Joan Ribó se estrenó como alcalde hace meses y ayer se estrenó como contador y cantador del nombre de las falleras mayores de Valencia. Y su primera actuación tuvo de todo: se quedó corto en la asamblea de presidentes y sorprendió agradablemente acudiendo al domicilio de las agraciadas. No cabía esperar una puesta en escena al estilo Rita Barberá, que se gustaba en la suerte y si una lo hacía largo y denso, el nuevo regidor no se anduvo por las ramas y lo hizo en un «vuelta y vuelta».

Primero se reunió con los miembros del pleno „los saludó uno a uno„ para, siguiendo la norma, preguntar si estaban todos de acuerdo en que se dejara la prerrogativa de conocer los nombres a la asamblea de presidentes.

Una vez en el hemiciclo lo hizo rápido. «Es la primera vez que estoy en esta situación y es un momento muy emocionante. Y, sin más, vamos a conocer los nombres de las elegidas».

«¡Perdón, ya me he equivocado, pero no habeis visto el nombre!». Novatada a la primera: abrió el sobre y se dio cuenta que era el de la fallera mayor y no el de la infantil. La lectura del acta la hizo sentado, como lo hacía en su momento Clementina Ródenas. Ricard Pérez Casado y Rita Barberá lo hacían de pie. Cuando nombró a Sofía, lo único que se escuchaban eran gritos. En el hemiciclo y en el domicilio de la niña. «Hola, soy el alcalde de Valencia. ¿Sabes por qué te llamo?». «Si». «¿Seguro?» «Segurísimo». «Te espero mañana aquí».

Tiene que conocer todavía el léxico especializado, porque se refirió al veredicto como la decisión «del tribunal». Es el jurado, pero todo se aprende. Inmediatamente después fue la llamada a la mayor. Aquí llegó una la anécdota de la noche. En 2008 se llamó a la infantil, Victoria Blázquez, y salió «apagado o fuera de cobertura». Aquí sonaba y sonaba, pero nadie lo cogía hasta acabó saltando el contestador. Nueva intentona y ahora sí. «¿Sabes por qué te llamo?. Te espero aquí mañana. Fins demà».

«No había que hacer nada más. Mañana ya nos extenderemos» aseguraba el alcalde mientras recogía los papeles. Le faltó seguramente despedirse de los allí presentes, que no dejan de ser los representantes de las comisiones.

La sorpresa llegó poco después cuando desde el ayuntamiento se anunció que iba a visitar los domicilios de las dos agraciadas. Esto es nuevo. Primero fue al domicilio de Sofía y más tarde al de Alicia, con sendos centros de flores en la mano. Incluso se asomó al balcón junto con Alicia para saludar a los cientos de personas allí concentradas. Hoy le toca rematar con el discurso de la proclamación.