Entrevista

Pilar Urbano: "Soros y otros expertos en manipulación del pueblo financiaron el 'procés'"

"Pilar Rahola quiso que fuera a ver a Puigdemont, pero yo no quise", dice la periodista, que publica 'El alzamiento' sobre el juicio del 1-O

Pilar Urbano.

Pilar Urbano.

Daniel G. Sastre

Pilar Urbano (Valencia, 1940) ha escrito un libro sobre el independentismo que desde el título y el subtítulo (El alzamiento. Crónica de la manipulación de un pueblo, publicado por Planeta) deja claro que no pretende ser un relato imparcial. Con un estilo atrevido para tratarse de un texto de no ficción (por ejemplo, recrea entre comillas conversaciones privadas o supuestos pensamientos de varios protagonistas de los hechos), la periodista asegura, entre otras cosas asombrosas, que George Soros estaba detrás de la intentona soberanista.

¿Por qué escribir otro libro sobre el ‘procés’, si ya se han escrito muchos?

Yo no abordo el ‘procés’, sino el juicio del ‘procés’. He estado cuatro años investigando, estuve cuatro meses siguiendo el juicio y me quedé con la mochila llena de medias mentiras, de fiscalas que no interrogaban sobre lo que tenían que interrogar... Fue el caso de Consuelo Madrigal, que no preguntó al ‘conseller’ Rull, qué era lo que los mossos destruían en la incineradora de Sant Adrià de Besòs. Y ahí estaban las actas falsas del 1-O, las que hicieron los Mossos para el TSJC, porque tenían la orden de impedir que se celebrara el referéndum. Lo otro que había era el Pegasus catalán, el espionaje de los Mossos a políticos, jueces, funcionarios públicos...

¿Cuántas entrevistas hizo para escribir el libro?

Incontables, aunque una vez roto el hielo de la presencia personal había mucho e-mail. Lo primero que hice fue ir a ver a los presos. Estuve con todos, tras el cristal, y a veces venían varios y hacíamos incluso tertulia. Todos ellos me regalaron sus libros. No fueron conversaciones muy interesantes, estaban muy quejicosos, pero yo notaba que tenían la esperanza de que sus penas se iban a aliviar. Y así fue: antes del 1-O ya hubo una cena en casa de Jaume Roures, con Xavier Domènech, Oriol Junqueras, Pablo Iglesias, Marta Rovira... Allí se pacta la moción de censura contra Mariano Rajoy para encaramar a Pedro Sánchez. A Puigdemont no lo entrevisté: Pilar Rahola quiso que fuera, pero yo no quise ir a Waterloo.

¿El libro pretende ser una narración neutral? Porque parece que se pone de lado de una de las dos partes.

¿Dos? Hay cuatro por lo menos. Yo respeto inmensamente los sentimientos, la cultura, los anhelos de un pueblo. Y luego hay una ley, que los catalanes votaron masivamente, y hubo dos o tres catalanes entre los padres constituyentes. Es la carpa que nos protege a todos, que se puede cambiar para que estemos todos a gusto.

En el libro afirma que los independentistas tienen un "orgullo supremacista".

Sí. Basan sus derechos en los derechos históricos, se consideran superiores. Por otra parte Josep Pla [en una cita que se incluye al principio del libro] les dice que son gente acomplejada, que huye de si misma. Siempre han tenido un complejo de inferioridad. Si a mí me dicen todos los días que soy alta al final me lo creo, y mido 1,47.

¿Dónde pone el inicio del ‘procés’? ¿En Jordi Pujol, como parece en su libro?

Sí. Un tipo que se atreve a decir "somos seis millones", que significa, traducido, que aquí no hay 'xarnegos', para a continuación decir que "'som una nació'"... Con esas dos frases me basta. El derecho a decidir es una cosa de 2007. ¿Decidir qué? ¿Café, leche, mostaza? En cambio, Pujol hizo la inmersión lingüística, habló de los orígenes históricos. 

"Pujol dijo que se había equivocado al nombrar a Artur Mas"

Dice que el padre de Artur Mas fue testaferro de Pujol. 

Fue testaferro. A Mas no le dejo yo bien. Me da la razón Pujol. Dijo: "¿En qué me he equivocado? En nombrar a Mas". Eso fue un día hablando con Felipe González y un mandatario latinoamericano.

Dice también que Rajoy ofreció el concierto económico a Puigdemont antes del 1-O.

Sí. Mas pidió en 2012 tener una agencia tributaria, y le dijeron que no había dinero. En 2017, el Gobierno la ofreció, y más cosas, como la ampliación de El Prat.

Expresa sospechas sobre las muertes, en noviembre de 2017, de los fiscales Maza y Romero de Tejada, y del juez Ramírez Sunyer.

Yo sospecho, porque quien les conocía y les había tratado, que es Miguel Duran, decía es que no es natural esa muerte en serie de tres paladines que estaban atacando el ‘procés’. Maza recibe tres avisos distintos para que pise el freno: de Rafael Catalá, de Soraya Sáenz de Santamaría y de Rajoy, ya indignado. Hay una presión fuerte del Gobierno. Todos tenían alguna enfermedad, pero no estaban tan malitos...

Quizás lo más sorprendente es que diga que Soros financió la intentona independentista.

No solo Soros. Hay dos libros, hechos por el funcionario de la ONU Juan Antonio Pérez de Castro, y no hay más que cogerlos. Citan fuentes abiertas norteamericanas. Quien financia esto son multibillonarios, expertos en la manipulación del pueblo. Hay un temor a Europa como gran potencia.

Pero son libros tildados de ‘conspiranoicos’ y que han tenido poca repercusión.

Sí, pero si los 'conspiranoicos' son Gates, Bezos, Zuckerberg, Rothschild, Rockefeller... Tienen todo el poder mediático. ¿Para qué quieren muchos Andorra, muchos Luxemburgos en Europa? Para que Europa no sea un ente muy grande. Y frente a ese atlantismo, surge el antiatlantismo de Putin. Soros agita: tiene 400 instalaciones en Cataluña en un solo año. Pedro Sánchez ha sido asalariado de una de sus empresas. Hay un montón de ministros que mete él para agradar a Soros, como Carmen Calvo.

Dice en el libro que hay heridas sin cicatrizar. ¿Los indultos no ayudan a cicatrizar?

No. Los indultos han tronchado la justicia. Han convertido en papel mojado una sentencia del Tribunal Supremo, la azotea de la justicia. No hay garantías porque no podemos recurrir, decían los presos. Por eso convirtieron en papel mojado la sentencia.

¿Está en contra de la teoría de la sentencia de que todo fue una ensoñación?

La sentencia habla de alzamiento 47 veces, de ahí he tomado el título. El arma era la masa.

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