Acción exterior de la Generalitat

Pere Aragonès viaja a Dublín para estrechar lazos con el Sinn Féin

El 'president' se entrevistará con las líderes de la fuerza de ambos lados de la frontera irlandesa

Pere Aragonès.

Pere Aragonès. / Mariona Puig

Xabi Barrena

En el mercado de las nacionalidades en busca de Estado propio, parece que Escocia anda a la baja, como acredita el reciente anuncio de retirada (efectivo cuando haya relevo) de la premier Nicola Sturgeon, ante la imposibilidad de sacar adelante su plan de referéndum de autodeterminación anclado en la voluntad de esta parte de Gran Bretaña de no abandonar la Unión Europea. Este descenso en la cotización ha hecho emerger las aspiraciones de Irlanda del Norte, otrora siempre presente en la agenda mediática por las actividades terroristas del IRA y, desde el Acuerdo de Viernes Santo de 1998 (este 10 de abril se cumplen 25 años), en una especie de barbecho del que, en los últimos meses, va saliendo.

Y emerge Irlanda del Norte por dos motivos. La isla irlandesa cuenta con 32 condados, de los que 26 forman la República de Irlanda y, los seis restantes, el territorio administrado por el Reino Unido. Y si, precisamente, la salida del Estado británico de la Unión Europea, dio alas al intento de Sturgeon de celebrar un segundo referéndum en Escocia, también ha alimentado las ansias de celebrar otra consulta, la de la reunificación de la isla irlandesa. Los 500 kilómetros entre Lough Foyle (al oeste) y Carlingford Lough (al este), no solo separan el Reino Unido de la República de Irlanda, sino la Unión Europea de los británicos.

Bien es cierto que el llamado Protocolo sobre Irlanda e Irlanda del Norte que firmaron los británicos y la UE permite que no haya puestos fronterizos entre ambos lados de la frontera. Con todo, habida cuenta de que en el referéndum sobre el Brexit de 2016, en el Ulster los partidarios de mantenerse en la UE ganaron con un 55% de los votos, la situación es, como mínimo paradójica.

Hegemonía en dos estados

El segundo gran motivo de la reaparición de las aspiraciones independentistas norirlandesas es la conversión del Sinn Féin, el que fuera el brazo político del IRA, en un partido hegemónico a ambos lados de la frontera, tanto en el Eire (el país independiente) como en el Ulster. Un partido que ha simpatizado con la causa independentista catalana y que se ha solidarizado siempre, como recuerdan fuentes de ERC, "con los presos y exiliados".

Pere Aragonès viaja este jueves a Dublín, y por espacio de poco más de 24 horas, a estrechar lazos con el Sinn Féin, una fuerza que ha vivido un proceso similar, incluso más pausado, al de EH Bildu, en Euskadi. Así, mientras en la fuerza vasca, aliada habitual de ERC en el Congreso y en Europa, los sucesores de Batasuna (Sortu) forman parte de la coalición con otras fuerzas que nunca han apoyado la lucha armada (como Eusko Alkartasuna), el Sinn Féin es la traslación directa de aquel partido al que la BBC, entre 1988 y 1994, censuró la voz de sus líderes. Sobre todo a dos: Gerry Adams y Martin McGuiness.

Aragonès, de hecho, se entrevistará, el viernes, con las sucesoras de ambos. Por un lado con Mary Lou McDonald, la primera europarlamentaria de la fuerza, en 2009 y presidenta del Sinn Féin desde 2018, cuando sucedió a Adams. McDonald hizo que el Sinn Féin fuera la fuerza más votada en las últimas elecciones en la república, aunque se tuviera que conformar con ser líder de la oposición, por aquello de los pactos.

Doble victoria sin premio

Y por el otro con Michelle O'Neill, vicepresidenta del partido y líder en Irlanda del Norte. De familia inequívocamente vinculada al IRA y 'ahijada' política del propio McGuiness, uno de los negociadores de los acuerdos del Viernes Santo, O'Neill ganó las elecciones autonómicas en el Ulster, aunque no puede gobernar por el bloqueo que mantienen las fuerzas unionistas.

Hay un hilo que une este Sinn Féin del siglo XXI y el SNP escocés de Sturgeon con lo que pretende Oriol Junqueras y Pere Aragonès para ERC y es que las fuerzas isleñas (británica e irlandesas) la voluntad de presentarse más allá de una fuerza independentista, en concreto, como la alternativa popular de izquierdas, frente al poder establecido.

El jueves, casi recién aterrizado en Dublín, Aragonès visitará a Bertie Ahern, presidente de la República de Irlanda entre 1997 y 2008, cuando dimitió entre sospechas de corrupción. Ahern --del Fianna Fáil, el partido que fundó Éamon de Valera en 1926, precisamente, como escisión del Sinn Féin-- es uno de los artífices del acuerdo de paz de Viernes Santo y participó, también, en las conversaciones que condujeron al proceso de paz en Euskadi.

Finalmente, también el viernes, el 'president' visitará la principal organización que trabaja por la defensa y la promoción del irlandés, Conradh na Gaeilge o Liga Gaélica. Fundada en 1893, fue una de las entidades que lideró la campaña que logró la oficialidad del irlandés en la Unión Europea (otro de los caballos de batalla intergeneracional de la política catalana), lograda definitivamente el 1 de enero de 2022.

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