Una de las etapas críticas en los tratamientos de reproducción asistida es la selección de los embriones de mayor calidad, de aquellos que más probabilidad tienen de dar lugar a un embarazo.

Por norma general, los embriones se eligen en función de su aspecto. Para ello, explica Laura Mifsud, embrióloga del laboratorio del Instituto de Reproducción Asistida Quirónsalud Valencia, "el especialista estudia a través del microscopio, durante momentos clave de su desarrollo, y observa si cumplen una serie de parámetros morfológicos, como el número y el tamaño de las células que los forman, la simetría en su disposición, la presencia de fragmentos celulares, etc.

Este proceso conlleva que los embriólogos saquen las placas de cultivo, en las que están los embriones dentro del incubador, hasta el microscopio y después los vuelvan a guardar hasta la siguiente observación, que suele ser diaria durante el tiempo que dure el cultivo embrionario, que puede durar hasta seis días.

En la actualidad muchos laboratorios cuentan con la tecnología de captación de imágenes time-lapse integrada en el interior de los incubadores para efectuar un seguimiento exhaustivo de su desarrollo. „De esta forma, se generan imágenes de los embriones cada 10-15 minutos, sin tener que perturbar las condiciones de cultivo al sacarlos del incubador, dando lugar a un vídeo en el que queda registrada la totalidad de su evolución", explica la especialista.

Esta forma de trabajar ha proporcionado a los embriólogos mucha información y ha posibilitado la realización de estudios morfocinéticos en los que se evidencia que, además de la forma, también es muy importante la cronología del desarrollo, los tiempos en los que ocurren determinados procesos, el ritmo del embrión, etc. „Estos datos han favorecido la creación de algoritmos capaces de identificar los embriones más viables. Actualmente existen softwares que evalúan con objetividad y precisión estas imágenes, detectando sutiles diferencias que antes podían pasar desapercibidas, constituyendo así un sistema de diagnóstico para analizar el desarrollo embrionario temprano", añade Laura Mifsud.

Gracias a esta tecnología, además, los pacientes disponen de esta película de sus embriones y de la información obtenida por el test de selección embrionaria, asistiendo así a un proceso al que antes solo tenía acceso el personal especializado de laboratorio. "Son pacientes más implicados y más informados, por lo que se reduce la ansiedad que suele acompañar a este tipo de tratamientos", destaca la especialista.

Mediante este método de selección embrionaria se consigue, pues, mayor cantidad de información, mayor objetividad, mayor precisión y una optimización de las condiciones de cultivo del embrión, lo que inevitablemente acerca más al deseado embarazo.