Tras juguetear con la suspensión todo el día por el viento y el mal tiempo, la «mascletà» aérea que abre las Fallas no decepcionó. Miles de personas se acercaron a los alrededores del paseo de la Alameda para presenciar una «mascletà» que había sido anunciada como una de las mayores de la historia. No defraudó, aunque hubo quien lamentó la duración del terremoto final, más corto que otras veces, y no faltaron voces de entendidos en el mundo de los disparos que aseguraron que la que el año pasado montó Gori y la misma Pirotecnia Valenciana fue mejor.

Se dispararon ayer, entre los puentes de la Exposición y de las Flores, tres toneladas y media de material pirotécnico, los mismos que el año pasado. La novedad en 2016 estribaba en el «efecto Godzilla», que consistía en un innovador recurso con un silbato diferente. Sin embargo, el disparo no fue todo lo ágil que debería, sobre todo al comienzo, con varias pausas al poco de empezar que ralentizaron el desarrollo de la «mascletà» y levantaron algún que otro pito.

Pero entre el entendido público fallero que tiene muchas ganas de fiesta y los turistas que desconocen el meollo de las «mascletades», cualquier posible defecto en el disparo pasa desapercibido. Es una máxima fallera que se repitió ayer con la seguridad de lo escrito en piedra. «Una burrada», «¡qué barbaridad!» o «no había oído nada así en toda mi vida» fueron algunas de las exclamaciones que tanto falleros como turistas o vecinos profirieron al terminar el disparo, que finalizó con un terremoto provocado por una rápida sucesión de truenos aéreos que hicieron las delicias de los asistentes que, eso sí, habrían preferido que durara más. Hubo espacio para la ya habitual «Senyera», dibujada en las alturas con el azul, el amarillo y el rojo del humo de cientos de carcasas. Duró menos de la cuenta debido al viento.

Y es que hubo disparo finalmente pese a que durante buena parte de la mañana el viento y la amenaza de lluvia hicieron temer a los aficionados a la pirotecnia que no se llegara a celebrar. Sin embargo, conforme avanzaba el día mejoraba la climatología y, sobre todo, el viento soplaba con menos fuerza, por lo que se pudo disparar.

Eso sí, los asistentes acudieron pertrechados para aguantar bajas temperaturas, con sensaciones térmicas casi gélidas debido al viento. La Fallera Mayor de Valencia, Alicia Moreno, y la Infantil, Sofía Soler, presenciaron la «mascletà» desde las proximidades del Palacio de la Exposición cubiertas por mantas para protegerse de las bajas temperaturas. Pero se dice que sarna con gusto no pica y el aire a Fallas que ya impregna casi cualquier rincón de la ciudad, si se sabe dónde mirar, dio calor ayer a miles de personas, a la espera de que hoy, con el mítico «ja estem en Falles», la ciudad entre, irremisiblemente, en su mes grande.