Biar: El gran descubrimiento

Biar es una de las grandes joyas de la provincia de Alicante. Este municipio, que ha dado un salto de gigante como destino turístico, ha conquistado a muchos visitantes en los meses previos a la Navidad. Ideal para familias, escapadas de fin de semana, reuniones de amigos o viajes en pareja, Biar es un rincón donde la historia, la naturaleza y las tradiciones se entrelazan en perfecta armonía. No es de extrañar que National Geographic lo haya reconocido como uno de los 100 lugares imprescindibles que visitar en España.

Riqueza histórica del siglo XII


El Castillo de Biar, una fortaleza que se alza desde el siglo XII, domina el horizonte con su silueta majestuosa. Esta imponente construcción no solo es un vestigio de las antiguas batallas entre musulmanes y cristianos, sino también una experiencia inmersiva gracias a su reciente musealización. Con maquetas, paneles informativos y una pasarela mirador que invita a contemplar el mundo desde las alturas, el castillo es una experiencia inolvidable para visitantes de todas las edades.


Desde el castillo, el descenso por sus calles lleva al corazón del casco antiguo. Las familias pasean por las calles empedradas, deteniéndose en plazas soleadas o ante fuentes que han saciado la sed de generaciones. La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción con la Capilla de la Comunión y el Santuario de la Virgen de Gracia son monumentos imprescindibles en la visita.
Pero Biar no es solo historia; es también un paraíso para los amantes de la naturaleza. Los senderos que rodean el pueblo son accesibles y perfectos para explorar con los más pequeños. Entre olivos centenarios y aromas de romero, las rutas PR-V invitan a descubrir paisajes que parecen sacados de un lienzo.

Fiestas de Biar


Las festividades de Biar, como los Moros y Cristianos, aportan color y vida al pueblo. En estas celebraciones, los visitantes se sumergen en una atmósfera de música, trajes brillantes y tradiciones que conectan el pasado con el presente.
En Biar, cada rincón cuenta una historia, cada sendero lleva a un descubrimiento y cada momento compartido se convierte en un recuerdo imborrable. Este pequeño tesoro escondido no solo se visita, se vive.