Los miembros de la Comisión de Interior del Congreso han podido ver en la mañana de este viernes los vídeos policiales españoles de la masacre en la valla de Melilla del 24 de junio, sin que -como se esperaba- haya cambiado sensiblemente lo que cada uno piensa del tema.

El Partido Popular ha salido pidiendo la dimisión de Fernando Grande-Marlaska, pero defendiendo a la Guardia Civil. Ciudadanos ha subrayado la defensa, antes de acusar al ministro de mentir. Unidas-Podemos ha insistido en la inhumanidad de la gestión de la frontera, pero ha evitado cargar de frente contra el titular de Interior, aunque sí ha denunciado que hubo “una clara omisión de socorro”. Y EH Bildu ha corroborado esa denuncia, además de insistir en la ilegalidad de las devoluciones de migrantes.

Gendarmes en Melilla

No obstante, los hechos se van aclarando por dos de los flancos más polémicos: ya nadie afirma categóricamente que hubiera muertos, personas que fallecieran, en territorio español, pues no lo puede acreditar un vídeo; y todos sostienen ya sin dejar espacio a dudas que sí hubo agentes marroquís entrando y actuando en territorio español, si bien eso para el diputado socialista David Serrada es parte de la “normal coordinación” policial en frontera."Si hay coordinación policial, también debe haberla para que haya una adecuada atención sanitaria", ha reclamado el comunista Enrique Santiago. Y en esa "clara omisión de socorro" a los migrantes se centra ahora una de las patas de la polémica. La otra reside en si el ministro dijo o no la verdad al Congreso. Con ella construyen PP y Ciudadanos su difícil equilibrio: atacar a Marlaska sin tocar a la Guardia Civil. Antes de disparar contra el miembro del Gobierno, la portavoz popular Ana Vázquez ha puesto exquisito cuidado en alabar la labor del instituto armado en el asalto, como han hecho Ciudadanos y el PSOE. Vázquez ha acusado al ministro de "usar como escudo a un guardia civil" y de mentir: "Tres veces dijo que nunca entró nadie de Marruecos a España, y entraron de cuatro fuerzas marroquís: gendarmes, auxiliares, policías y militares". El "escudo" al que se refiere es el teniente coronel de la Guardia Civil Arturo Ortega, que mandaba la Comandancia de Melilla el 24 de junio. Este oficial ha llevado desde Melilla un pendrive con 75 grabaciones -algunos vídeos de la jornada han sido mostrados por este periódico-, y la orden de explicárselas a los diputados. Pero estos no han visto las siete horas y cuarto de material. Entraron a las 9 de la mañana, y a las dos de la tarde han decidido abreviar y exponer sus impresiones. El socialista Serrada ha lamentado que “los que exigían transparencia no han querido ver todas las imágenes”.

Cerco parlamentario

La sesión, pues, no ha servido para cambiar posturas -“No hay nada novedoso, pero los hechos son gravísimos”, ha dicho el portavoz de EH-BilduJon Iñarritu-, pero sí para mantener el cerco parlamentario. A derecha e izquierda, la oposición se emplaza al próximo miércoles, a una comparecencia para la que ya se preparó Marlaska con sus asesores."Hay grupos que solo buscan la cabeza del ministro, pero obviando la investigación de los hechos; nosotros pedimos la investigación de los hechos y luego ya habrá un debate sobre las medidas que se deben tomar", ha dicho el abertzale. El diputado de Unidas-Podemos Enrique Santiago, como hizo en el reciente viaje a Melilla de los diputados, ha recorrido parecido camino argumental: que se estudien los hechos porque "no se está garantizando la legislación española y europea: los rechazos en frontera han de hacerse de forma individual e identificando, y no se produjo esa identificación".

No ha salido ninguna nueva petición de comisión de investigación. El PNV la cree necesaria "sin prejuzgar culpabilidades" y exigiendo transparencia, informa Ángel Alonso. "Vamos a escuchar a Marlaska las explicaciones que da y... no cerramos ninguna posibilidad parlamentaria", ha advertido Ana Vázquez.

