Con el paso de los años, la sanidad mundial sigue alcanzando hitos cada vez más importantes. Los avances médicos y la aplicaciones de nuevos tratamientos y tecnologías en la sanidad, han colaborado en mejorar la salud y el bienestar de las personas. Sin embargo, a pesar de ello, todavía existen grandes desigualdades en la sanidad a nivel mundial, desde el acceso a la asistencia sanitaria hasta los medios de los que disponen los sanitarios para hacer su trabajo.

Para las Naciones Unidas, garantizar una vida sana y promover el bienestar de todos a todas las edades es fundamental para construir sociedades prósperas. Por lo tanto, cumplir con el tercer objetivo de la Agenda 2030 de la ONU es prioritario para lograr alcanzar las metas en los otros 16. A pesar que, en las últimas décadas, se han producido grandes avances en aumentar la esperanza de vida de las personas y reducir la mortalidad materna e infantil, todavía hay muchos países que tienen graves problemas relacionados con la sanidad. Así pues, la mortalidad materna y neonatal, la propagación de enfermedades infecciosas y no transmitibles o la mala salud reproductiva, son un mal endémico, todavía a día de hoy, en muchos estados. Para poner fin a todos estos problemas, las Naciones Unidas proponen unas políticas comunes a seguir por todos los países, con tal de garantizar una financiación más eficiente de los sistemas de salud, mejorar la higiene y el saneamiento, aumentar y acabar con las desigualdades con el acceso a los servicios médicos o mejorar la educación en asuntos medioambientales o de adicción.

Metas del objetivo 3

La salud y el bienestar de todas las personas del mundo foman parte del tercer objetivo de los ODS de las Naciones Unidas hasta el próximo 2030. Las metas que se ha fijado la ONU para lograr en este periodo de tiempo se resumen en: reducir la tasa mundial de mortalidad materna a menos de 70 por cada 100.000 nacidos vivos (se ha reducido un 37% desde 2000); poner fin a las muertes evitables de recién nacidos y de niños menores de 5 años (cada año mueren 5 millones de neonatales); y poner fin a las epidemias del SIDA, la tuberculosis, la malaria y las enfermedades tropicales desatendidas y combatir la hepatitis, las enfermedades transmitidas por el agua y otras enfermedades transmisibles; entre otras.