Sin haber plantado falla, sin haber regido la Junta Central Fallera y sin haber presidido una comisión, la fiesta tiene un antes y un después de la aparición en la misma de Antonio Ariño. Fue uno de los grandes responsables de la introducción de la investigación metódica en el estudio de la fiesta y bajo su inspiración ha ido formándose un interés por aspectos hasta entonces poco trabajados. Esta noche cambia totalmente el registro y será el mantenedor de la fallera mayor de Valencia, Alicia Moreno.

Antonio Ariño, mantenedor y fallera mayor es un cóctel inesperado. ¿Cómo lo digirió?

La verdad es que, primero, sorprendido. Me quedé parado cuando se me ofreció. Aunque no es la primera vez que hago de mantenedor. Lo fui hace unos meses en las fiestas de Sant Bult y tampoco es la primera vez que tengo relación con falleras. He aceptado porque es mi obligación: he investigado durante mucho tiempo sobre las fallas y es una ocasión de poder expresar algunas ideas que tengo sobre la misma.

Un sector de la intelectualidad que ha tratado las fallas ha expresado en no pocas ocasiones desde indiferencia a hostilidad.¿Son mundos compatibles?

¡Habrá que juzgarlo tras el discurso! Existe una dualidad entre lo racional y lo emocional. En general, trato de ser sociológicamente crítico porque soy sociólogo. No creo que sean mundos incompatibles, pero también se puede tratar de mejorar un aspecto que es mejorable. No soy partidario de poner etiquetas de calificar algo como "folclórico" y algo no. Tampoco soy fallero, pero me siento integrado a fuerza de haber investigado.

¿Qué opina de la fallera mayor de Valencia como imagen?

Vivimos un momento en el que se habla mucho de ese concepto, que tampoco me gusta, de fallera mayor como "florero". Pero yo lo que he encontrado son personas universitarias, con un elevado interés por la cultura, la fiesta, la música, el compromiso social... con cualquier aspecto de la actualidad. Sin duda, se puede mejorar el "florerismo". Cuando he estado con Alicia he visto una persona con muy claros sus valores, con un compromiso por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres... hay que ver la fiesta en su enorme multiplicidad y no desdeñar ninguno de sus valores.

¿Es consciente que, por mucha experiencia en oratoria que se tenga, la exaltación de la fallera mayor es totalmente diferente a cualquier otra cosa?

Incluso cuando doy una clase siento ese cosquilleo, ese ligero temblor de voz. Sé que se va a estar muy pendiente de mi y de mi discurso y en muchos sentidos, sabiendo el foro al que me dirijo. Espero que guste y que le guste a la fallera mayor, claro.

¿Con lírica incluida?

Con cariño y con ilusión y con algún concepto que también puede ser poético.