La Junta Central Fallera va a impulsar una iniciativa para que la ciudad de Valencia ingrese nuevamente en el Libro Guiness de los Récords y que vuelva a hacerlo con su plato más tradicional. Casi un cuarto de siglo después de cocinarse la paella gigante más gigante de la historia, la de las cien mil raciones realizada en el año 1992 por Velarte y Galbis, ahora se pretende registrar una marca de mayor número de paellas realizadas simultáneamente. Y serán las bases falleras los encargados de realizarla si se animan a recoger el guante lanzado ayer por el vicepresidente del área, José Acosta, a realizar el próximo mes de mayo, una vez acabadas las fiestas.

De acuerdo con el proyecto, no existe en este momento ninguna marca registrada en el libro de curiosidades sobre el plato valenciano. Pero para poder ser homologada la marca hará falta cocinar una cantidad respetable de ellas, que le den un carácter de verdadero mérito. La iniciativa plantea que sean, por lo menos, mil paellas para entre 12 y 15 raciones cada una.

Son muchas menos raciones que en la macro paella de 1992, pero aquí el mérito está precisamente en la sincronía del cocinado y la extensión del área a cubrir con los elementos necesarios para realizarla como las mesas para degustarlas. En principio, el proyecto cuenta con realizarlo en el Jardín del Turia (en 1992 era infinitamente más diáfano), aunque no está descartado llevarlo a algún otro espacio operativo.

Tres paellas por falla de media

De momento, Acosta lanzó en el pleno de la JCF de ayer la idea para empezar a movilizar a las bases falleras. Harían falta un mínimo de tres paellas por comisión.

El proyecto no está cerrado porque se está negociando con un posible patrocinador para que sufrague los gastos del evento. Esto permitiría que no fueran los falleros los que corrieran con el gasto de su propia paella, en todo o en parte.

Por otra parte, queda el objeto social de la iniciativa, ya que Acosta explicó que «en la línea de lo que estamos haciendo las fallas, estamos estudiando darle un carácter solidario». Hay que recordar que el Festival de Paellas fue un festejo que llevaban a cabo las comisiones de falla hace unas décadas y que entonces también tenía cierto componente altruista, puesto que no se realizaban en teoría para ser consumidas por los falleros, sino para la tercera edad. En este caso está por determinar si los comensales serían de un perfil similar.