El diputado de EH-Bildu Jon Iñarritu, antes de iniciar la sesión a puerta cerrada donde visionan los videos de los incidentes del salto a la valla en Melilla. David Castro

Sesión inusual

Las imágenes que este viernes se han visto son las tomadas por un dron, un helicóptero y dos cámaras fijas del lado español del vallado y abarcan entre las 7:15 y las 11:00 de la mañana del 24 de junio. Se han mirado no en Comisión, sino en una mera reunión informativa que no figuraba en la agenda oficial de previsiones del Congreso.

Interior había ofrecido la sede ministerial, pero la Mesa consideró que, por respeto institucional, debían ser los vídeos los que fueran al Congreso y no al contrario.

Sin que el reglamento obligue a ello, la sesión se ha celebrado a puerta cerrada. Grande-Marlaska, entre tanto, estaba en Bruselas, y desde allí ha señalado que "reducir el visionado a un tercio" tiene "el peligro de interpretaciones subjetivas y sesgadas", informa Silvia Martínez.

El ministro ha insistido en que la actuación de la Guardia Civil "fue proporcional, legal y necesaria para contener un ataque violento" y en que "no hubo ninguna persona fallecida en territorio español".

Dónde, cómo y por qué

En Madrid, fuentes de Interior lamentaban que diputados que no han visto a fondo los vídeos se arroguen "el papel de supuestos peritos que quieren trasladar luego a la Opinión Pública".

El guardia que ha mostrado las imágenes era el jefe accidental de la Comandancia del instituto armado en Melilla cuando sucedieron los hechos. El 11 de junio había dejado el mando el coronel Antonio Sierras y tomó Ortega el relevo a la espera de otro nombramiento. Trece días después más de 2.000 migrantes asaltaban la alambrada. El pasado 18 de noviembre, la Secretaría de Estado de Seguridad nombró un nuevo jefe de la Comandancia, el coronel Jesús Vicente Torresano.

En las imágenes se ve cómo gendarmes marroquís pasan hacia zona española -"el tránsito operacional entre zonas es habitual", explica una fuente policial-, así como un número aún no determinado de personas que caen del lado español en el asalto.

El helicóptero tomó imágenes cenitales, apartándose a otro punto de vez en cuando por razones de estrechez del espacio aéreo, cuando llegaba algún vuelo comercial a Melilla. El dron toma imágenes más abajo, pues se dedicaba a dar apoyo táctico al despliegue de guardias civiles antidisturbios del GRS que contuvieron a los migrantes en territorio español. Esa mañana se activaron 66 de esos guardias, los 33 que entraban de turno de mañana y los 33 que salían del turno de noche, más efectivos de la Policía Nacional y la municipal hasta llegar a 100.

Sobre el uso de elementos antidisturbios como los botes de humo y las pelotas de goma contra la multitud, que ha criticado el Defensor del Pueblo, el teniente coronel ha explicado a los diputados que se usó el material mínimo de contención.

Los vídeos acreditan que los migrantes se dirigían a un primer objetivo en la valla, el "punto A 62", pero acabaron asaltando el paso fronterizo, donde fueron empujados por la presión de los gendarmes marroquís. El lugar se convirtió en una trampa mortal.

Sobre si son territorio español el patio, las puertas y los corredores en los que resultaron aplastados un mínimo de 23 hombres, el visionado no ha aportado más elementos a la polémica. Entre las fuerzas de seguridad es doctrina que el espacio de soberanía española en una frontera empieza desde el puesto de Policía o Guardia Civil hacia el territorio propio, y no hacia adelante.

El miércoles próximo Marlaska negará que hubiera devoluciones en caliente. La cifra ofrecida por la Guardia Civil a los parlamentarios es de 470 rechazos en frontera, personas que fueron retenidas por los guardias al pie de la valla según bajaban, y calmadas por un mediador al que se ve en los vídeos yendo a hablar con los subsaharianos sin casco ni otras protecciones. Pasaron a territorio español 134 migrantes, la mayoría sudaneses que antes habían pasado por Libia. La mayoría son hoy peticionarios de asilo.