El mundo de las fallas se comocionó ayer por el fallecimiento de Joaquín Pérez Segura, esposo de la fallera mayor de Valencia de 1989, Covadonga Balaguer Malmierca, tras una larga enfermedad que habían llevado en la más estricta intimidad en los últimos meses, falleciendo ayer por la mañana. El tanatorio municipal fue ayer un constante reguero de personas que quisieron reconfortar a la que está considerada como la fallera mayor más carismática de la historia de la fiesta, de cuyo reinado se cumplieron 25 años en las fiestas de 2014. Joaquín Pérez era odontólogo como la propia «Covachi» (él, especializado en endodoncia y ella, en ortodoncia) y se casaron en el año 1999, teniendo dos hijas, Covadonga y Sofía. La misa tendrá lugar hoy a las 13 horas.

Covadonga Balaguer mantiene en la historia de las fallas un carisma muy especial y le dio al cargo una popularización que se había empezado a apuntar con la elección democrática, pero que con ella dio el definitivo salto cualitativo, agrandado por padecer durante casi toda la semana de fallas una persistente tormenta que echó a peder gran parte de los festejos. Nada más dejar el cargo continuó los estudios universitarios y acabó regentando una clínica que lleva su nombre y se ha mantenido siempre en un discreto segundo plano de la fiesta, a pesar de lo cual sigue siendo un referente indispensable en la historia de la misma.