro Civil se convierta en una oficina de deseos? (...) Esto no es como ir a cambiar el modelo de consola o el de móvil, esto es muy serio", ha sentenciado la diputada popular María Jesús Moro en referencia al reconocimiento de la autodeterminación del género: bastará la voluntad de la persona para cambiar su nombre y mención registral del sexo en el Registro Civil, sin necesidad de tratamientos de hormonación ni informe médico.

Desde la extrema derecha, Carla Toscano ha afirmado que la ideología de género es un "cáncer" y se ha mofado de la autodeterminación del género de las personas trans al indicar que la ley trans "supone una discriminación sobre personas que se puedan sentir un ornitorrinco o Lady Gaga".

Los discursos de la derecha y la extrema derecha sobre el proyecto de ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI han sido ampliamente contestados por el resto de los grupos.

La socialista Raquel Pedraja ha incidido en que estas enmiendas a la totalidad son "un no rotundo" a los derechos de las personas LGTBI. "Vivimos en un país diverso, plural, abierto, tolerante y respetuoso y ustedes no están a la altura porque no les gusta cómo es. Señorías de la ultraderecha, alimentan discursos de odio contra todos aquellos que no entran en sus parámetros mentales, pero mírennos: somos personas normales, están ahí afuera y estamos aquí adentro y somos ciudadanos y ciudadanas de este país".

La diputada de Cs Sara Giménez ha calificado de "repugnante" el discurso de Vox, mientras que el del PP le ha parecido "arcaico en materia de igualdad y de feminismo": "Se está mandando un mensaje en contra de la diversidad".

El PNV ha mostrado su intención de construir un futuro de derechos para el colectivo LGBTI con "tolerancia y empatía", "no con posiciones que lo que buscan es quitar derechos". "Para nosotros es una ley que suma derechos y que no se presenta contra nadie, sino a favor de las personas. No resta, suma, no divide, sino que pretende multiplicar", ha apuntado Joseba Andoni Agirretxea.

Tanto Cs como ERC han criticado con énfasis la hipótesis del borrado de las mujeres: "Las mujeres trans no borran a ninguna otra mujer, son mujeres y merecen su defensa en igualdad de condiciones que el resto", ha defendido Giménez. "Defender que los derechos trans entran en colisión con otros derechos es perverso y pretende intoxicar. No hay una lucha entre feminismo y mujeres trans", ha destacado la independentista María Carvalho.

Empieza el trámite de enmiendas

La ley trans y LGTBI es un proyecto que ha estado acompañado de polémica desde su negociación en el seno del Gobierno de coalición -donde encontró una férrea oposición de la entonces vicepresidenta Carmen Calvo. El PSOE acordó en su congreso de Valencia alinearse con los derechos de las personas trans, y ahora tendrá que demostrar esa postura en su tramitación parlamentaria.

La diputada socialista ha presumido de que su partido es el artífice de grandes avances feministas y LGTBI y se mantendrá firme en ese espíritu, por la conquista de derechos y libertades.

Ahora bien, ha dejado claro que tiene "vocación de mejorar" el texto mediante enmiendas.

También han adelantado que tienen "objeciones y enmiendas" en el PNV, así como en Cs, que considera que el proyecto "no es el modelo ideal", pues "deja sin resolver asuntos en materia de menores" y "se queda corta a la hora de garantizar la igualdad efectiva".

Giménez (Cs) ha prometido que tratarán de enriquecer el texto para que no tenga lagunas de seguridad jurídica y "no deje vacíos que van a perjudicar al conjunto de la sociedad".