La digestión lingüistica en el mundo de las fallas se antoja complicada con el cambio político. Y ayer se apuntó un nuevo episodio cuando la poetisa Empar Cabrera anunció que se le había comunicado que no hará las poesías que acompañan, en el Libro Oficial Fallero, a la fotografía de las falleras mayores de Valencia. Esa composición era un «premio» que se le concedía al ganador del galardón Extraordinario Bernat i Baldoví del concurso de «llibrets» de Lo Rat Penat y figura en la página inmediatamente anterior a la de esa foto. No va a suceder así este año.

Ayer, la ganadora el pasado mes de marzo comunicó que había sido excluida y se quejó apelando al sentimiento valencianista. «Sólo puede ser por dos razones: que nuestras representantes no sean dignas de tal distinción o que la poeta no lo sea. Me inclino a pensar que la primera no tiene causa ni razón, por lo que debe ser la segunda. O una segunda razón es que se puede deber al hecho de ser valenciana y querer ser valenciana. Un sentimiento que no va a cambiar nunca. Lamento profundamente este ajusticiamiento literario y la ofensa que haya podido suponer a las falleras mayores, Alicia y Sofía. Nada ha tenido que ver mi voluntad en esta decisión».

Fuentes consultadas por este diario apelan a la cuestión normativa, que no reconoce como oficial el valenciano de Lo Rat Penat. En su lugar, lo que se publicarán son sendas dedicatorias de las falleras mayores, Alicia Moreno y Sofía Soler, en valenciano.

Seguirán los ganadores

¿Se trata de una ruptura en toda regla con la entidad o el principio de unas tensiones cada vez mayores? Lo cierto es que, en esa publicación sí que aparecerán varias páginas con fragmentos de los poemas ganadores de cada premio extraordinario del concurso, considerando su inclusión como una actividad noticiable. No hay que olvidar que este concurso está muy arraigado entre las comisiones de falla y los poetas que los escriben. El pasado viernes, el concurso recibió el premio «Tabalet» de la falla Santa María Micaela.

Las relaciones entre el nuevo ayuntamiento y Lo Rat Penat no tienen visos de que vayan a ser especialmente fluidas, teniendo en cuenta la enorme diferencia de concepto lingüístico y el recorte en las subvenciones, que desde el ayuntamiento se justifica en que una cosa es subvencionar los premios para que el concurso siga teniendo continuidad y otra pagar gastos propios de la entidad.