José Luis Ceballos y Francisco Sanabria son, por lo general, muy reservados con su trabajo. Normalmente es casi imposible fotografiar algún elemento de sus fallas antes de que salgan del taller. Y este año, ese particular celo se acentúa con una de las figuras que conforman la falla municipal del ayuntamiento.

Ayer se hizo la visita ritual de la fallera mayor infantil, María Donderis, y su corte de honor. Y lo único que pidieron es que se evitara recrearse en los detalles. Sí que estaba a disposición el gran elemento central, el busto de Joaquín Sorolla que da pie a todos los protagonistas del mundo de la pintura que, como retrato y con sus obras, conformarán la falla. Sin embargo, hay una pieza que guardan este año con especial mimo y que es una de las grandes apuestas: la reproducción en tres dimensiones del retrato de Audrey Hepburn de Anto

nio de Felipe. Lo único que ellos mismos han dejado trascender es uno de los ojos de la memorable actriz. Lo demás tendrá que esperar.

La falla infantil municipal es un repaso histórico a los pintores valencianos y lo más llamativo de ello es que, aunque es cierto que Sorolla sea el elemento principal por méritos propios, no se trata ni mucho menos de un tratado de tópicos. Es una antología muy completa que va desde José Benlliure al Equipo Crónica o de Juan de Juanes a su hija, Margarita Macip. «Hemos procurado que haya presencia femenina aunque, en términos absolutos, el número de grandes pintoras es limitado. Pero hemos conseguido de alguna forma que haya una buena representatividad».

Seguramente a la falla le falta una cosa: visibilidad. Es tan rica en matices y retratos, que el hecho de no poder visitarse por dentro no permitirá recrearse en tantos y tan ricos detalles. La falla estará rodeada por una valla y podrá verse, en todo caso, a unos metros de distancia, puesto que un «ruedo» sería bastante complicado en una zona de tanta congestión humana.