Las empresas españolas, sean grandes compañías o pequeñas y medianas empresas, se enfrentan al reto de la transformación digital. No es un ítem completamente nuevo —el término se acuñó hace más de una década—, pero sí que es verdad que la pandemia ha acelerado el proceso de transformación digital en el que muchas ya estaban inmersas. 

Para abordar los retos y dinámicas a las que se enfrentan, Levante-EMV y Konica Minolta organizaron un encuentro informativo en el edificio Insomnia de La Marina de València, moderado por Silvia Tomás, directora de Levante TV; cuya apertura corrió a cargo de la Consellera de Innovación, Ciencia y Universidades, Carolina Pascual. 

En este coloquio participaron Pedro Monteiro, vicepresidente de Konica Minolta en España y Portugal; Miguel Ángel Cortina, regional manager de la empresa en la Comunitat Valenciana; Juan Ignacio Torregrosa, director general de avance por la Sociedad Digital; José Rosell, presidente de la comisión Sociedad Digital de CEV; Jorge Broto de Eines Vision Systems; José Blanco, director de Sistemas de Información de Istobal; Agustín Calleja, responsable TI de Zimvie; Francisco Llopis de ITV Levante; Jose Enrique Careaga de Industrias Alegre; y Majo Castillo, COO de Sesame HR.

A lo largo del encuentro, los participantes se enfrentaron a cuestiones relacionadas con cuatro ámbitos: el teletrabajo, la ciberseguridad, la integración en la nube y el papel de las personas en la digitalización.

Modelo híbrido de teletrabajo 

En marzo de 2020, esta fue la solución temporal frente al covid, pero parece que ha llegado para quedarse; a pesar de que ahora genera dudas. Los participantes expresaron su conformidad con establecer un modelo híbrido, ya que «las nuevas herramientas han venido para quedarse —aseguró José Rosell—, pero debemos reflexionar sobre el nuevo modelo de trabajo».  

El encuentro informativo fue un debate abierto entre los participantes acerca de la digitalización en las empresas. F. Bustamante

La vuelta al trabajo presencial ha supuesto un problema en muchas empresas, especialmente, porque exige «más disciplina y formación», como reconoce Enrique Careaga; por lo que «las compañías se encuentran ante el reto de llevar a cabo acciones individualizadas para cada empleado para así retener el talento y reducir la rotación», según apuntó Majo Castillo. Ella misma fue quien verbalizó que, en las entrevistas, los aspirantes ya preguntan «cuántos días de teletrabajo»  les corresponden, sobre todo, a los más jóvenes. 

En el contexto actual, el principal problema del teletrabajo es que no puede ser «estandarizado; los empleados quieren soluciones personalizadas», explicó Miguel Ángel Cortina de Konica Minolta; una circunstancia que genera costes y mayor dificultad para las empresas. En adición, hay sectores en los que es «más complicado aplicar el teletrabajo, como el caso de la agricultura o el sector industrial», reconoció Pedro Monteiro. 

Otra circunstancia es que no todo el mundo sabe o quiere teletrabajar. Cortina relató que las dos últimas incorporaciones en Konica Minolta estuvieron motivadas por la vuelta al trabajo presencial porque «estaban hartos de trabajar a distancia».

La mayoría de los participantes coincidieron en que las relaciones sociales son el mayor motivo para apostar por la presencialidad porque la falta de contacto social genera «problemas sociales, psicológicos y de estrés», afirmó Castillo; además de dificultar la implicación de los empleados con la empresa porque están «más desconectados». 

Según Agustín Calleja, «en el equilibrio está el éxito, aunque cuesta encontrarlo».

José Rosell, presidente de la comisión Sociedad Digital de CEV; Juan Ignacio Torregrosa, director general de avance por la Sociedad Digital y Carolina Pascual, Consellera de Innovación, Ciencias y Universidades. Fernando Bustamante

La ciberseguridad en el ‘cloud’

Con la digitalización y una mayor conectividad, surge el problema de la seguridad en la red aunque no todas las empresas «son conscientes del riesgo —afirmó Torregrosa—, que es exponencial».

Este desconocimiento es mayor en las pymes, que no valoran la seguridad hasta «que sufren un ataque y reaccionan tras el ‘shock’», como apuntó Blanco.

Esta circunstancia, no obstante, afecta a las grandes empresas, puesto que son muchas las que trabajan con pymes como proveedores. Torregrosa fue claro al respecto: «Puedes tener un nivel de seguridad extremo y si las pymes no lo tienen, te ponen en riesgo».

Por tanto, hay sectores donde se exigen estándares de seguridad mayores, «como en la automoción», confesó Coreaga. Esta exigencia permitirá, a largo plazo, que las pequeñas y medianas empresas inviertan más en su propia seguridad. 

Monteiro y Blanco coincidieron en que es necesario «ser conscientes de los riesgos para saber con qué convivimos» porque, como apuntaron la mayoría de los participantes, la protección inquebrantable no existe. 

Sin embargo, Monteiro reconoció que los riesgos del ámbito cibernético están «empezando a entrar en la sociedad».

El valor de las personas

Otra de las principales ideas del encuentro informativo es que «sin personas, no hay transformación digital», afirmó rotundamente Monteiro.

Es una cuestión de equipo, del conjunto de la empresa, pero que ha de comenzar desde la dirección; porque, como apuntó Cotina, «cuanto mayor es la responsabilidad, mayor impacto se tiene en el proceder de la empresa».

Por lo que respecta a la conformación de los equipos, la conclusión mayoritaria fue que es necesario disponer de grupos multigeneracionales con un «gran potencial». Por un lado, los perfiles con mayor trayectoria aportan la experiencia, mientras que los jóvenes llegan con conocimientos y procesos disruptivos.

Como concluyó Careaga, lo fundamental es que la innovación forme parte de las empresas: «De nada vale incorporar perfiles innovadores, si la transformación no forma parte de la cultura y los procesos de la empresa».

‘La transformación ha de ser inclusiva y no dejar a nadie atrás’

La Generalitat apuesta por la innovación para que las empresas sean competitivas


La Consellera Carolina Pascual abrió la jornada exponiendo los proyectos de GVA.


A la preocupación de las empresas, se suma la implicación de la administración autonómica a través del Plan de Transformación Digital de la Generalitat Valenciana.Se trata de un plan estratégico para garantizar la «supervivencia y competitividad de las empresas», tal como aseguró la Consellera de Innovación, Ciencias y Universidades, Carolina Pascual. 

Ante la diferencia entre las grandes empresas y las pymes, la administración apuesta por una estrategia «global e inclusiva» con el objetivo de «no dejar atrás a nadie».

Ésta se basa en tres ejes fundamentales: la mejora de la conectividad con un mayor ancho de banda, para poder ser capaces de exprimir todos los recursos tecnológicos disponibles; la apuesta por territorios inteligentes y sostenibles; y, por último, la formación. 

En este último apartado, la representante del Consell reconoció que la capacidad de acceso y uso de la tecnología tiene que enfocarse no solo en los profesionales de las empresas, como artífices del cambio; sino también en el conjunto de la ciudadanía, puesto que también ellos han de adaptarse a las nuevas herramientas implementadas por la administración o las empresas.

«Se trata de una cuestión decisiva, mucho más importante de lo que parece, que hemos de abordar entre todos», apuntó. «El presente ya es digital y es necesario la colaboración entre las empresas y la administración para no dejar a nadie atrás».