GASTO EN DEFENSA
El PSOE se agarra a las encuestas para defender su plan de rearme: "Está claro que el país está preocupado"
Algunos de los socios del arco progresista creen que las posiciones del Gobierno en defensa le acarrearán un coste electoral. Otros, en cambio, consideran que “la gente percibe que algo ha cambiado y que se debe actuar”

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibe a la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, durante la ronda de contactos en Moncloa. / Eduardo Parra / Europa Press
La sociedad española, anclada tradicionalmente en posiciones antibelicistas y, por tanto, contraria al aumento del gasto militar, está girando a pasos acelerados. Si hace apenas unos meses el nuevo ‘think tank’ del PSOE lanzado por Pedro Sánchez, la Fundación Avanza, advertía en un informe que la opinión pública española era la más reacia a la inversión en seguridad, la situación parece haberse volteado a la luz de las encuestas. Tanto es así, que en Ferraz ven un apoyo mayoritario al plan de rearme, pese a la oposición a su izquierda, y vaticinan que seguirá incrementándose porque “el peligro no va a desaparecer”.
“Está claro que el país está preocupado”, explican los socialistas respecto a los datos del último barómetro del CIS, según los cuales un 75% está a favor de que la UE aumente su capacidad en defensa frente a un 19% que se posiciona en contra. Por recuerdo de voto, los votantes del PP son los que más consideran que la UE debería aumentar su propia capacidad de defensa (90,6%), seguido de los votantes de Vox (79,5%) y del PSOE (76,3%), mientras que entre los de Sumar el grado de apoyo desciende al 52,3%.
La Encuesta Política de España del Gabinet d'Estudis Socials i Opinió Pública (GESOP) para Prensa Ibérica cifraba el apoyo a un aumento del gasto en defensa en el 55,4% de los españoles y el rechazo en el 39,1% de la ciudadanía. Los votantes socialistas se ajustaban a la media, mientras que los de PP y Vox la rebasaban ampliamente manifestando una mayor adhesión y los socios del Gobierno se situaban en lado contrario, siendo los más contrarios al aumento del gasto en defensa.
Pese a los datos demoscópicos, los socialistas no bajan la guardia en lo que se refiere a la pedagogía. Algo a lo que también aludía la Fundación Avanzar al avisar en el mismo informe, de julio del pasado año, de que “En España es necesaria una enorme pedagogía para explicar los beneficios generales para la ciudadanía del aumento de los recursos en seguridad y defensa”. En Ferraz sostienen la necesidad de aumentar el gasto en defensa para combatir la amenaza de la Rusia de Vladímir Putin, por seguir “una política de anexión de territorios que considera suyos”, pero al mismo tiempo quitan de la ecuación que esta apuesta vaya en detrimento del Estado de bienestar.
“Esto no es una dicotomía entre gasto en defensa o gasto social”, argumentan para concluir que “seguiremos subiendo el gasto social y fortaleciendo el Estado del Bienestar” pese a adelantar el esfuerzo inversor en defensa hasta el 2% del PIB. Pedro Sánchez batalla para ello en la UE por suavizar el impacto en los presupuestos nacionales del plan de rearme a través de fondos comunes, a modo de más allá de los préstamos o la eliminación de las reglas fiscales para que este gasto no compute en el déficit.
“Debe haber un nuevo instrumento, un sucesor de los fondos Next Generation, ya que no todos los países tienen el mismo músculo fiscal”, reclamaba desde Bruselas la presidenta de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo, la española Iratxe García. Por otra parte, se apuesta por un enfoque más transversal del concepto de la defensa para ampliarlo a la “seguridad 360” y poder computar bajo este paraguas las inversiones en ciberseguridad, IA o, incluso, lucha contra el terrorismo y cooperación.
Un debate todavía sobre la mesa y que en Moncloa entienden que no se cerrará hasta dentro de varias semanas, sin que el Consejo Europeo de esta semana vaya a ser concluyente, según vaticinan. El jefe del Ejecutivo tendrá tiempo para insistir en sus argumentos, como viene haciendo en sus últimas comparecencias y volverá a hacer el próximo 26 de marzo en el Congreso con una comparecencia a petición propia para informar sobre los acuerdos en Bruselas y la posición de España al respecto.
"No a la guerra"
Entre algunos de los socios habituales del arco progresista, sin embargo, creen que las posiciones del Gobierno en defensa tendrán un coste electoral para el PSOE y ven una oportunidad para crecer a su costa. O a la de Sumar, como sería el caso de Podemos, competidor directo de los de Yolanda Díaz. Los morados han desplegado ante este debate una marcada posición identitaria, rescatando el lema “no a la guerra” de las manifestaciones de hace dos décadas por Irak y reclamando la salida de la OTAN. Dentro de Sumar, además, Izquierda Unida ha ratificado el rechazo al aumento del gasto en sus órganos internos y lanzado un manifiesto llamando “a trabajar por la paz y a movilizarnos para defenderla”.
En lo que coincidían la mayoría de socios que pasaron por Moncloa el pasado jueves en la ronda de contactos para abordar el aumento del gasto en defensa fue en percibir que la menor de las inquietudes de Sánchez tiene que ver con un rechazo social al plan de rearme. Eso así, desde uno de estos grupos lo vinculaban al hecho de que el jefe del Ejecutivo, según su lectura, no tenga en estos momentos posibilidades de repetir en Moncloa tras unas próximas elecciones.
“Un antes y un después”
Desde otro de los partidos que apoyaron la investidura de Sánchez sí llamaban la atención sobre un cambio en los esquemas tradicionales de la ciudadanía española. “La gente percibe que algo ha cambiado y se da cuenta de que se debe hacer algo”, explicaba uno de los interlocutores con el jefe del Ejecutivo para concluir que la actual situación por la guerra de Ucrania “es un antes y un después”. Según el CIS, dos de cada tres españoles dicen sentirse "bastante preocupados" o "muy preocupados" por la invasión de Rusia a Ucrania.
En la dirección socialista sostienen en la misma línea que “la guerra de Ucrania ha sido un aviso”. “Europa debe protegerse a sí misma, y nosotros somos Europa. No podemos depender de terceros. Estamos ante un orden mundial que ha cambiado en semanas, y Europa no puede permanecer ajena”, defienden las mismas fuentes. Por el momento, el Gobierno no tiene intención de llevar el plan del rearme al Congreso, ante la división de sus socios, y mira a mecanismos extrapresupuestarios para ejecutar el compromiso de elevar el gasto en defensa. En otros parlamentos de países de nuestro entorno, como Francia o Italia, se ha visibilizado una división política lejos de los consensos de Bruselas.
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