Ampar Cabrera se alzó ayer con el premio más importante del concurso de «llibrets» de Lo Rat Penat: el Extraordinario Bernat i Baldoví, que reconoce la mejor poesía festiva del año. De esta manera, la poetisa repite el éxito del año anterior. E, indirectamente, supone un episodio más dentro de la polémica que, a lo largo del ejercicio, se ha producido con esta actividad literaria. Ampar Cabrera es la autora de los versos que se publicaron en el Libro Oficial Fallero, después que la Junta Central Fallera los rechazara inicialmente por no estar escritos en el valenciano normativo, pero que finalmente fueron aceptados ante la presión de la asamblea de presidentes.

El primer premio lo logra Cabrera en esta ocasión con la falla San Vicente-Periodista Azzati, que está dedicado al centenario de la comisión. En el pasado ejercicio ganó en su propia comisión, Santiago Rusiñol-Conde Lumiares, que en esta ocasión se ha llevado uno de los primeros premos (los que van por debajo de los extraordinarios).

La victoria de Ampar Cabrera no estuvo secundada, como el año pasado, por Elena Casa, que compusieron una «gemela» nunca vista en la historia de la literatura festiva. Esta última no se va de vacío, porque gana un extraordinario, el Andrés Cabrelles, pero por delante se cuelan Pepe Bea y Joan Antoni Alapont, éste con elpremio almela i Vives que patrocina Levante-EMV. El resto de galardones son para poetas clásicos en estos menesteres: Rafael Meliá, Joan Chenoll, Donís Martín, Sito Sanchis y Manuel Lagardera.

En la modalidad de noveles consigue la victoria por primera vez Donís Salvador, que el año pasado había sido segundo, por detrás de dos trabajos de Joan Josep Serra.

El artista Guillermo Rojas junior se llevó el premio a la mejor portada en Santa María Micaela y Xavier Gurrea en el infantil para Malvarrosa y el premio extraordinario, el que reconoce todos los conceptos de la edición del «llibret» se lo llevó un clásico en esos menesteres: El Charco de Catarroja.