Presupuestos de la Generalitat

La Moncloa y las federaciones del PSOE más críticas con ERC bendicen las cuentas catalanas

El acuerdo entre republicanos y socialistas permite a Sánchez subrayar que el 'procés' ha terminado y el bloque independentista está roto

Pedro Sánchez.

Pedro Sánchez.

Juan Ruiz Sierra

El acuerdo entre ERC y el PSC para los nuevos Presupuestos de la Generalitat, que firmarán en la tarde de este miércoles Pere AragonèsSalvador Illa, tiene importantes consecuencias más allá de Cataluña. Las nuevas cuentas autonómicas, con los comunes como tercer aliado, vienen a respaldar la tesis del presidente del Gobierno, Pedro Sánchezde que el ‘procés’ se ha acabado. Son una prueba de que el independentismo está roto, con Junts per Catalunya alejado de esta ecuación, mientras republicanos y socialistas se dan la mano tanto dentro como fuera de Cataluña. Sánchez se dispone ahora a transmitir, cuando faltan menos de cuatro meses para las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo, que sus políticas frente a la crisis territorial están funcionando. 

El acuerdo presupuestario, continúan fuentes socialistas, también debería tener efectos muy relevantes en el Congreso de los DiputadosEn el último año de esta legislatura sin precedentes (marcada por la pandemia y la primera experiencia en la historia democrática española de una coalición en el Gobierno central) aún faltan dos proyectos legislativos claves: la ley de vivienda y la reforma de la ‘ley mordaza’. En ambos casos, el voto a favor de ERC resulta indispensable. Ahora “ya no tienen excusas”, señalan en la dirección del grupo parlamentario socialista. Los republicanos, sin embargo, señalan que estas iniciativas no tienen “absolutamente nada que ver” con las cuentas catalanas. 

El fin de la unidad

El Gobierno central llevaba semanas insistiendo en que Illa, como líder de la oposición en Cataluña y primer secretario del PSC, tenía “plena autonomía” para llegar o no a un entendimiento con el ‘president’ Aragonès. Pero los vínculos entre Sánchez e Illa son muy estrechos, su interlocución muy fluida desde que el dirigente catalán fue ministro de Sanidad en lo peor de la crisis del coronavirus, y en la Moncloa se observaba al milímetro cada paso de la negociación presupuestaria. Este miércoles, tras el anuncio del pacto, hubo sensación de alivio. 

Los socialistas subrayan que ERC ya no tiene “excusas” para no apoyar la ‘ley mordaza’ y la de vivienda, pero los republicanos enfrían ese escenario

El pasado martes, durante el debate en el Congreso de los Diputados para aprobar el último decreto con medidas sociales para hacer frente a las consecuencias de la guerra en Ucrania, en el que ERC se abstuvo para presionar con las cuentas catalanas, Sánchez dijo que el ‘procés’ había “terminado”. Al menos, tal y como se conocía hasta ahora, porque “ya no hay unidad independentista, unilateralidad y confrontación”. Lo que hay, continuó el presidente del Gobierno, es “diálogo”.

La tesis alcanza ahora mucha más fuerza gracias al acuerdo presupuestario en Barcelona, que muestra tanto los frutos de ese “diálogo” como la ruptura del bloque soberanista, algo que incluso ha reconocido este miércoles el líder del PP, Alberto Núñez FeijóoEn este sentido, en el Gobierno se otorga importancia a un mensaje lanzado este miércoles por Quim Torraantecesor de Aragonès al frente de la Generalitat. “Qué lástima ver el escudo de la Generalitat al lado del logo del PSC. De una legislatura para culminar la independencia a otra para frenarla", ha escrito Torra en su cuenta de Twitter. 

"El acuerdo es un ejercicio de política útil, que permite seguir avanzando en normalizar la situación de Cataluña y en la convivencia. Es una muestra de los frutos del diálogo y de los acuerdos al margen de los bloques que venían funcionando hasta ahora", argumentan en la dirección del PSOE.

Incluso las federaciones socialistas más críticas con el acercamiento de Sánchez a ERC comparten este enfoque. Por ejemplo, Castilla-la Mancha, cuyo presidente autonómico, Emiliano García-Pagellegó a acusar en diciembre al jefe del Ejecutivo de “tomar a los ciudadanos por tontos” al “pactar condenas con delincuentes” en la reforma de la malversación, acordada con ERC. 

Fuentes cercanas a Page han utilizado un tono muy distinto esta vez para valorar el acuerdo presupuestario. “Si todos asumimos que es mejor que el PNV dependa del PSE antes que de Bildu, lo mismo se puede predicar en Catalunya. Illa es el líder del PSC que más confianza nos da desde los tiempos de Pasqual Maragallincluido el propio Maragall”, han señalado en el entorno del presidente castellano-manchego, donde no hay temor a las consecuencias del pacto entre ERC y el PSC ante las elecciones de mayo.

La negociación parlamentaria

Y luego está el Congreso de los Diputados. Los socialistas creen que las cuentas catalanas terminarán de desatascar dos proyectos legislativos tan importantes como la ley de vivienda y la reforma, que no derogación, de la ley de seguridad ciudadana, conocida como ‘ley mordaza’. Señalan que los republicanos ya no tienen “excusas” para abstenerse o votar en contra. 

Pero en ERC enfrían ese escenario. Estas dos normas, señalan en su grupo parlamentario, “no tienen absolutamente nada que ver” con los presupuestos de la Generalitat. El voto en ambas iniciativas, continúan las mismas fuentes, “se decidirá en función de su contenido”. En vivienda hay un mayor grado de entendimiento que en la ‘ley mordaza’, explican, donde todavía quedan muchos aspectos sobre los que “seguir hablando”. 

Los republicanos son muy críticos con la propuesta socialista. “No se elimina una de las sanciones que ha generado gran cantidad de multas, las faltas de respeto a los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado –señalan-. Tampoco se elimina ni se matiza lo suficiente el concepto de ‘desobediencia’. Y sobre el uso de las pelotas de goma, no se prohíbe ni se admite que se revisen o se publiquen los protocolos”.