Cuando en Valencia vivimos bajo el influjo de una estación que de invierno solo tiene el nombre, en China están a punto de celebrar la entrada del nuevo año 4714. No se sorprendan por la cifra porque no se trata de un error de imprenta. Nuestros amigos del lejano Oriente cuentan su historia por milenios y se han instalado sin complejos en el remoto siglo XLVIII. Ahí es nada.

Pero más allá de las convenciones numéricas, ya se sabe que cada civilización se ha dotado de un calendario propio como muestra de progreso y dominación sobre el resto, los chinos también festejan, coincidiendo con el año nuevo, la llamada Fiesta de la Primavera. Algo que, en esta ocasión, es más real que nunca incluso fuera del horizonte espacio-temporal chino. Los termómetros, aquí en Valencia, también están a punto más para celebrar el inicio de la primavera que el fin de este ´falso´ invierno que se ha colado entre enero y febrero.

Como el calendario tradicional chino es lunisolar, el inicio del año puede oscilar entre el 21 de enero y el 18 de febrero. En este 4714 su primer día será el próximo lunes 8 si miramos su equivalencia en el calendario gregoriano. Y las celebraciones en China se alargarán durante quince días para concluir con el famoso Festival de los Faroles. En esas dos semanas tiene lugar el mayor movimiento de población del mundo. Centenares de millones de personas viajarán por todo el país para pasar esta quincena de vacaciones en familia. Y no dudarán en utilizar cualquier medio de transporte para poder comer pescado y tallarines sin fin, porque son el deseo de una vida larga; honrar a padres y antepasados, quemando barritas de incienso; y celebrar juntos la fiesta más enraizada para los chinos, explotando cuantos petardos se pongan en su camino. Todo vale para desearse Gong Xi Fa Cai, que se corresponde a nuestro típico ´Próspero Año Nuevo´.

El Instituto Confucio de la Universitat de Valencia celebra este sábado 6 de febrero la entrada del 4714 del calendario chino. Les invito a participar en la cabalgata que tendrá lugar ese mismo día, desde las seis y media de la tarde, por las calles de Pelayo y Convento Jerusalén, muy cerca de la Estación del Norte; y poder contemplar de cerca las tradiciones ligadas al nuevo año chino. Las danzas del león y el dragón, así como los grupos de taiji (meditación) y wushu (artes marciales), darán color a una fiesta en la que Valencia se convertirá por unas horas parte de esa civilización que hunde sus raíces en la más remota historia.

En un año, además, en el que nuestra ciudad celebra su inclusión, por parte de la UNESCO, como enclave de la Ruta de la Seda. Un itinerario que no solo abrió horizontes comerciales sino que fue la mayor vía de comunicación por la que transitaron pueblos, lenguas y culturas. Con inicio en su kilómetro 0, Xian, la capital histórica de diversas dinastías chinas; y destino final en Valencia, kilómetro 9.090. Una vinculación con una materia prima, la seda, que tanta relevancia ha brindado a nuestra ciudad y que la hace poseedora del nexo de unión entre Oriente y Occidente que el Instituto Confucio quiere poner en valor con esta celebración. Por todo ello, pues, les espero este sábado y les deseo a todos un ´Feliz Año 4714´.