Agentes sociales

Patronales y sindicatos aplauden la cumbre hispano-francesa como síntoma de "normalidad"

La ANC y Òmnium, en cambio, creen que el cónclave supone "maquillar" el conflicto político mientras que los expertos en relaciones internacionales apuntan al impacto geoestratégico

El ’president’ Pere Aragonès, junto a patronales y sindicatos.

El ’president’ Pere Aragonès, junto a patronales y sindicatos. / Agencias

Gabriel Ubieto / Sara González

Los máximos mandatarios de los gobiernos español y francés se reunirán este jueves en Barcelona para estrechar lazos entre ambos países y compartir agenda en cuestiones con fuerte dimensión económica, como es el caso del proyecto de hidroducto para conectar la capital catalana con Marsella y transportar hidrógeno verde. Las patronales y sindicatos más representativos en Catalunya aplauden la celebración del cónclave, en tanto que lo leen como un síntoma de la “normalidad institucional” a la que ha vuelto Catalunya tras la tensión vivida durante el ‘procés’.

Sin embargo, si un propósito tiene el independentismo es demostrar que esa "normalidad" no es tal porque el conflicto político continúa vigente. Ese es justamente el 'leitmotiv' de la manifestación que una treintena de entidades, capitaneadas por ANC, Òmnium y el Consell per la República, han convocado a las puertas de la cumbre y que contará con la participación de ERC, Junts y la CUP, la primera protesta unitaria desde la ruptura del Govern del pasado otoño. Derivadas políticas al margen, los expertos internacionales señalan la relevancia geoestratégica que tendrá para España y también para Barcelona tanto la mera celebración del encuentro como su contenido.

Las patronales, entusiasmadas

Foment del Treball y Pimec se muestran optimistas con que el encuentro entre Pedro Sánchez y Emmanuel Macron se celebre y especialmente que se celebre en Barcelona. "Es un encuentro de alto nivel entre dos gobiernos amigos de dos de las economías más importantes de Europa y esperamos compromisos realistas", afirma el presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre. "Conseguir acuerdos clave en materias prioritarias, como la energética, pasa por este tipo de reuniones. Es tanto una oportunidad, como una necesidad", declara el presidente de Pimec, Antoni Cañete.

Ambas entidades patronales tienen altas expectativas en el gaseoducto Bar-Mar. Aunque "no solo esperamos la foto, sino que concreten acuerdos”, insiste Cañete. "Cualquier oportunidad para poner Barcelona en el mapa y ganar prestigio es una operación positiva para todos. No podemos pensar en una Barcelona pequeña y de espaldas al mundo, queremos una ciudad abierta y ambiciosa", considera Sánchez Llibre.

Los empresarios aplauden el ambiente de estabilidad en el que esperan que se celebre la cumbre y piden que las discrepancias políticas que han manifestado desde parte del independentismo no la compliquen. “Como con la canción de Shakira, sería un error que nos centráramos en la música y no en la letra”, bromea el presidente de Pimec.

Los sindicatos aplauden el diálogo

CCOO UGT no se muestran tan entusiasmados con la reunión al máximo nivel entre España y Francia, si bien coinciden en que la falta de crispación en las calles es una buena señal. “El clima político ha recuperado cotas de cierta normalidad, las medidas en favor del diálogo que llevamos defendiendo desde hace años funcionan”, considera el secretario general de CCOO de Catalunya, Javier Pacheco

“[La polémica en torno a la cumbre] me da igual, es un debate al que no le encuentro lógica. Que se hagan los actos institucionales que se tengan que hacer. No le veo sentido a la polémica alimentada ni por un lado, ni por el otro”, afirma el secretario general de UGT de Catalunya, Camil Ros. “Ya que se hace en Barcelona espero que se promueva la conectividad entre el Mediterráneo”, añade. 

“No conocemos formalmente la agenda que trataran. Estaría bien que también hablaran de la agenda social y ahí podríamos parecernos más a Francia en materia salarial”, apunta Pacheco. Macron ya ha concretado la subida del salario mínimo interprofesional para el 2023, que en Francia alcanza ya los 1.353 euros. En España todavía no está claro a cuánto se revalorizará y sigue en los 1.000 euros. 

El independentismo, movilizado en contra

Para el presidente de Òmnium, Xavier Antich, el contenido de la cumbre ha quedado "relegado" por la vocación del Gobierno de utilizarla para vender "el relato prefabricado" de que el conflicto político con Catalunya está resuelto. “No hay normalidad democrática, se vulneran derechos fundamentales de forma sistemática y la maquinaria represiva funciona a todo trapo, hay más de 4.000 personas afectadas en causas judiciales”, sostiene. Para Antich, es clave que la protesta convocada es unitaria del independentismo, cosa que no ha sucedido en los últimos meses, por lo que llama a centrar los esfuerzos en el objetivo común ante el riesgo de que se acabe poniendo el foco más en las discrepancias internas entre partidos.

La presidenta de la ANC, Dolors Feliu, también lamenta que la Moncloa busque “maquillar la represión” y trasladar que la movilización se ha esfumado, motivo por el que defiende que hay que salir a la calle para hacer evidente que “nada ha acabado”, justo el lema que encabeza la convocatoria. Además define la cumbre como un “acto de poder y exhibición de su soberanía” de Francia y España sobre Catalunya porque esta no ha tenido ninguna capacidad de decisión sobre un hidroducto sobre el que proyecta dudas, por ejemplo el impacto ecológico territorial que pueda tener. “Toman decisiones que afectan a toda España utilizando Catalunya. Queremos tomar nuestras propias decisiones”, pide Feliu, que subraya que ni el Estado ni Francia reconocen a la nación catalana y recuerda el conflicto abierto con la defensa del catalán. 

La geoestrategia, expectante

Al margen de las derivadas políticas a la interna, hay tres aspectos clave de la cumbre que señalan los expertos en relaciones internacionales. Los resume el presidente del CIDOB (Barcelona Centre for International Affairs), Pol Morilla. En primer lugar, se trata de un encuentro que "refuerza la relación bilateral" entre España y Francia a un nivel similar a que la que tiene Francia con Alemania e Italia con la firma del tratado de amistad. En segundo lugar, el acto se produce pocos meses antes de que el Gobierno de Pedro Sánchez asuma la presidencia rotatoria de la Unión Europea, la última antes de las elecciones del 2024.

"Es un momento de grandes debates abiertos, como las reformas fiscales o del mercado energético", señala Morilla, que añade que eso fomentará la "proyección internacional" del Gobierno y de sus ministros, así como un fortalecimiento de sus relaciones a escala europea que Sánchez busca capitalizar ante el nuevo ciclo electoral. Y, en tercer lugar, España, así como Barcelona, se sitúan en la "centralidad" en los debates e infraestructuras de futuro con un hidroducto que juega un papel clave en el nuevo mapa energético y la transición verde que se está dibujando como consecuencia del conflicto entre Rusia y Ucrania y la vocación de Europa de fomentar su autonomía energética.

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