Ni todo lo inusual es experimental, ni todo lo experimental es raro, ni todo lo raro es barato, ni todo lo barato es malo, ni todo lo malo es usual. Así se cierra el círculo. La Exposición del Ninot que se inaugura este mediodía tiene diferentes tipos de figuras, y dentro de un apartado que podría llamarse «diferente» se pueden englobar docenas de propuestas que se separan del concepto más tradicional del ninot contemporáneo; esto es, una figura corpórea con un mensaje y que puede tener diferentes calidades escultóricas y diferentes niveles de ironía, crítica o humor.
Son muchas las figuras presentadas a la Exposición. Y dentro de esa multitud, el visitante se encontrará con ninots, animados o inanimados, que se salen de esos cánones. Ni los defensores pueden considerarlo todo genialidades ni sus detractores pueden generalizar a la hora de considerarlas indignas. Son obras que hay que ver con detenimiendo y amplitud de miras. Se pueden encontrar verdaderas obras de arte y también propuestas que se engañan a sí mismo.
Precisamente, ayer convocó el ayuntamiento el concurso de fallas innovadoras y experimentales, que concederá tres premios de 1.250, 750 y 400 euros para premiar los mejores proyectos. Son aquellos que, de alguna forma, hablan un idioma diferente en todos sus aspectos: la composición, el material, el hilo conductor y muchos otros aspectos. Un premio también cuestionado en sus veredictos porque los hay que entienden que una falla que ya recuerda mucho la de años anteriores no debería ser considerada innovadora, por cuanto ya ha dejado de serlo. En cualquier caso, es una iniciativa que refresca, afortunadamente, la atonía general. Nunca ganarán un indulto, por supuesto, pero serán una voz en la particular fuga cósmica de la fiesta. A partir de las 12, todas las figuras queden expuestas para el examen general.
