La decisión de la Junta Central Fallera de reducir un dos porciento la subvención a las comisiones por la iluminación artística ha supuesto la primera fricción entre el organismo fallero y las comisiones. Y prueba de ello fue el contundente comunicado de la Interagrupación de Fallas, en el que criticaban la decisión, y al que se sumó ayer la Federación de Especial, en la que militan las dos comisiones más afectadas, y que ayer emitieron otro comunicado en el que advirtieron que «el recorte va en perjuicio de todas las comisiones y puede acabar afectando al mayor esplendor y desarrollo de la fiesta de las fallas».

El concejal de fiestas, Pere Fuset, salió ayer al paso „de hecho, también fue objeto de un debate con su antecesor, Félix Crespo, durante el pleno municipal„ y vino a puntualizar, primero que nada, que «en ninguna reunión se aseguró que las subvenciones no podían verse modificadas» y, en todo caso, apeló a que ese recorte «está compensado por las nuevas líneas de ayuda, que superarán, si no duplicarán, las cantidades que no se entregarán por las luces». Crespo le afeó en el pleno que «se llenan la boca de diálogo y de participación con los ciudadanos, y en cuanto deben tomar decisiones, adoptan medidas unilaterales y por sorpresa».

¿Cual es la causa, entonces, de la rebaja de dos puntos? «La redistribución. Hemos ayudado al monumento fallero, que es lo esencial, y eso no se ha tocado nada. Pero hay otros aspectos de la fiesta que no habían recibido ningún apoyo. Tanto lo que hemos anunciado para la música en la calle como ayudas que vamos a plantear para la pirotecnia».

Reconocía, Fuset, eso sí, que las dos fallas de la calle Literato Azorín (Cuba y Sueca), sufrirán una merma en sus ingresos „que éstas calcularon entre dos y tres mil euros„, pero que al resto de comisiones «la rebaja es mínima. Podemos estar hablando de cincuenta, cien euros. Y, por contra, se abren otras opciones muy interesantes para fomentar otras actividades que también son importantes en la fiesta».

22.375 euros del año pasado

En términos absolutos, el ayuntamiento se ahorraría con esta rebaja la cantidad de 22.375 euros si se declarara la misma cantidad de dinero en iluminación que el año pasado. «Por contra, las ayudas que tenemos previstas alcanzarían los cincuenta mil».

La crisis económica afectó especialmente a la iluminación artística al ser uno de los gastos más «prescindibles», según la filosofía imperante. Contando con que los aspectos lúdicos han sido los menos afectados (actividades y verbenas), los recortes los acusaron el sector pirotécnico (reducción del número de disparos o realización de disparos conjuntos entre varias fallas), el monumento (las cifras así lo demuestran) y la iluminación artística. La postura más cómoda ha sido la de reducir drásticamente el número de arcos. Atrás queda el tiempo en el que las comisiones encendían incluso en Navidad y dejaban ya instaladas para marzo a cambio de una rebaja en el consumo.

Entre los indicativos está el propio concurso y, fundamentalmente, en su categoría A, la correspondiente a los mayores desembolsos. El año pasado tocó fondo al quedar formado tan sólo por cuatro comisiones, las tres ruzafeñas y Malvarrosa.

67 años de concurso

El concurso, que empezó en 1948, ha estado dominado tradicionalmente (cuando no ha primado el concepto de «calle adornada» en el tiempo que ambos conceptos puntuaban por igual) por Cuba-Puerto Rico y Sueca-Literato Azorín. A esta última se le ha sumado en los últimos años Cuba-Literato Azorín estableciendo entre ambos una competencia extraordinaria pero, a la vez, beneficiosa para ambas partes y para el comercio de la zona, puesto que han organizado un auténtico «parque temático» de luces a base de diseños traídos desde Italia. Precisamente, para estas comisiones, las luces sí que son mucho más que un adorno, una retroalimentación para obtener ingresos a base de patrocinadores.