Condena por corrupción

Carles Puigdemont avala que Laura Borràs se resista a dejar la presidencia del Parlament

El 'expresident' apoya que se pida la restitución de la dirigente como jefa de la Cámara catalana pese a la sentencia del TSJC

El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont.

El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont. / EP

Fidel Masreal

Ni un paso atrás. Al contrario, un paso al frente para exigir la restitución de Laura Borràs como presidenta del Parlamento de Cataluña, pese a haber sido condenada por prevaricación y falsedad documental a cuatro años y medio de cárcel y 13 de inhabilitación. Esta es la estrategia no sólo de Borràs, sino que cuenta con el aval del 'expresident' Carles Puigdemont.

Así se acordó en una breve reunión telemática el pasado jueves en la que participaron la propia Borràs, Puigdemont, el secretario general, Jordi Turull, el jefe de filas parlamentario del partido Albert Batet y la secretaria segunda de la Mesa del Parlamento y fiel seguidora de Borràs, Aurora Madaula, así como el portavoz de la formación, Josep Rius.

En el encuentro virtual, según fuentes conocedoras, se avaló la decisión de la presidenta del partido de reclamar -lo hizo Madaula en rueda de prensa días atrás- que la Cámara no solo no la aparte, sino que la restituya con todas sus atribuciones. La tesis fue, pues, la de hacer caso omiso a la Junta Electoral Central (JEC), que el jueves dio diez días al Parlamento para que responda qué quiere hacer con Borràs, y así trasladar la presión a la presidenta del Parlamento, Alba Vergés, de ERC, que es la que tendrá que contestar a la JEC.

El argumento a favor de mantener las posiciones es que la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) certifica, según Junts, que Borràs no ha provocado ningún daño a las arcas de ninguna institución ni se ha llevado al bolsillo ninguna cantidad de dinero. Con este argumento, se considera que no ha habido corrupción y, por tanto, el artículo del reglamento del Parlament que la apartó del cargo no debería aplicarse porque solo se puede utilizar, dicho artículo, en casos directamente relacionados con el lucro personal.

Un silencio incómodo

Este hilo argumental es el que sirve a Borràs, ahora con el aval de Puigdemont desde Waterloo, para mantener el pulso a todos los grupos del Parlamento, salvo Junts, que le han reclamado que abandone la institución por el bien de la misma. Lo mismo ha afirmado la responsable de la comisión de garantías de JxCat, la abogada Magda Oranich, que ha afirmado que ella ya habría dejado el cargo del Parlament por iniciativa propia si se hallase en la situación de Borràs.

Estas palabras provocaron una rebelión interna de afines a Borràs exigiendo destituir a Oranich. Pero otras personas de la dirección del partido también están a años luz de la estrategia, el estilo y las formas de la presidenta de la formación pero guardan silencio. El secretario general, Jordi Turull reclama desde hace semanas un cierre de filas total para que la situación no perjudique a los intereses del partido cara a las elecciones municipales del 28 de mayo.

La ejecutiva de Junts de este lunes no ha entrado en valorar la situación, más allá de escuchar a Madaula explicar la comparecencia que ofreció junto al abogado Jaume-Alonso Cuevillas, para comunicar que habían pedido formalmente la restitución de Borràs. La rueda de prensa no contaba con un aval previo formal de la ejecutiva de Junts, si bien el secretario general y el jefe parlamentario, Jordi Turull y Albert Batet, sí estaban al corriente y validaron la iniciativa.

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