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Polit: «La tendencia es ir a lo antiguo, pero mucho disfraz aún se va a ver»

El indumentarista José Polit apuesta desde la tienda-taller «En Hilos de Seda» por manteletas sin muchos brillos y sedas con poco metal

José Polit, que es el indumentarista oficial de la fallera y corte de honor de este año, propugna desde su tienda «En Hilos de Seda» un revisionismo alejado de excentricidades. Huye de los brillos innecesarios en las manteletas y aboga por las sedas con pocos metales. «Me gusta un traje elegante», defiende. Se decanta así por las telas adamascadas, mucho más sobrias y perfectas para unos gustos acordes con los atavíos del siglo XVIII. «La tendencia es ir a lo antiguo, aunque mucho disfraz aún se va a ver», explica mientras hace un alto en el camino en unos días, estos previos a la Fiesta, donde faltan horas y manos para atender en el taller-tienda. Polit es de los que aconseja, y bien, de ahí que la mayoría de las que entra en sus dominios acepte las indicaciones. «Mis clientas sí lo hacen», señala. Para él, la personalidad determina muchas veces a la hora de elegir un traje, incluso más que el físico. «Se lo tiene que creer, porque si no esta cómoda en él, no se verá favorecida», argumenta. De la crisis, prefiere, pasar página cuanto antes y pensar en «la remontada».

Polit incide en el carácter innovador de la fiesta en todos sus aspectos, empezando por la vestimenta. «Si te sueles vestir de fallera, te aburres de verte siempre con lo mismo», asevera. Para contrarrestar el impacto económico apuesta por lo que él denomina «juego de renovar». «Puedes ir cambiando por partes. Un año falda y otro corpiño, o las manteletas, los aderezos...», aconseja. Un traje completo asequible puede oscilar entre los 1.500 y 2.000 euros. En una semana, además, puede estar acabado.

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