CANDIDATURA PARA 2030

El acercamiento diplomático permite ahora a España organizar el Mundial con Marruecos

La candidatura conjunta para el torneo de 2030 habría sido impensable hace dos años, cuando las relaciones bilaterales entre los dos países estaban esencialmente suspendidas

Pedro Sánchez y Mohamed VI, en una imagen de archivo.

Pedro Sánchez y Mohamed VI, en una imagen de archivo. / EFE

Mario Saavedra

El 19 de noviembre de 2018, Pedro Sánchez propuso públicamente a Marruecos participar en un proyecto junto a España para organizar el Mundial de fútbol. La idea fue decayendo al tiempo que iban aumentando las tensiones diplomáticas entre ambos países. La federación española se unió a la portuguesa y, con el apoyo de sus respectivos gobiernos y también de la UEFA, se centraron en dar forma a una candidatura ibérica, que fue presentada de manera oficial en octubre de 2020. Ahora, el rey de Marruecos, Mohamed VI, ha anunciado que Marruecos se incorpora a esa candidatura de España y Portugal para el Mundial 2030, un proyecto en el que está en duda la continuidad de Ucrania. Las federaciones de las tres países ultiman un acuerdo que cuenta con la bendición de sus respectivos gobiernos. Un detalle significativo, en el caso español, dadas las tensiones diplomáticas que han mantenido ambos países en los últimos tiempos.

Esta candidatura conjunta habría sido impensable en 2021. Entonces, España y Marruecos tenían esencialmente suspendidas las relaciones bilaterales. El Gobierno de Rabat entró en cólera después de que España decidiera dar asistencia médica en Logroño al líder del Frente Polisario, Brahim Gali, en guerra con Marruecos. Estaba enfermo con Covid. 

La crisis de Ceuta

Poco después, cerca de 8.000 personas, muchas de ellas menores, entraron de forma ilegal en España a través de la frontera de Ceuta. Fue la mayor entrada irregular de personas a España. Las autoridades de Marruecos lo permitieron. 

La tensión con el vecino magrebí comenzó a calmarse hace ahora justo un año. Pedro Sánchez envió una carta al rey de Marruecos, Mohamed VI, para expresarle el apoyo de España a su plan de incorporar el Sáhara Occidental al Reino de Marruecos en un régimen de autonomía. Un giro de más de medio siglo de neutralidad española hacia el conflicto saharaui

Sánchez escribió que ese es el plan “más realista, serio y creíble” para resolver el conflicto. El reino alauita, satisfecho, ordeno reincorporarse a la embajadora a su puesto de Madrid e inició conversaciones para resolver todos los diferendos entre ambos países: las aguas territoriales entre Marruecos y Canarias, el control de los flujos migratorios o la reapertura de las fronteras de Ceuta y Melilla para personas y mercancías, algo que de momento no se ha conseguido.

Cumbre bilateral

El momento álgido de este nuevo acercamiento diplomático se produjo el pasado 1 y 2 de febrero, en la muy anticipada cumbre entre los Gobiernos de España y Marruecos. Una docena de ministros de ambos países reunidos en Rabat y horas de reuniones para sacar adelante los asuntos bilaterales pendientes. La cita quedó deslucida, sin embargo, por el plantón que dio el rey de Marruecos al presidente español. Sánchez compareció ante la prensa delante de una enorme foto de Mohamed VI, pero éste permaneció en su residencia vacacional de Gabón. 

Todos los grupos parlamentarios, salvo el PSOE, han solicitado explicaciones al Gobierno por las razones del giro sorpresivo de Sánchez. Piden saber por qué se ha hecho ese cambio radical sin informar al Congreso, y qué es exactamente lo que España ha obtenido a cambio. El tema del Sáhara es muy sensible políticamente: no en vano se trata de una ex provincia española, que fue ocupada por Marruecos con la llamada “marcha verde” en 1975. La buena sintonía, ahora, se expande al terreno del fútbol con la candidatura para el Mundial 2030.