Moncloa se sacude de encima las presiones de Podemos para situar a la magistrada Victoria Rosell en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). La portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, reiteró este martes que la negociación con el PP para renovar el órgano de los jueces y el Tribunal Constitucional se encuentra en la "fase final", sin que las advertencias de los socios de coalición hagan alguna mella, pese a que en las últimas horas han amenazado con rechazar el acuerdo si no está la magistrada, que es actualmente la Delegada del Gobierno contra la Violencia de Género.

Los socialistas se muestran tranquilos y esperan que el pacto vea la luz en las próximas horas, tal como ha contado EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica. Los dos negociadores, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y el vicesecretario de Institucional del PP, Esteban González Pons, han intensificado los contactos para intentar cerrar ya el pacto. Según dijo Rodríguez en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la culminación del acuerdo es la "fase más complicada" pero "esperamos que se consolide". Fuentes del PP insisten en que "no queda mucho más por negociar".

El pacto contempla que el PSOE ceda dos sillones a Unidas Podemos y que los perfiles elegidos entre magistrados y juristas no tengan vinculación directa con ningún partido político. Este requisito, puesto sobre la mesa por el PP al comienzo de las conversaciones hace dos semanas y aceptado entonces por el Gobierno, ha sublevado ahora al partido morado.

Mientras Yolanda Díaz aboga por primar el acuerdo y no poner líneas rojas, el viernes Podemos estableció la presencia de Rosell como un requisito indispensable para apoyarlo. En las últimas horas, el partido ha repetido que respaldarán a esta magistrada "hasta las últimas consecuencias", tal como defendieron este lunes tras la rueda de prensa de la Ejecutiva.

La votación sale con el PP

Pero en Moncloa optan por mantenerse al margen de estas disputas y ni siquiera se sienten aludidos ante la posibilidad de que la Delegada del Gobierno contra la Violencia de Género acabe quedándose fuera y los diputados de Podemos -no el resto del grupo parlamentario- decidan no votar los nombres pactados para renovar el CGPJ. Más que nada porque si lo vota el PP, la elección está garantizada.

Dentro del espacio de Unidas Podemos conviven ya dos facciones diferenciadas: Yolanda Díaz, IU y los 'comuns' por una parte, y por otra Podemos, que en los últimos meses ha endurecido su tono para presionar a la vicepresidenta y líder del espacio. Los socialistas restan importancia a la escenificación del partido de Ione Belarra e insisten en que su interlocutora es Díaz, y en todo caso Enrique Santiago, de IU, que conversa a diario con Bolaños. Por lo que, señalan en Moncloa, Podemos está "puntualmente informado" a través de la también ministra de Trabajo y evitan dar credibilidad al órdago de los morados.

Este martes, Pablo Echenique perseveró en defender a Rosell como una de las integrantes del CGPJ, y sostuvo que la condición de elegir perfiles despolitizados es en realidad un veto "ad hoc", al que bautizó como "cláusula Rosell".

Además, se mostró contrario a la despolitización de Consejo, asegurando que "el CGPJ no es un órgano jurisdiccional, no imparte sentencias", sino que "es un órgano político de gobierno de los jueces". En este sentido, añadió que "cuando el PP diga qué candidatos va a proponer, estoy seguro de que todos van a tener un intenso perfil político".

Después del exabrupto de Podemos, del que se han desmarcado Yolanda Díaz e Izquierda Unida, la vicepresidenta de Gobierno ha adoptado una estrategia radicalmente contraria a la del partido morado, que llevan días insistiendo sobre el nombre de Rosell. La gallega, en cambio, ha pedido silencio a los principales actores del espacio para evitar que el 'ruido' pueda interferir en las negociaciones, ya en su recta final.

Así lo hizo este lunes por la tarde en la reunión de coordinación que convocó por tercera semana consecutiva para informar a las distintas facciones del espacio sobre el estado del acuerdo. Una reunión a la que también acudió Echenique. Después de que Díaz trasladase esta petición, el portavoz compareció este lunes en el Congreso insistiendo en su apuesta por Rosell, pero rebajando la dureza de los términos.