Expectativas

Los ministros candidatos del PSOE no logran comer terreno al PP pese a volcarse en sus territorios

Montero, Alegría y López no mejoran los resultados de los socialistas en las encuestas de Andalucía, Aragón y Madrid

La dirección del partido considera que es "pronto" para juzgar la arriesgada apuesta autonómica de Sánchez por los miembros del Gobierno

María Jesús Montero y Óscar López, el pasado 15 de diciembre durante un acto del PSOE en Alcorcón (Madrid).

María Jesús Montero y Óscar López, el pasado 15 de diciembre durante un acto del PSOE en Alcorcón (Madrid). / Efe

Madrid

Pedro Sánchez tomó el año pasado una decisión muy arriesgada. Ante el necesario relevo en varias federaciones del PSOE, tras el enorme batacazo sufrido en las elecciones autonómicas de mayo de 2023, el presidente del Gobierno, cuyo currículum está repleto de apuestas audaces, impulsó a varios de sus más importantes ministros para que pasaran a liderar también sus territorios. María Jesús Montero, vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, se convirtió en la nueva secretaria general de los socialistas en Andalucía. Pilar Alegría, portavoz del Ejecutivo y titular de Educación y Deportes, en Aragón. Óscar López (Transformación Digital), en Madrid. A la lista hay que sumar a Diana Morant (Ciencia) en la Comunitat Valenciana, que fue elegida previamente, y al titular de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, quien ya era líder del PSOE canario y mantiene su puesto en el partido. En total, cinco miembros del Consejo de Ministros son también barones socialistas. Lo nunca visto.  

Pero varios meses después de este movimiento orgánico, que fue respaldado por los militantes, las señales son más agrias que dulces. A pesar de estar volcados en sus territorios, ni Montero, ni Alegría, ni López logran por el momento comer terreno al PP, según coinciden todas las encuestas, dibujando un panorama en el que la recuperación del poder en estas autonomías se vislumbra muy difícil, casi imposible. Pero en la dirección del PSOE insisten en que hay “posibilidades” de un vuelco (“todavía es pronto”, aseguran), y al mismo tiempo ponen el foco en dos “cambios positivos” que ya son “una realidad”. 

Críticas internas debilitadas

Por un lado, la “revitalización” de las federaciones. Los socialistas de Andalucía, Aragón y Madrid se encontraban muy bajos de ánimo tras la derrota de mayo de 2023, cuando el partido se despidió del poder en siete comunidades. Pero ahora, explican los colaboradores de Sánchez, han “vuelto a conectar”. Por otro, la “sintonía” que se respira entre la Moncloa y el PSOE. El presidente del Gobierno reconoció en una reunión de la ejecutiva, según fuentes presentes en el encuentro, que el relevo en las federaciones buscaba una organización más “alineada” en lo territorial. Lo ha conseguido. Ya solo queda un barón crítico, el castellano-manchego Emiliano García-Page, con el extremeño Miguel Ángel Gallardo desmarcándose en ocasiones de la línea de Sánchez. Pero el objetivo principal, impedir que el PP revalide el poder en estos tres territorios, continúa lejano.

“Las encuestas son encuestas. Lo que importa son las elecciones”, contestó hace poco López cuando le preguntaron por el mal rumbo demoscópico de los socialistas madrileños. Publicados hace un par de semanas, con ocasión del Día de la Comunidad de Madrid, todos los sondeos ofrecieron un diagnóstico similar: Isabel Díaz Ayuso está en disposición de repetir su mayoría absoluta (tiene ahora 70 escaños), con el PSOE por delante de Más Madrid, que carece de candidato y aún tiene abiertas las heridas que produjo la salida de Íñigo Errejón entre acusaciones de abusos sexuales, pero situándose en el entorno de los 30 diputados autonómicos. Aunque serían tres más de los logrados por Juan Lobato hace dos años, un resultado así quedaría muy lejos de las expectativas creadas. 

El margen temporal

Algo similar ocurre en Aragón, donde Alegría logra en las encuestas un resultado igual o por debajo del que obtuvo Javier Lambán en 2023, cuando los socialistas se quedaron a las puertas de lograr el 30% de los votos. Su rival en el PP, el presidente Jorge Azcón, mientras tanto, acaricia la posibilidad de revalidar su mandato sin necesitar esta vez a Vox. “Acabamos de llegar. Aún es pronto para sacar conclusiones”, explican en el entorno de la ministra de Educación, donde ven a los conservadores “muy nerviosos”. La prueba, dicen, reside en sus intentos de implicar a la candidata socialista en una presunta y desmentida fiesta con prostitutas protagonizada en 2020 por José Luis Ábalos en el parador de Teruel. “Faltan dos años para las próximas elecciones autonómicas. Queda mucho tiempo”, concluyen. 

En Andalucía, en cambio, el margen temporal es más escaso. Si no hay adelanto, y el presidente Juanma Moreno asegura que no lo habrá, los comicios serán en la primavera del año que viene. Montero se expone a un descalabro como el que sufrió su antecesor en la candidatura socialista a la Junta, Juan Espadas. A finales del mes pasado la encuesta del Centro de Estudios Andaluces (Centra) supuso un jarro de agua fría. Ya con la vicepresidenta segunda como aspirante, el PSOE retrocedió más que nunca, hasta los 28 diputados como máximo, dos por debajo de lo obtenido en 2023, cuando socavó su suelo electoral. Moreno, mientras tanto, revalidaría su mayoría absoluta sin problemas. “Es ciencia ficción”, aseguran los socialistas andaluces, que ya han activado su comité de campaña.  

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents