Defensa

Maniobras Flotex 23: la Armada prueba sus nuevos drones de vigilancia y combate

Embarque de infantes de Marina en una lancha en las maniobras Flotex 22.

Embarque de infantes de Marina en una lancha en las maniobras Flotex 22. / M. Defensa

Juan José Fernández

Se llaman Kaluga, Sead23, Airfox y Tizona, son de diseño y fabricación españoles, y agrupan las capacidades mas recientes de la Armada en materia de barcos robot y aparatos voladores no tripulados. Las misiones para las que están pensados son la observación, la patrulla, la determinación de objetivos… y su destrucción si se programan para ello. Los cuatro drones van a ser desplegados por Defensa durante la maniobras Flotex 23, que comienzan este lunes y que en aguas de Baleares van a simular escenarios de una guerra que ya no es del futuro, sino de hoy, y no forman parte de la ciencia ficción, sino de la tecnología actual para campos de batalla en los que se combinan hombres y máquinas.

Pasados ya los festejos del Día de las Fuerzas Armadas, este 5 de junio arrancan las mayores maniobras navales españolas del año, el ejercicio más complejo y tecnológicamente exigente de la Armada. En esta edición contarán con la participación de personal y buques de Estados Unidos, Turquía, Canadá, Grecia, Francia, Italia, Letonia, y Portugal.

En total serán 5.000 los militares activados para estos ejercicios, en tierra o a bordo de 19 buques, 16 aeronaves, seis lanchas de desembarco, 80 vehículos de Infantería de Marina y los dos submarinos actualmente operativos.

Revista aeronaval presidida por el Rey el pasado viernes en Motril (Granada).

Revista aeronaval presidida por el Rey el pasado viernes en Motril (Granada). / MDE

Toda esta fuerza naval está llamada a probar su coordinación y potencia durante 11 días en dos tipos de juego de guerra: la simulación de un incidente de mediana intensidad y el ensayo en un escenario de conflicto de alta intensidad.

En ambos casos, será bajo el mando del almirante de la Flota, Eugenio Díaz de Río, y el comandante del Cuartel General Marítimo de Alta Disponibilidad, vicealmirante José María Núñez. Los puntos de partida serán Alicante, Cartagena y Almería, y los de recalada Palma de Mallorca y Mahó.

Vista de zorro

En estas maniobras, el buque de acción marítima (BAM) Furor llevará a bordo el Airfox. Se trata de una de las principales apuestas de la Armada para incrementar su capacidad de ver a distancia.

El Airfox, también denominado M5D, es un avión de cuatro kilos de peso, dos metros de envergadura en sus alas, cubiertas de pequeños paneles solares. Su sigilo es una de sus principales ventajas; la otra, que es capaz de volar un máximo de 9 horas.

Dron M5D Airfox, incorporado por la Armada.

Dron M5D Airfox, incorporado por la Armada. / Marine Instruments

La óptica que carga el aparato puede detectar objetivos para señalarlos no solo en superficie, también sumergidos. De hecho, el Airfox nació para ayudar a las flotas pesqueras a encontrar bancos de peces, hasta que el Grupo Arbulu, de capital español y con sede en San Sebastián de los Reyes (Madrid), empezó a ofrecerlo como una capacidad asociada a los despliegues navales.

En Flotex 23, este dron ayudará al BAM Furor a desempeñar una misión de neutralización de una amenaza asimétrica a base de embarcaciones de pequeños tamaños amenazando desde diversos puntos del horizonte, la especialidad de este buque.

Barcos fantasma

Sin nadie al timón, nadie a bordo como si se tratara de barcos fantasma, dos pequeñas embarcaciones, del tamaño de una lancha fueraborda, irán rodeando a la fuerza naval cuando se ponga en acción. Serán el Kaluga y el Sead-23. Su misión es vigilar amenazas contra el despliegue de grandes buques, en el caso del segundo dron, y, en el del primero, proteger instalaciones o buques y escoltar a efectivos de Infantería de Marina en su ruta hacia la playa.

