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Más días de pólvora

Con mecha y sin "jaula"

Las "mascletades" han experimentado una notable evolución en su disparo y en las normas de seguridad

Con mecha y sin "jaula"

Si algo ha evolucionado en la fiesta de las Fallas son las «mascletades». Muy poco tienen que ver las actuales con las que se disparaban a principios del siglo pasado, donde ni siquiera se subía al balcón y eran las falleras las que bajaban a saludar al pirotécnico. Tampoco existía la «jaula», el material pirotécnico era aún de cañas y se disparaba de forma manual con la tradicional mecha. La ignición digital, „provocada por un sistema electrónico„, era poco menos que ciencia ficción. Las actuales normas de seguridad contrastan con la laxitud de antaño, donde los asistentes a un espectáculo se situaban a escasos metros de la pólvora y se protegían con camisas y chaquetas. «El mejor disparo era el que más cristales rompía», apuntan los que aún guardan recuerdos de aquella época. Existía, además, una única «mascletà» municipal, que era la que se disparaba en la plaza del Ayuntamiento el día de San José, como culminación de la festividad. Posteriormente se iría ampliando el número hasta las 19 de hoy en día.

Famosas eran las mascletades de Arzobispo Amigó, la del Mercado de Russafa y la histórica de la Falla Ferroviaria. Todas ellas compartían el protagonismo con las ejecutadas en el epicentro del Cap i Casal. La historia de ésta última, que se instalaba en la explanada de la Estación del Norte, finalizó en 1988 cuando se prohibió montarla para evitar así posibles deterioros en el edificio, que en 1983 había sido catalogado como Bien de Interés Cultural y considerado también como recinto histórico por parte de Adif. Al carecer la comisión Bailén-Játiva de sitio dentro de su demarcación para montarla con las distancias reglamentarias de seguridad, ya no volvería a dispararse. Los intentos posteriores con «engraellat» y «globotàs» no fructificaron, según recoge Esteban Gonzalo Rogel en el blog «Valencia en Blanco y Negro», perdiéndose una cita obligada en Fallas.

Cambios constantes

Los cambios en la pirotecnia han sido una constante. Las casas valencianas tradicionales Gori, Brunchú, Cursá, Greses, Caballer o Pirotecnia Valencia han ido dando paso a otras nacionales. Pirotécnicas Lluch, Hermanos Borredà, Carlos Caballer y, la más sonada por su veteranía con 70 años de mascletades a las espaldas, Vicente Caballer, también renunciaba a la Nit del Foc, dejando entrever que las Fallas no compensan. «El gasto es muy grande „ más de cien kilogramos de pólvora por mascletà„, y supone mucho esfuerzo», señalaba Caballer.

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