Magistrado del Tribunal Supremo
Marchena: "En Europa no es habitual que el partido del Gobierno descalifique a los jueces con nombre y apellidos"
El expresidente de la Sala Segunda del Supremo, que dice haber generado "anticuerpos" frente a las críticas, publica el libro 'La justicia amenazada', en el que aborda sus problemas más acuciantes

Manuel Marchena, magistrado del Tribunal Supremo. / Jeosm | Espasa

El magistrado del Tribunal Supremo Manuel Marchena (Las Palmas de Gran Canaria, 1959) está de promoción de su último libro, 'La justicia amenazada', que necesitó una reedición cuando llevaba solo dos días a la venta. El juez que presidió el juicio del 'procés' conversa con EL PERIÓDICO sobre la situación de la justicia y aborda los aspectos que, en su opinión, más contribuyen a la pérdida de credibilidad por parte de los jueces españoles. Aunque dice haber generado "anticuerpos", entre esas circunstancias enmarca los ataques que ciertos magistrados, como él mismo, han recibido por parte de diputados en la comisión de investigación de la 'Operación Cataluña' que se celebra en el Congreso.
En el libro hace un extenso repaso a la historia de la justicia, ¿cree que es ahora cuando está más amenazada? ¿Por qué?
Bueno, yo no diría que el libro es un extenso repaso a la historia de la justicia. Si fuera así, resultaría tremendamente aburrido. Lo que sí hago es ilustrar con ejemplos históricos algunos de los problemas que hoy estamos viviendo. Que la justicia está amenazada es una realidad. Los efectos de la crisis del CGPJ [Consejo General del Poder Judicial], la situación actual del ministerio fiscal y los problemas generados por el uso partidista de la acción popular dibujan un escenario de crisis que está redundando en la falta de credibilidad de los jueces españoles. Si a eso le añadimos la inclusión de una referencia al 'lawfare' en el documento en el que se suscribe el pacto político con el que arrancó la legislatura, las razones para la preocupación se hacen mucho más evidentes.
¿Los indultos del ‘procés’ y la amnistía han contribuido a esa amenaza?
El Gobierno cuenta con el indulto como forma para extinguir responsabilidades que han sido declaradas por los tribunales. Al Tribunal Supremo sólo le incumbe emitir un informe que, como usted conoce, fue negativo. Sobre la amnistía ¿qué quiere que le diga?, hemos planteado una cuestión de inconstitucionalidad y hemos interpretado su alcance. No podemos ir más lejos.
¿Las críticas que ha recibido por parte del PSOE en la comisión de la 'Operación Cataluña' forman parte de las amenazas a la justicia de las que advierte en su libro?
Yo no me siento amenazado por las infamias que se han vertido y siguen vertiéndose sobre mí. Llevo cerca de veinte años en el Tribunal Supremo y este tiempo me ha permitido desarrollar anticuerpos que me permiten afrontar con tranquilidad las descalificaciones e insultos. Estoy vacunado. Dicho esto, coincidirá conmigo en que no debe de haber muchos países europeos en los que sea habitual la descalificación de jueces con nombres y apellidos por el portavoz parlamentario del partido que sostiene al Gobierno.
El primer capítulo lo dedica a la fiscalía justo en un momento en que el fiscal general está imputado, ¿cree que es compatible su situación con estar al frente del ministerio público?
No seré yo quien diga qué tiene que hacer un fiscal general del Estado cuando resulta investigado en un proceso penal.
¿La reforma que acaba de presentar el Gobierno del Estatuto Fiscal y de la ley orgánica del poder judicial soluciona los problemas que denuncia en el libro?
No sólo no los soluciona, sino que puede empeorarlos. Mire, hay algo que no deberíamos olvidar. Y es que las reformas estructurales que afectan al ministerio fiscal o a los jueces nunca deberían ser abordadas en momentos como los que estamos viviendo. Será muy difícil que la ciudadanía vea en esas modificaciones un intento político de reforzar la autonomía de los fiscales y la independencia de los jueces. Con toda lógica se verá como un disimulado intento de controlar a quienes controlan.
¿Cree que es el momento para acometer la reforma de la acusación popular con tantas causas abiertas contra el Gobierno en las que lleva la iniciativa acusatoria frente al ministerio público?
En su pregunta está mi respuesta. Hay muchas cosas que cambiar en la acción popular. Es urgente excluir de su ejercicio a los partidos políticos. Pero vuelvo a decirle que, en este momento, cualquier reforma de la acción popular será interpretada como el modo de neutralizar procesos penales molestos para el poder político.
¿Considera excesivo el número de aforamientos o su crítica se dirige más bien a la propia figura? ¿Cree que sirve para que algunos políticos traten de eludir su responsabilidad penal?
Soy partidario del aforamiento que proclamaron los constituyentes de 1978: diputados, senadores y ministros. También me he mostrado partidario del aforamiento del Rey que abdique. Pero debemos huir de lo que en el libro llamo una concepción protocolaria del aforamiento, en la que la relevancia institucional de un cargo público se mide también por el órgano judicial al que está aforado.
¿Ha necesitado dejar la presidencia de la Sala Segunda para poder escribir este libro o habría podido compatibilizarlo? ¿Sería otro?
La presidencia de la Sala Penal te absorbe y te obliga a una dedicación prácticamente absoluta. Ahora sigo con mucho trabajo, pero he hecho mío el consejo de Gregorio Marañón cuando se definía a sí mismo como “trapero del tiempo”. Hago lo que puedo.
Lo ha escrito desde la libertad que da el haber renunciado a presidir el Poder Judicial. No sé si en algún momento ha pensado que quizá desde dentro podría haber cambiado las cosas. ¿Se ha arrepentido alguna vez de esa decisión?
Cuando renuncié a presidir el Poder Judicial, le diré que lo único que hice fue reivindicar mi dignidad personal y profesional. Nunca lo he lamentado ni me he arrepentido. Creo que el juicio del 'procés' fue una experiencia irrepetible. Así lo sentimos los siete magistrados que durante más de cuatro meses asumimos un desafío histórico.
¿Qué cambios en la justicia cree que son más acuciantes?
Igual le sorprende, pero creo lo que la justicia necesita, más que reformas legales, es una cultura jurídica que impida la permanente destrucción de los fundamentos de nuestro trabajo.
Con una hija fiscal y un hijo abogado, se lo dedica a Olivia, ¿quién es? ¿Es para simbolizar que está dirigido a todo el mundo más allá del judicial?
Olivia es mi segunda nieta. A mis hijos y a Adriana, mi primera nieta, ya les he dedicado otros libros.
Suscríbete para seguir leyendo
- La enfermedad cada vez más extendida pero con pocos profesionales que la traten: 'Los casos más graves pasan primero
- Investigado por dejar a sus siete caballos al borde de la muerte sin comida ni agua en Oliva
- Almussafes restringe el acceso a la piscina ante el aumento de usuarios de municipios sin zonas de baño
- Un maltratador provocó el incendio que mató a una paciente en La Fe tras amenazar a su exmujer
- Un niño y 3 adultos atendidos en playas de Cullera y Gandia tras no poder salir del mar
- Hallan muerta a una paciente tras extinguir el incendio en Psiquiatría de La Fe
- Un segundo de descuido, un paso atrás un centímetro más corto, y pasa lo que pasa
- Desplome de notas en las PAU: un tercio de los estudiantes suspenden Historia de España o Valenciano