Prueba del dron naval Kaluga en unas maniobras.

Prueba del dron naval Kaluga en unas maniobras. / UTEK

El Kaluga está armado con un Lionfish, un arma autónoma, que se puede activar a distancia con una gran capacidad de fuego y que la firma italiana de armamento Leonardo ideó para misiones de control del tráfico marítimo.

El dron Kaluga pertenece a la clase de USV (Unmaned Surface Vehicles, o vehículos no tripulados de superficie) con que se dota la fragata F81 Santa María, que tiene la misión de proteger grupos de combate y grupos de proyección marítima.

La firma UTEK desarrolla este barco robot desde sus instalaciones en el Parque Científico de Madrid, junto a la base militar de El Goloso. El dron lleva en pruebas en la Armada desde 2021.

La embarcación no tripulada Seadrone SEAD 23, navegando en los ejercicios Dynamic Messenger 22 de la OTAN.

La embarcación no tripulada Seadrone SEAD 23, navegando en los ejercicios Dynamic Messenger 22 de la OTAN. / Seadrone Pontevedra

La otra lancha sin tripulantes, Sead-23, nació en Vigo del diseño del ingeniero Íñigo Echenique, propietario de la startup Seadrone. Lo usará como parte de su escolta el buque de proyección marítima Juan Carlos I, el portaaviones multipropósito de la Armada.

Enjambre en el cielo

En esta maniobras en Baleares la Armada pondrá en acción también el sistema Tizona. Lo lanzará el buque de asalto anfibio Castilla, que hace funciones de plataforma de mando para el cuartel general marítimo de alta disponibilidad.

Como los otros drones, el sistema Tizona forma parte del programa de inversión en adquisición de nueva tecnología de la Armada, muy necesitada de reparar los agujeros que viene teniendo desde la crisis de la burbuja.

Uno de los aparatos del enjambre de drones Tizona, desarrollado por la firma española Swarming Technologies para la Armada.

Uno de los aparatos del enjambre de drones Tizona, desarrollado por la firma española Swarming Technologies para la Armada. / OTAN

El Tizona es un invento de un grupo de exingenieros de Airbus expertos en enjambres de robots voladores que fundaron STS (Swarming Technologies & Solutions), integrado en el Grupo Zelenza, con sede en el área industrial aeronáutica de Getafe (Madrid).

El Tizona es un RPAS. Con esas siglas se conoce en los ejércitos a los sistemas aéreos que se tripulan remotamente. El sistema está compuesto por máquinas de 12 kilos que cuentan con la capacidad de volar a 145 kilómetros por hora durante 60 minutos, y que pueden conectarse entre sí y actuar coordinadamente en un radio de 20 kilómetros.

El nuevo submarino, en camino

A estas maniobras no llega aún la novedad más importante y esperada de la Armada: el submarino S-81 Isaac Peral. El buque con el que España pasará a convertirse en autoridad autónoma de diseño naval y alcanzará un importante y largamente esperado escalón de autonomía estratégica no estará para su entrega, confirman fuentes de la cúpula de la Armada, hasta la fecha prevista de noviembre próximo.

No acudirá pues en estas maniobras, pero, de camino al despliegue en el Mediterráneo occidental, los altos oficiales de la Armada han recibido -algunos incluso han asistido- la noticia de un nuevo avance en su construcción. El pasado jueves superaba en aguas de la Algameca (Cartagena) otras cruciales pruebas de inmersión estática.

Al S-81 le quedan aún muchos ensayos, pruebas de navegación, simulacros con los que los astilleros de Navantia pretenden ponerlo a punto y someter a estrés sus sistemas. Se trata de la obra más compleja de ingeniería en España, similar a la construcción de una nave espacial.

Dotado con el sistema PIA (Propulsión Independiente de Aire), el Isaac Peral reducirá notablemente la necesidad de emerger o utilizar el snorkel para renovar el aire, alcanzando cotas de autonomía, o capacidad de navegación sumergido, hasta ahora no conocidas en la Armada.

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