Los mercadillos de Fallas han desatado las iras de los comerciantes en varios puntos de la ciudad, donde ocupan espacios que les son vetados a ellos e incluso zonas de evacuación acotadas por la Policía Local.
Según un comunicado difundido por los vecinos y comerciantes de la calle Sueca, ayer se empezó a montar un mercadillo, que se dice de «artesanía», en el tramo que va de la Gran Vía Germanías hasta la calle Denia. Se trata de una veintena de puestos, que según los denunciantes, no tienen licencia de ocupación de vía pública e invaden la vía de evacuación que previamente había señalizado como tal la Policía Local, un espacio en el que a ellos no les dejan sacar sillas y mesas precisamente por este motivo.
Su enfado fue tal que llamaron a un abogado y a un notario que levantó acta de todo lo ocurrido para presentar la correspondiente queja en el Ayuntamiento de Valencia. No en vano se calcula que por este lugar pasa un millón de personas que visitan los alumbrados de las fallas cercanas, además de obstaculizar la salida de dos garajes con mil plazas. Es más, aseguran que irán a los juzgados si la situación no se resuelve cuanto antes.
Una situación parecida se vive en la calle Félix Pizcueta. Allí se está montando otro mercadillo similar, perteneciente a la falla de la zona, con el correspondiente enfado de los comerciantes, que ven sus tiendas completamente tapadas por las casetas. En este caso denuncian también el hecho de que la calle haya sido recientemente reformada y ahora la «destrocen». «¿La fiesta es esto? ¿no hay otra forma de financiarse las fallas?», se preguntan.
Finalmente, en la calle Julio Antonio, las tiendas han vuelto a denunciar el perjuicio del mercadillo de la falla Convento Jerusalén, «lo mismo que todos los años».