La exaltación de la fallera mayor de Valencia es el momento culminante para una de las facetas más en boga de todo el movimiento social fallero: la relacionada con la indumentaria. A lo largo de las últimas semanas, un sector de la fiesta se ha entretenido en intentar saber de qué color irán vestidas Estefanía López y María Donderis. No es más que el reflejo de que este sector, aunque también afectado por la crisis, ejerce un poder de atracción y adhesión como, seguramente, ninguna otra faceta de la fiesta.

En las manos de José Martínez Polit y su taller ha recaído la responsabilidad del corte y confección del espolín de la fallera mayor, que salió del telar de Vives i Marí y al que, acoplándole el resto de complementos, dará como resultado lo que se verá esta noche. Del mismo modo que la tienda «Espolín» hace el de la fallera mayor infantil.

«Siempre es una responsabilidad grande coser este traje por la trascendencia que tiene y porque caso de confundirte, no sería tan fácil reponer el original. Pero es todo cuestión de práctica. Se hace primero una gasilla y es difícil que pase algo. Hemos llegado al final del camino sin sobresalto».

Por lo menos, desde la tienda, En Hilos de Seda, están con la conciencia tranquila de que ellos no han filtrado nada, aunque incluso circulen por la red no ya quinielas, sino fotos de unos presuntos espolines atribuibles a las dos falleras mayores. «Las modistas son profesionales y saben que no pueden ni insinuar nada. Las pruebas y el trabajo se ha hecho en el taller y se han tomado todas las precauciones. No se ha dejado nunca a la vista, siempre estaba tapada y no había ninguna rendija por la que mirar.

Seguro que verde no será

¿Es bueno, malo o regular esa obsesión enfermiza por conocer el color, como si no hubiera otras cosas en las que pensar? «No le hace daño a nadie mientras no haya ninguna filtración malintencionada. Me gusta menos que se opine del traje sin verlo en persona. Es un traje muy vigilado y muy analizado, pero no se puede hacer sobre una foto, que puede tener un ángulo irreal. Lo que pasa es que, en este mundo, todos llevamos un indumentarista dentro».

Lo evidente es que el traje no será verde, porque ese es el color del año pasado. En opinión del indumentarista «Yo calculo que un color no se debe repetir en unos cinco años. Y, por supuesto, cambiando el color dentro de la gama».

Antes se especulaba con el dibujo y el color. Ahora sólo se puede hacer con el color. Cabría cuestionar si ya está amortizado el espolín "fallera mayor de Valencia". «Si se teje con originalidad e interés, puede dar mucho juego. Hay que saber combinar los fondos, los dibujos, los metales€ y pueden hacerse aún muchas versiones».

Una cena íntima en la víspera

El traje llegó anoche a casa de la fallera mayor en una funda negra azabache. La fallera mayor y su corte velaron armas en la víspera en su domicilio de Malilla con una cena tras el ensayo. «Yo ya conocía a Estefanía aunque no fuera clienta. Fue de la corte infantil de Nela Ayora, que sí que lo es y, como todo el mundo sabe, es muy amiga de Carmen Sancho de Rosa, que también lo es. Por lo que empezamos desde el principio con buenas referencias y confianza mutua. Se ha dejado aconsejar y lo único que puedo asegurar es que lucirá espectacular. Lo tiene todo para que sea su gran día».

El 70 por ciento ya son Siglo XVIII

Queda una duda: ¿cuando se vestirá una fallera mayor de Valncia con un "siglo XV ". «No creo que nadie se atreva a corto plazo. Quizá perdura el concepto de que el traje de manga de farol es "de fallera" y que el acto es por ser "fallera". Pero creo que no sería ninguna cosa rara ni extraña que un día alguien se atreviera. Ahora mismo, el 70 por ciento de falleras mayores a las que le hago el traje de la presentación son "dieciochos"».